UN AÑO DE LOS GRANDES ANUNCIOS EN LA VILLA MINERA

El 'impasse' laboral atenaza con dudas el futuro ‘verde’ de Andorra

Las comarcas mineras exigen una mayor premura en las actuaciones para desencallar la reindustrialización de la zona y no perder más población

El Gobierno de Aragón y el Ministerio de Transición Ecológica habrán comprometido el 50% de los 204 millones de euros del convenio de Transición Justa en 2024

Un operario instala una placa fotovoltaica en el parque de carbones de Andorra.

Un operario instala una placa fotovoltaica en el parque de carbones de Andorra. / JAIME GALINDO

Andorra quiere desatar a la voz de ya el nudo de su futuro. Quiere hacerlo de inmediato porque siente que nada avanza, lo que no despeja la incertidumbre que acompaña desde hace décadas a los vecinos que no quieren marchar de casa pero que perdieron su trabajo con el fin del carbón y andan en busca de la perdida estabilidad laboral. Sucede que han pasado 365 días desde la presentación de las dos grandes inyecciones llamadas a revitalizar un territorio quemado: el Convenio de Transición Justa, que se presentó un 21 de noviembre con la ministra, y el plan socioeconómico de Endesa para el Nudo Mudéjar, presentado en sociedad el 15 de diciembre. El Gobierno de Aragón y el Ministerio de Transición Ecológica habrán comprometido en 2024 al menos 104 de los 204 millones que constan en el convenio. La mitad en dos años. Endesa tiene previsto invertir 1.700 millones de euros, pero el proyecto, según denuncian sindicatos, empresarios y alcaldes, no termina de arrancar. No al menos a la velocidad que necesitan unas comarcas zaheridas desde la estocada final al carbón anunciada allá por el año 2016.

Ocurre que el desmantelamiento de la central térmica, clausurada en junio de 2020, anda ya por el 90% del proceso después de haber empleado a cerca de 300 personas en el pico de actividad, con la demolición de las torres de refrigeración o de la imponente chimenea de 343 metros de alto. Pero ahora la actividad es menor y los contratos irán expirarando, por lo que la media de trabajadores se ha rebajado a unos 145, según fuentes de Endesa. En paralelo, unas 200 personas se dedican a la instalación del parque renovable que la multinacional energética está instalando en la villa minera tras adjudicarse la gestión del Nudo Mudéjar. La suma se acerca a los 534 empleos enterrados por el fin del carbón. Esos eran estables y fuente de riqueza. Las condiciones de los nuevos están por ver.

«Vemos a Andorra con preocupación porque parece que el Nudo Mudéjar se ha estancado un poco o al menos se ha ralentizado. El desmantelamiento se está acabando, pero la creación de los empleos estables no va acompasada a la necesidad de empleo», explica Alejo Galve, secretario general de UGT en Teruel y delegado estatal de Endesa. «La gente se sigue yendo porque no ve moverse la tierra para que se instalen todas las empresas anunciadas. El convenio de Transición Justa sí que está ahí y parece que va funcionando, pero en general, seguimos como en 2019», resume Galve, una frase que bien puede servir para otros sindicalistas o empresarios de la zona consultados en este artículo.

La demolición de la chimenea de la central térmica de Andorra, que medía 343 metros de alto, el 16 de febrero de este año.

La demolición de la chimenea de la central térmica de Andorra, que medía 343 metros de alto, el 16 de febrero de este año. / JAIME GALINDO

Todos ellos se muestran preocupados por el largo y tenso impasse que ahora se abre en Andorra hasta que las industrias prometidas, al menos cinco grandes que generarían 900 empleos estables, se asienten en el territorio y devuelvan la estabilidad a un territorio que tuvo hace no tantos años la mayor renta per cápita de todo Aragón.

La preocupación es latente en el territorio porque «todo va despacio» pese a que el goteo de inversiones está cayendo sobre la tierra. El convenio de Transición Justa contemplaba 91 millones de euros puestos por el Gobierno de Aragón y 103 por el Ministerio de Transición Ecológica. Por parte de la Administración autonómica, el Instituto Aragonés de Fomento va a publicar convocatorias en 2024 por valor de 34 millones de euros. La DGA sacará convocatorias en el año 24 por valor de 34 millones. La línea más importante repartirá 25 millones en concepto de ayudas al desarrollo de las pymes en Teruel y se publicará en el primer trimestre del año. Los nueve millones restantes se destinarán a la mejora de la eficiencia energética para las grandes empresas de la provincia.

Por su parte, el Instituto de Transición Justa que dirige Laura Martín acaba de publicar la actualización del informe de seguimiento del convenio en Aragón. En él se recogen una memoria de actuaciones cuya suma monetaria alcanza los 70 millones de euros desde 2019, cerca de los 103 que se comprometieron a otorgar. La mitad, unos 34 millones, se han destinado a ayudas directas para 78 trabajadores de la minería, mientras que otros 19,8 millones han ido a parar a la restauración de las minas Carmen y Pura, Mi Viña y Santa María, ubicadas en Foz Calanda, Estercuel y Ariño, que contemplaba la creación de 68 puestos de trabajo directos y otros 67 en base a subcontratas.

Además, se han destinado siete millones a impulsar 18 proyectos empresariales que supondrán la contratación de 157 personas, según los datos del ITJ. También se destinaron 9,1 millones de euros a la rehabilitación de infraestructuras sociales, ambientales y digitales en 14 municipios de las comarcas mineras, como la reconversión del edificio Atrapasueños de Escatrón en un espacio joven o un centro de I+D en Calanda.

El mar de dudas

Sin embargo, un mar de dudas y cautela sigue inundando las comarcas mineras. «Nadie duda del pacto por el territorio y de que los empleos, aunque no sean todos los prometidos, llegarán. Sin embargo, hay una indecisión política que impide que esto se desarrolle con cierta normalidad. O nos movemos ya o cuando lleguen las empresas no habrá gente para trabajar. Necesitamos seguridad jurídica para que se ejecute lo comprometido y pactado. O nos tomamos todos muy en serio o se decidirá desde Madrid o Italia o seremos meros espectadores de lo que harán con nuestro territorio», critica Roberto Miguel, presidente de la Asociación de Empresarios de Andorra Sierra de Arcos.

A lo que se refiere el empresario andorrano se resume en que Andorra sigue inmersa en un océano de incertidumbre pese a su «optimismo prudente». Y en eso coincide con él Darío Sanz, el secretario general de CCOO del Bajo Aragón Histórico, Andorra-Sierra de Arcos y Cuencas Mineras. «Ojalá lleguen todos los proyectos prometidos con sus empleos, pero esto va muy lento. Estamos aferrados ahora a la instalación de las placas solares de Endesa, que son como un flotador para que la gente no se vaya en este impasse», dice Sanz. Insiste el sindicalista en mostrar su confianza en que los empleos «tienen que llegar», pero apremia: «Las empresas llevan su ritmo de implantación, pero los trabajadores tienen que comer todos los días. Y si tienen que buscarse el sustento fuera, se corre el riesgo de que no vuelvan», lamenta Sanz.

Endesa amplía el megaplan renovable

Endesa ha vuelto a elevar la inversión y dimensión del macroproyecto de renovables que quiere poner en marcha en Andorra tras adjudicarse hace un año toda la capacidad de evacuación del nudo Mudéjar que quedó liberada tras el cierre de la térmica de carbón de Andorra, que explotaba esta misma compañía. De los 1.500 millones de euros iniciales que preveía desembolsar ha pasado a los 1.700, un incremento que se debe a la ampliación de la potencia verde que instalará en la zona, que pasa de los 1.800 a 1.900 megavatios (MW), según la actualización de la estrategia de la compañía para los próximos tres años, que fue presentada la semana pasada en Madrid.

La redimensión al alza de la inversión podría deberse probablemente a que han aflorado 154 MW en el nudo Mudéjar tras actualizarse la capacidad de evacuación a la red de transporte, según  avanzó este diario hace tres meses. El Ministerio para la Transición Ecológica adjudicó 1.202 MW a Endesa, que desarrolla otros proyectos renovables en la zona al margen de esta concesión. Otros 100 MW se reservaron para destinarlos a pequeñas instalaciones de autoconsumo y generación distribuida.

La eléctrica ya ha levantado una primera planta fotovoltaica (Sedeis 5, de 50 MW) en el entorno de la central, que ya cuenta con la autorización de puesta en explotación provisional. La eléctrica está a la espera de recibir el permiso para construir otra planta (Mudéjar, de 64 MW) y de la admisión a trámite del proyecto para instalar siete hibridaciones (solar y eólica).

Por otra parte, el proyecto de desmantelamiento de la térmica encara la recta final. Ya se ha ejecutado más del 90%. Los trabajos se iniciaron el 25 de febrero de 2021, con lo que han transcurrido ya dos años y nueve meses de obras. La finalización completa llegará a lo largo de 2024.