POLÍTICA MUNICIPAL

Zaragoza es el próximo objetivo de Vox para entrar en el Gobierno

Tras el éxito en Valencia y la insistencia en Sevilla, la dirección nacional mira ahora a la capital aragonesa

Los movimientos se limitan a los ayuntamientos, ya que «la lealtad» a nivel autonómico es «plena»

El líder de Vox en Aragón, Alejandro Nolasco; el presidente del partido, Santiago Abascal, y el concejal del Ayuntamiento de Zaragoza Julio Calvo, en un acto electoral en febrero

El líder de Vox en Aragón, Alejandro Nolasco; el presidente del partido, Santiago Abascal, y el concejal del Ayuntamiento de Zaragoza Julio Calvo, en un acto electoral en febrero / Fabián Simón - Europa Press - Archivo

El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

El terremoto –que se quedó en ligero temblor– en el Ayuntamiento de Huesca sí ha agitado la situación de Vox en Aragón. Un movimiento que viene tras el tenso pleno del pasado lunes en la capital oscense y tras el anuncio del secretario general de la formación, Ignacio Garriga, de intentar entrar en todos los gobiernos municipales posibles. Y Zaragoza está en la lista de objetivos.

El programa de Vox de cara a este cometido es claro: ir ciudad a ciudad, en función de su tamaño, para atesorar el mayor poder municipal posible. Tras entrar en la dirección del Ayuntamiento de Valencia con sus cuatro concejales, la ultraderecha ya presiona en Sevilla y piensa cómo entrar en los gobiernos de Zaragoza y Huesca. En la capital hispalense los de Abascal llevan insistiendo desde el pasado mes de septiembre y ya han advertido al equipo que dirige el popular José Luis Sanz que no se van a conformar con «acuerdos puntuales».

En Huesca, el nuevo portavoz de la formación, José Luis Rubió, ya anunció a la alcaldesa Lorena Orduna, a la que le falta un voto para conseguir la mayoría absoluta en el pleno de Huesca, que no se van a conformar con poco si el PP quiere sus votos.

La entrada de Vox en el Gobierno municipal de Huesca se planteó desde el momento posterior al conocimiento de los resultados electorales. La ultraderecha ofreció tres alternativas: que sus tres concejales entrasen en el equipo de Orduna; que entrase solamente uno; o un pacto anual, que se renovase cada año. La última opción fue descartada desde un inicio por la alcaldesa oscense, por lo que Vox aspira en las nuevas negociaciones «a todo», es decir, la entrada de sus tres concejales en el Gobierno.

Como pasó en anteriores negociaciones por todo el territorio nacional, Vox espera a las directrices de Madrid, ya que es el equipo de dirección del partido el que marca a los grupos en ayuntamientos y parlamentos autonómicos las pautas a seguir, en función de las circunstancias que maneja Vox en cada institución.

Sobre la situación del grupo municipal en el Ayuntamiento de Huesca, en las próximas jornadas pueden evidenciarse algunos cambios. La formación de ultraderecha insiste en que la sustitución del hasta ahora portavoz, Antonio Laborda, se debe a «una reestructuración interna del grupo municipal», según el nuevo portavoz, José Luis Rubió. Laborda se negó a hacer declaraciones ante la llamada de este diario.

En Zaragoza, no obstante, la regidora, Natalia Chueca, se mostró ayer confiada en que la presión que está ejerciendo Vox desde Madrid cese antes de llegar a la plaza del Pilar. «Confío en que sigamos trabajando con el mismo modelo que hasta ahora. Saben que necesitamos su apoyo para aprobar los presupuestos y las ordenanzas», afirmó la alcaldesa. En Zaragoza el PP está a un concejal de la mayoría absoluta en el pleno.

No obstante, Chueca, sabedora de que en esto de la política nada es para siempre, dijo que no puede descartar «nada en el futuro». «Prefiero que sigamos como hasta ahora», afirmó, es decir, con Vox apoyando desde fuera del Gobierno.

Y lo cierto es que el PP zaragozano ya ha salvado, al menos en una primera fase, su proyecto de ordenanzas fiscales para 2024, que pactó con Vox a cambio de los votos de los de Abascal.

En la capital aragonesa, la dirección local de Vox poco sabía este lunes del lío que se venía en Huesca y descartaron que hubiese algún tipo de presión por parte de Madrid para entrar en el Gobierno de Chueca. Eso sí, ayer los teléfonos no respondieron a las llamadas de este diario.

Calma autonómica

A nivel autonómico, tanto el presidente de la DGA, Jorge Azcón, como su vicepresidente primero, Alejandro Nolasco, calmaron ayer las aguas y aseguraron que el funcionamiento del Gobierno de Aragón que componen PP y Vox no se ve alterado por los recientes movimientos en Huesca.

«El acuerdo de Huesca se replicará en la ciudad e Zaragoza con el acuerdo que fijó que Vox formaba parte del Gobierno de Aragón y a su vez iba a apoyar el gobierno de Huesca y Zaragoza», recordó Azcón en su visita a BonÀrea, en la que insistió en que «lo importante es que se llegó a un acuerdo para aprobar las ordenanzas». «Los acuerdos se han cumplido y se van a cumplir en el futuro», apuntó el líder del Ejecutivo.

El segundo de a bordo en el Pignatelli, Alejandro Nolasco, se disculpó diciendo que él está «en el Gobierno de Aragón» y poco puede decir «en el mundo municipal». Nolasco explicó de nuevo la estructura de su partido, «porque no hay de tipo autonómico y hay que estudiar caso a caso». «Lo mejor es que las personas que están en los ayuntamientos hablen por sí solas».

Según ha podido saber este diario, existe «una sintonía máxima» entre los dos socios del Gobierno de Aragón, que asegura su «unidad». Lo mismo entre los grupos parlamentarios en las Cortes, que insisten en que la política municipal va por separado de los movimientos en La Aljafería.