educación

Ibón y Dídac inician el curso en Huesca sin apoyo

Los pequeños tienen reconocida una discapacidad y el acompañamiento de un auxiliar de educación especial pero aún no cuentan con ese recurso

"Es un derecho", dicen las madres

Dídac acaba de comenzar 1º de Infantil en Tamarite de Litera.

Dídac acaba de comenzar 1º de Infantil en Tamarite de Litera. / ONG Almas Especiales @anacruzfotografia

Eva García

Eva García

Contar con un auxiliar de educación especial es un «derecho» reconocido para niños que necesitan un apoyo en sus centros educativos. Sin embargo, son muchos los que, una vez comenzado el curso, no cuentan con ellos. Los sindicatos ya alertaron hace tiempo del recorte de plazas, muchas de ellas en el ámbito rural.Los nervios por el principio de curso se acrecientan para los niños con discapacidad y, sobre todo, para sus familias. Es el caso de Ibón y Dídac, dos pequeños que necesitan un auxiliar de educación especial junto a ellos en sus respectivos colegios (escuela de Castejón de Sos y y colegio San Miguel de Tamarite de Litera) pero que de momento no cuentan con ese refuerzo, ni saben cuando lo tendrán. Ibón no se ha incorporado aún a 2º de Primaria por «circunstancias personales», pero lo hará este lunes. En el caso de Dídac, ya ha iniciado sus clases en 1º de Infantil (periodo de adaptación), aunque esta semana no irá porque tiene que someterse a una operación.

Ibón tiene parálisis cerebral. Su apoyo es necesario «a nivel de desplazamientos, autonomía del día a día y, sobre todo, en cuanto a la interacción social y el aprendizaje en grupo», cuenta su madre, María Romero, quien señala que la figura de un auxiliar es «básica para el aprendizaje en igualdad» de Ibón porque le explica las cosas ya que «el mundo va demasiado deprisa para su capacidad» y además «le echa un cable porque no siempre elige la interacción más adecuada».

Ibon comenzará este lunes sus clases.

Ibon comenzará este lunes sus clases.

El centro educativo «hace lo que está en su mano» pero de momento no hay convocatoria y «no sabemos cuando habrá», afirma María, quien explica que el auxiliar es «como la segunda mamá» ya que atiende a Ibón para que aprenda con seguridad e «igual que nosotros le acompañamos fuera, dentro lo hace él; si pasa algo, tiene a alguien» como referente, señala.

El pequeño y su familia cuenta con el apoyo del equipo directivo, de los docentes y los no docentes que «hacen un sobreesfuerzo tremendo». A partir del lunes, uno de ellos acompañará a Ibón pero esto es «una locura» porque es como «si una hora está con el abuelo, otra con la tía y otra con la abuela. Ibón necesita un vínculo y una referencia de forma permanente», señala.

María reconoce que esta situación le resulta «dolorosa» porque, aunque entiende que acaba de comenzar el curso, «las necesidades se saben y se piden a finales de junio. Esto no es comenzar el curso con normalidad». Porque además del «estrés acumulado» estos días «pueden desarrollarse conductas que no favorezcan» al niño porque «estará nervioso» y si se alarga en el tiempo «dificultará su progresión», concluye.

Ayuda también en el aprendizaje

Tampoco Dídac contará con ese apoyo en su centro educativo. Tiene una enfermedad ultrarrara, heteroplasia ósea progresiva (síndrome del hombre de piedra por el que se le osifican tendones, músculos y otras zonas blandas) y «cada vez se le nota más la discapacidad mental», asegura su madre, Eva Maura. «Tiene el cuerpo de tres años pero la capacidad mental de un niño de uno». Además, va a ser operado porque tiene hipoacusia (sordera) de grado moderado, y creen que «otitis silenciosa».

Acude a Atención Temprana, con una fisioterapeuta y una psicóloga que coordina sus apoyos: y Orientación, que dice sus necesidades. «Necesita refuerzo en Audición y lenguaje y Pedagogía Terapéutica», afirma Maura. Necesita un auxiliar porque «no pide agua ni pipí», hay que cambiarle el pañal y ayudarle a subir escaleras. «Las orientadores del Gobierno de Aragón dicen que necesita un auxiliar y el mismo Gobierno de Aragón lo deniega, no lo entiendo», insiste la madre de Dídac, quien señala que incluso «me he planteado en volver a la guardería».

Al igual que Ibón, Dídac y su familia cuenta con el apoyo del equipo directivo y es la directora la que cambia los pañales al pequeño pero «no solo es eso, necesita un refuerzo de aprendizaje», reconoce; porque en el aula hay 18 ó 20 niños y uno con necesidades especiales, por lo que, insiste, necesita ese apoyo, ya que, además, cuanta «más autonomía vaya ganando ahora, más tendrá de mayor».

Reivindica Maura también «quién cuida la salud mental de los cuidadores. Todo es una pelea, horas de preocupaciones», reitera, cuando es un «un derecho» de los niños que tienen reconocida la necesidad de un auxiliar, que les haga más fácil su día a día en el colegio.