ACTUALIDAD POLÍTICA EN ARAGÓN

Aragón, una comunidad en ‘stand-by’

La falta de Gobierno central limita la acción de los dirigentes autonómicos, con menor capacidad para actuar

Los fondos europeos y la financiación son los principales retos

El presidente de Aragón, Jorge Azcón, en la tribuna junto a otros presidentes autonómicos, como el valenciano, Carlos Mazón, y la extremeña, María Guardiola.

El presidente de Aragón, Jorge Azcón, en la tribuna junto a otros presidentes autonómicos, como el valenciano, Carlos Mazón, y la extremeña, María Guardiola. / EFE / Juan Carlos Hidalgo

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

La falta de un presidente en España afecta al desarrollo nacional de la política, pero también condiciona los planes de las administraciones autonómicas. Aragón, con un ojo puesto en si Sánchez consigue los apoyos suficientes para seguir en La Moncloa, espera a que Madrid conforme un nuevo Ejecutivo central para poder trabajar en algunos de los proyectos estratégicos que pueden marcar el corto plazo de la comunidad autonóma.

La eterna reivindicación aragonesa de un nuevo modelo de financiación autonómico no se puede abordar sin un interlocutor al otro lado de la mesa. Un cambio en la forma de distribuir entre las comunidades autónomas los recursos económicos que enfrenta a dos posiciones diferenciadas en el PP. Por un lado, el que hoy rige la economía de la Comunidad Valenciana, Andalucía o Madrid, frente al modelo de Castilla y León o Extremadura, que siempre ha sido de mayor gusto para los dirigentes aragoneses.

La ausencia de diálogo no es el único problema, ya que Sánchez mira a Cataluña y País Vasco para volver al sillón presidencial. Ambas comunidades, capitales con sus diputados nacionalistas para el buen futuro del socialista, sacarán rédito económico y político si se hacen con ese papel clave en una futura investidura.

En materia económica, las entregas a cuenta para el 2024 no se alteran si el Gobierno central no deja de estar en funciones. Un anuncio que todavía no ha llegado y que en el Pignatelli esperan con ansias para empezar a ajustar los primeros presupuestos de este Gobierno de coalición. Una situación que se puede postergar todavía más si se convocan otras elecciones y España se queda sin presupuestos generales.

Sin embargo, sí que hay otras actuaciones a las que el interinato del Gobierno central no está pperjudicando a Aragón, ni al resto de comunidades, a la hora de seguir avanzando en la gestión de sus proyectos, muchos de ellos de calado estratégico.

Fábrica de baterías

Por importancia, el mayor valor en el territorio aragonés es la posible llegada de la fábrica de baterías de Stellantis hasta Figueruelas. El enésimo intento del Gobierno de Aragón –el primero de Jorge Azcón como jefe del Ejecutivo– por hacerse con una planta de desarrollo industrial que será muy importante para la multinacional del motor.

Zaragoza parece ser el objetivo principal para Stellantis y el Perte del automóvil sigue su curso pese a que no hay un presidente del Gobierno decidido todavía. El programa de transformación económica sigue sacando convocatorias pese la interinidad del Gobierno central, por lo que puede estar acercándose la posibilidad de que Aragón aloje esa fábrica de baterías. Vigo, donde Stellantis también tiene una planta de trabajo, es la principal competidora de Figueruelas.

Otras intervenciones, como el impulso de la A-68 hasta Alcañiz o la licitación de las obras ferroviarias entre Teruel y Sagunto, que podrían demorarse (aunque no debería).

La historia de nunca acabar con el dinero para la recuperación de la pandemia llegado de Bruselas necesita de un epílogo ya que en Madrid no hay posibilidad de ejecutar acciones.

Lo explicaron Roberto Bermúdez de Castro, consejero de Hacienda, y Manuel Blasco, consejero de Medio Ambiente y Turismo, hace un par de semanas, al detallar los lugares a los que iban a llegar los fondos europeos del turismo. Hay alternativas, el Gobierno de Aragón tiene unos planes pero se necesita a Madrid para llevarlos a cabo y no perder los fondos.

La sectorial de Turismo entre el ministerio y los consejeros autonómicos no se puede convocar con el Gobierno central en funciones, por lo que aquella propuesta de Arturo Aliaga, que ya pidió modificar el destino del dinero de Canal Roya, no ha sido ratificada en la reunión, ni se podrá modificar como quiere el PP en el Pignatelli.

La pincelada final del Ejecutivo de Azcón, dejando de lado los proyectos pequeños en municipios de menos de 5.000 habitantes por tres iniciativas ambiciosas en el Pirineo, viene acompañada de la petición del propio Gobierno a Madrid para alargar los plazos o reducir el porcentaje a cumplir en las fechas que hoy mandan.

Para que los cambios de Bermúdez de Castro y Blasco se concreten en la retahíla de proyectos definitiva solo falta el sello de Madrid, cuando pueda llegar. A ver quién es el responsable de estamparlo.