Siete centros educativos de Aragón solicitan implantar la jornada continua

La jornada continua en los centros educativos aragoneses sigue sumando adeptos. Para el próximo curso son siete los que ya han solicitado al Departamento de Educación implantar el denominado concepto de tiempos escolares. Son Cesaraugusto, Miraflores y Joaquín Costa, en Zaragoza; el colegio Montanuy, en Huesca; el Belia, en Belchite; y los de Educación Especial La Alegría, en Monzón, y Rincón de Goya, en la capital aragonesa. Este es el primer paso para lograr el cambio de jornada partida -en la que se asiste al colegio mañana y tarde, con un descanso al mediodía- a solo intensiva por la mañana, un modelo que comenzó en el curso 2016-2017 y se ha ido generalizando con la pandemia.

En un momento en el que en numerosas comunidades y países se están replanteando volver a esa educación partida, en Aragón de momento no hay debate. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomendó eliminar el horario continuo centrado en las mañanas para evitar el abandono escolar temprano, que en España sigue siendo uno de los más altos de la Unión Europea (el 14% en 2022 y el 11,4% en Aragón).

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En Navarra, por ejemplo, el Consejo Escolar aprobó un dictamen que suprime la jornada continua; Cataluña busca acabar con ella; pero en Aragón no hay debate. De hecho, este curso el 83,37% de los centros de Infantil, Primaria, centro rurales y de Educación Infantil aragoneses sostenidos con fondos públicos cuentan con tiempos escolares (es decir 341 de 409). En el caso de la provincia de Zaragoza, se aproxima al 80%; en la de Huesca es el 82%; y en la de Teruel es del 100%, lo que supone que la jornada continua se da en todos los centros de esta provincia.

Los siete centros que lo han solicitado para el próximo curso han presentado a Educación un informe con estrategias de innovación, organización de tiempos y espacios que se plantearán dentro del horario lectivo. El tiempo de actividad del centro debe garantizar el mismo número de horas que actualmente (con jornada partida), de 25 horas semanales, incluidos los recreos.

El servicio de transporte escolar debe quedar garantizado, sin modificar el horario en perjuicio del alumnado, así como el de comedor. El centro deberá además desarrollar actividades de refuerzo o talleres con carácter gratuito y voluntario, así como otras actividades incluidas en el proyecto educativo.

La implantación de la jornada intensiva no supondrá ningún incremento de recursos humanos ni modificación del personal docente y tendrá una vigencia mínima de tres cursos consecutivos. En los centros públicos, el Consejo Escolar del centro aprobará el cambio por dos tercios de sus miembros y en los concertados, será el titular del centro quien lo solicite.

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En un siguiente paso se constituirá una comisión de valoración de los proyectos, que dará luz verde o pedirá modificaciones. A continuación deberá ser aprobado por dos tercios del claustro, del Consejo Escolar y las familias (se requerirá una participación del 55% del censo total y aprobado por dos tercios de los votantes). El informe volverá a esa comisión de valoración que permitirá el cambio de organización de tiempos escolares.