LA OPINIÓN DE LOS CONSUMIDORES

El AVE cumple años: «Ha conseguido democratizar el uso del tren y cambiar nuestros hábitos»

La antelación se ha convertido en «clave» para un ‘low cost’ que ya lo logró en el avión

Impulsar trayectos transversales es «más relevante» que invertir en la segunda estación 

Reportaje con los usuarios del AVE por el 20 aniversario en Aragón estacion de Delicias.

Reportaje con los usuarios del AVE por el 20 aniversario en Aragón estacion de Delicias. / EL PERIÓDICO

David López

David López

La visión de los consumidores sobre el servicio de alta velocidad que se ofrece a Zaragoza ha cambiado radicalmente de la mano del bajo coste y los descuentos. Se ha pasado en 20 años de alzar la voz por el agravio con otros territorios y lo elitista de un servicio que no ofrecía abonos para sus habituales ni la alternativa barata del tren convencional, a hablar abiertamente de que «ha conseguido democratizar el uso» con la entrada de operadores privados que han traído descuentos y que, entre todos, «han cambiado nuestros hábitos de transporte».

Así lo afirma José Ángel Oliván, presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA) y uno de los veteranos en la comunidad en la reivindicación constante contra Renfe por un AVE mejor para Zaragoza, Calatayud y Huesca. «Las primeras movilizaciones fueron para exigir los abonos y los precios porque eran prohibitivos y no dejaban alternativas baratas para ir a Madrid pero ahora están de media al mismo precio que hace 20 años y han aparecido los descuentos con la llegada del Avlo, de Iryo y de Ouigo».

Y es que, al igual que el tejido empresarial, la visión de los consumidores es que la apertura a operadores privados y el final del «monopolio» de Renfe ha traído automáticamente lo que tantas veces exigieron en la calle. «Las compañías low cost han conseguido abaratar los precios igual que en su día lo hicieron con los billetes de avión. Ahora sí están al alcance de todos los bolsillos». Esa democratización ha llegado a un servicio que se veía como algo elitista, «e incluso clasista», ya que, como recuerda Oliván, «empezaron comercializando vagones de clase turista, preferente y club y ya decíamos que las primeras subvencionaban a las otras dos. Ahora la mayoría son de clase única».

El debate sobre la segunda estación

Pero esa democratización también ha propiciado ese «cambio de hábitos» en los que la antelación es muchas veces crucial y está más pensada para el viajero que programa con mucho tiempo su ocio para obtener «billetes a 12 euros o menos» que quien lo necesita por trabajo y la última hora es inevitable, como ocurre con las empresas, y dispara el coste.

Está en las reglas del juego de la demanda y la oferta y, aunque es excesivo el precio de la última hora – «ya sabíamos que podía pasar», admite Oliván–, ese nuevo modelo de viajero, más habitual en los jóvenes, ha conseguido programar antes la compra y plantearse más a menudo «dejar el coche en casa y viajar en tren en trayectos largos, como a Andalucía, para ir a Málaga o Sevilla en AVE y allí alquilar un coche». Hace 20 años era impensable.

«En general es una valoración muy positiva, se ha ganado en agilidad, en descuentos, en más visitas a la ciudad o desplazamientos a Madrid y Barcelona en el día...», valora Oliván, quien mira al futuro pidiendo «más trayectos transversales a velocidad alta (a 200 km/h) con ciudades como Santiago o toda la cornisa Cantábrica, y no solo radiales pasando por Madrid» o «ampliar la franja horaria por la mañana y por la noche para llegar a más gente». Sobre el objetivo de tener una segunda estación del AVE en Zaragoza, Oliván lo tiene claro: «Creo que no es necesaria. ¿Para qué serviría tener otra en Plaza? Sería más importante tener un Cercanías competitivo desde Delicias», opina.