El transporte aéreo

El Gobierno de Aragón se lanza a por la base de operaciones de Ryanair y Volotea

Trabaja con la intención de lograrla antes de 2027 en Zaragoza porque es «una apuesta de legislatura» 

Pretende rutas europeas como Roma, Frankfurt o Berlín, y nacionales como Ibiza, Sevilla o Málaga

Un avión de la compañía irlandesa Ryanair, en la pista de estacionamiento del aeropuerto de Zaragoza, se prepara para recibir a los pasajeros.

Un avión de la compañía irlandesa Ryanair, en la pista de estacionamiento del aeropuerto de Zaragoza, se prepara para recibir a los pasajeros. / EL PERIÓDICO

David López

David López

Los deseos del Gobierno de Aragón para potenciar el aeropuerto de Zaragoza son de altos vuelos para este mandato de PP y Vox en el Pignatelli. Lo que durante muchos años se ha visto como una quimera, ahora en el edificio Pignatelli se considera una aspiración alcanzable. O al menos con ese espíritu han comenzado, según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, las conversaciones con varias compañías. Pero sobre todo han empezado con dos, Ryanair y Volotea, para negociar la implantación en la terminal de Garrapinillos de una base permanente de operaciones de alguna aerolínea.

Estas son las que, en principio, más posibilidades tendrían, según las fuentes consultadas por este diario, ya que conocen la operativa en la pista aragonesa, pero no se descarta abrir el abanico en los próximos meses a otras empresas que trabajan o no desde la terminal aragonesa. El reto, no obstante, se considera como un desafío de largo recorrido, puesto que son conscientes de la dificultad de cerrar un acuerdo inmediato, pero trabajan «con el horizonte de 2027» ya que se considera una «apuesta de legislatura», explican.

La dificultad hasta ahora era sentarse a hablar en serio con compañías que pudieran apostar por Zaragoza para una instalación de estas características que tienen, como novedad fundamental, la posibilidad de que los aviones duerman en la capital aragonesa. Ahora se ven obligados a fletar un vuelo de retorno a las ciudades con las que hay ruta porque en Garrapinillos no se quedan nunca, y eso complica las opciones de aumentar la parrilla de destinos para los aragoneses.

Estaciones fijas en Europa

El beneficio de conseguir una base permanente de cualquier compañía es el de multiplicar las rutas regulares que despegan y aterrizan en el aeropuerto de Zaragoza. Ambas aerolíneas tienen bases permanentes repartidas por toda Europa y España, pero la capital aragonesa no ha entrado nunca en sus planes. Volotea opera con más de cien aeropuertos pero tiene 19 bases en el continente y, de ellas, solo dos en España: Bilbao y Asturias (esta última es, además, donde tiene su sede). Ryanair, por su parte, opera en 27 aeropuertos nacionales y tiene 12 bases en todo el país, pero cuenta con más de 2.000 rutas activas y 86 bases de operaciones funcionando.

¿Por qué ahora? Hace años estuvo muy cerca de conseguirse este objetivo por el mismo motivo que ahora renace con fuerza: hay voluntad de invertir dinero público para convencer a los operadores privados que quieran llegar a un acuerdo. ¿Cuánto? El tiempo lo dirá, pero ahora lo prioritario era trasladarles la intención de trabajar en su implantación y «ya se han dado los primeros pasos en los últimos dos meses», aseguran a este diario las fuentes consultadas.

Los encargados de conversar con la compañía irlandesa Ryanair y la española Volotea por parte de la DGA son dos directores generales de distintos departamentos. Por un lado, Miguel Ángel Ania, responsable de Transportes, y por otro, Jorge Moncada, su homólogo en el de Turismo. Los primeros contactos se dieron hace menos de dos meses, concretamente durante la celebración de la Feria Internacional del Turismo (Fitur) en Madrid, en el caso de Volotea, y luego llegaron las primeras conversaciones informales con Ryanair.

Durante «esta semana» se ha dado un nuevo paso al frente, con la petición a los responsables de Aena para que ayuden a conseguir este objetivo, con el análisis de las opciones reales, para definir a futuro rutas regulares que podrían ser interesantes para Zaragoza, y para aportar su visión experta para «captar toda la oferta y la demanda del valle del Ebro». Y es que lograr la base no es el único reto: «también se trabaja en aumentar las rutas de las compañías que ya operan y también se ha contactado con otras que lo hacen de forma estacional para que trabajen durante más meses al año». En esta línea también se ha hablado ya con una firma aragonesa como Air Horizont, cuyo hándicap es tener «solo dos aviones» en España pero que podría contribuir a aumentar esa oferta en Zaragoza.

Destinos

Respecto a la selección de rutas, vendrá marcada por las negociaciones, pero hay preferencias que están muy estudiadas. La primera en la lista, lo reconocen todas las partes, «es Roma». Un destino preferente para la DGA y el aeropuerto de Zaragoza por la potencial demanda y que tiene una complejidad que va más allá de las elevadas tasas aeroportuarias que obliga a pagar las terminales de Fiumiccino (aeropuerto Leonardo da Vinci) y Ciampino. «El principal problema es que es muy difícil que las compañías liberen algún slot», que son las franjas horarias disponibles de aterrizajes y despegues. Están copados y es difícil encontrar un «hueco» para Zaragoza.

Otros destinos pretendidos son Berlín y Frankfurt, en Alemania, dentro de un país germano que tiene otros focos de interés. También Amsterdam, en los Países Bajos, pero tiene la misma problemática que Roma.

Pero esa futura base también abre la puerta a ampliar la oferta de destinos en España. El más importante de los posibles ahora mismo es Ibiza, en Baleares, una ruta que Zaragoza perdió hace dos años y que quiere recuperar lo antes posible. Otras opciones son Sevilla y Málaga, por las relaciones comerciales, aunque tendría una dura competencia con la alta velocidad.

La niebla impidió la base en 2010

Quizá ya muchos aragoneses no recuerden que el aeropuerto de Zaragoza estuvo muy cerca de conseguir una base permanente de operaciones de Ryanair. En unos años en los que sí lo consiguieron otras terminales como la de Girona, la capital estuvo negociando un acuerdo millonario para conseguir, entonces, duplicar la oferta de rutas y alcanzar doce destinos en la parrilla de la pista de Garrapinillos. 

A cambio de una cuantía que superaba, según trascendió, los 6 millones de euros anuales y que suponía añadir conexiones con ciudades con Marruecos, Italia, Francia y España. Pero no fructificó y, al menos públicamente, todo se achacó a una carencia importantísima en el aeropuerto como era la instalación del sistema ILS nivel III que permitía a las aeronaves aterrizar en condiciones de baja o nula visibilidad. Eran años en los que la niebla, habitual en la capital aragonesa, provocaba numerosos desvíos de vuelos que se veían afectados por ella. Y acabar con ese problema suponía un desembolso millonario por parte del Gobierno central que nunca llegaba. Pero llegó y lo hizo cuando Ryanair ya ni se lo planteaba.

Tras ese traspiés en la negociación, y después de marcar el récord histórico de pasajeros en 2011 con más de 751.000 viajeros en un año, nunca más se había planteado la opción de pelear por esa base permanente de operaciones. Y con un motivo principal muy presente: no había ese dinero ni voluntad política de gastarlo en la compañía de bajo coste irlandesa. Por parte de una sociedad pública como la de Promoción del Aeropuerto de Zaragoza (PAZ) en la que tanto la DGA como el consistorio de la capital inyectaban más de 1,2 millones al año hasta que la ciudad decidió cerrar el grifo y dejar de aportar recursos de las arcas municipales. Ahora, con la alcaldesa Natalia Chueca al frente y este objetivo del Gobierno de Azcón, ambos del PP, quizá renazca esa aportación del ayuntamiento. Se verá con el tiempo. Lo cierto es que con menos millones para las aerolíneas, se han logrado remontar las cifras de pasajeros 12 años después

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