EL DESTINO DE LA UNIÓN DE ESTACIONES

Aragón reasigna hoy los fondos europeos para Canal Roya

Los ecologistas insisten en la creación del parque natural y los empresarios quieren dinamizar el sector

La DGA defiende un proyecto estratégico para la comunidad, pero siempre respetando el medio ambiente

La unión de estaciones sigue siendo un proyecto que genera diversidad de opiniones en el entorno del Pirineo.

La unión de estaciones sigue siendo un proyecto que genera diversidad de opiniones en el entorno del Pirineo. / ARAMÓN

El Periódico de Aragón

Era el momento que nunca llegaba pero fin está aquí. El Gobierno de Aragón recibirá hoy su particular regalo de Navidad adelantado en la conferencia sectorial de Turismo que reúne a las comunidades autónomas con el ministerio. Un cambio de Ejecutivo mediante, el fin de los fondos europeos para Canal Roya y la reasignación en otros proyectos: después de todo eso, por fin Aragón puede poner a funcionar las iniciativas que quieren cambiar el turismo de la comunidad gracias a los fondos llegados de Bruselas.

En casi nada se parece el reparto original de los fondos, realizado en los tiempos de Arturo Aliaga como responsable del turismo autonómico, al que finalmente dará luz verde la sectorial con el ministerio. Desde el actual Ejecutivo autonómico insisten en la defensa de los proyectos elegidos, sin olvidar la unión de estaciones en la que tanto insisten desde Aramón. Para el hólding de la nieve, una infraestructura «imprescindible» para el futuro del sector. Esta es una iniciativa que sigue siendo «estratégica» para el gabinete de Jorge Azcón, que defiende que salga adelante con «total respeto al medio ambiente», una de las reivindicaciones que tumbaron la anterior propuesta.

La primera propuesta para estos fondos europeos dotaba de un millón a la comarca del Somontano; 1,5 millones a la comarca del Maestrazgo; dos millones al Ayuntamiento de Zaragoza y 2,8 para la Comunidad de Calatayud. El resto del montante, 26,4 millones de euros, reccaían en la Diputación de Huesca, institución que se encargaría de promover la unión de las estaciones aragonesas por Canal Roya.

La reorganización de los fondos afecta, por lo tanto, a ese dinero que se iba a destinar a ampliar el dominio esquiable de la comunidad. A la lista que siguen formando el Somontano, Maestrazgo, Zaragoza y la Comunidad de Calatayud se suman otros siete proyectos. El Ayuntamiento de Sallent de Gállego (5,3 millones), la Ribagorza (4,15 millones), Beceite (1,58 millones), la Comarca de Daroca (2,85 millones), Fuendetodos (1 millón) y Cuencas Mineras (4,1 millones) son las instituciones que reciben esa lluvia de millones que no aterrizará de manera plena en el Pirineo. Una zona a la que sí llegarán en esta partida 7,07 millones de euros: tres de ellos para el Valle de Tena y sus recursos turísticos, y los otros cuatro para potenciar el desarrollo de este sector en varias cabeceras del Valle del Aragón.

Empresarios

Pero no solo al hólding aragonés de la nieve le interesa que el Pirineo siga siendo un lugar estratégico para el Ejecutivo autonómico. Los empresarios de la zona están atentos a las acciones que pueden transformar el norte de la comunidad.

Por un lado, Luis Terrén, presidente de la Asociación Turística del Valle de Aragón, que considera que «a nivel de desarrollo del impacto turístico, la unión de estaciones es importante». Destaca, eso sí, que no solo la conexión de las pistas es lo importante, «porque en paralelo se desarrollan otros muchos trabajos que dotan a la zona de servicios y de negocios cada vez más completos».

El empresario y alcalde de Villanúa considera que la unión de estaciones aragonesa no se diferencia mucho de las actuaciones que países «de toda Europa» están realizando con el objetivo de ampliar su dominio esquiable. «Son acciones que se hacen y que se preocupan por el medio ambiente», completa.

Sobre el nuevo reparto de los fondos llegados desde Europa, que recae en cierta medida en el Valle del Aragón, Terrén ve que pueden tener un impacto «muy positivo». «Demandamos esta ayuda al Gobierno presentando actuaciones integrales», concreta el representante de los empresarios en la zona, que pone fecha y futuro al valle: «En los dos próximos años habrá transformaciones que consolidarán esta zona como un gran destino turístico».

Ecologistas

No opinan lo mismo las asociaciones ecologistas, que se enfrentaron al anterior Ejecutivo liderado por Javier Lambán por su plan para la unión de estaciones y siguen rechazando que el Gobierno de Jorge Azcón quiera unir las pistas aragonesas. «Es preocupante pero entendible que una empresa privada haga este discurso», lamenta Paco Iturbe, de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón, en referencia al discurso de Aramón en la presentación de la nueva temporada. «Es aún más triste que el Gobierno autonómico parezca asumir esas palabras», completa.

Iturbe se mantiene firme en las convicciones que han movido a la plataforma en un último año cargado de reivindicaciones sociales. «La apuesta debería ser buscar alternativas al esquí, que es una actividad a la que no le quedan muchos años por el camnio climático», relata el portavoz de los ecologistas, que invita al sector y a las instituciones a «pensar en la reconversión e impulsar un nuevo modelo turístico que reivindique el paisaje de montaña».

Iturbe cree que la etiqueta «medioambiental» se ha convertido en «un mantra» que acompaña a todas las declaraciones relacionadas con el turismo de nieve: «Lo utilizan para evitar la presión social, lo hacía el anterior Gobierno y también lo hace este». Asegurando que las reivindicaciones y la educación ambiental van a ser una constante si «el fantasma de la unión de estaciones» regresa a la agenda política, el portavoz de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón tiene claro el futuro del esquí: «Si en la empresa lo ven tan sencillo, que inviertan su dinero y no lo hagan con el de los aragoneses. El problema no es la falta de kilómetros esquiables, el problema es la falta de nieve».

Un paso más para llegar a Castanesa

El pleno del Ayuntamiento de Montanuy dio luz verde ayer por la noche al acuerdo entre el consistorio y el Gobierno de Aragón por el que el Departamento de Fomento, Vivienda, Movilidad y Logística invertirá más de 18 millones de euros de fondos propios para construir la carretera que conecta el municipio con la estación de esquí de Cerler. Como paso previo, el pleno aprobó también renunciar a los 8 millones de fondos europeos previstos para tal fin en el convenio de colaboración entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Montanuy, suscrito el 17 de noviembre de 2022, para la ejecución del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino.

Ahora, la distribución efectuada en la pasada legislatura formará parte del paquete que está previsto que se redistribuya hoy en la Conferencia Sectorial de Turismo que se celebra en Madrid. Ambos acuerdos salieron adelante con los cuatro votos a favor del PSOE y el voto en contra del concejal de Montanuy Free, según informaron fuentes municipales.

La alcaldesa de Montanuy, la socialista Esther Cereza, recalcó que «lo importante» para el municipio es que la carretera que conectará el núcleo de Fonchanina con la estación de esquí de Cerler «se va a hacer». «En el territorio, lo importante es que la infraestructura se va a hacer, y nos es indiferente quién lo financie. Si antes había 8 millones de fondos europeos y teníamos el compromiso de otras instituciones aragonesas de completar la financiación hasta los 18 millones del proyecto, y ahora el Gobierno de Aragón se compromete a efectuar toda la inversión con fondos propios, estamos conformes», manifestó. Además, la renuncia de Montanuy a esos 8 millones de euros de fondos europeos permitirá destinarlos a otros proyectos de sostenibilidad turística.

Mientras, en Montanuy recibirán más de 18 millones (18.740.590 euros) de inversión de la DGA, que cubren no solo la carretera, sino instalaciones de cargadores eléctricos, rutas btt, señalización senderos o formación para los empresarios. Desde el consistorio justificaron en tres motivos su rechazo a los fondos europeos: el «retraso» en la firma del plan, el coste de la inversión (muy superior al asignado por los fondos de la UE, de 5,9 millones para la carretera) y los plazos ajustados para ejecutar el proyecto que, teniendo en cuenta las «inclemencias meteorológicas», habrían podido hacer fracasar el proyecto.

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