LA SITUACIÓN DE LA VIVIENDA

Un experto de Unizar alerta tras el incendio de Valencia: "El fabricante debe ser responsable si hay fallos"

Las tesis sobre el trágico suceso de Nou Campanar plantean una serie de dilemas éticos y legales

Josep Gisbert, docente de Geología-Petrología en la universidad, subraya la importancia de regular los nuevos avances tecnológicos

Imagen del incendio de hace dos semanas en Valencia.

Imagen del incendio de hace dos semanas en Valencia. / EL PERIÓDICO

Alberto Arilla

Alberto Arilla

El incendio de hace dos semanas en un bloque de edificios en Valencia sigue dando que hablar. Por un lado, parece difícil de olvidar un trágico suceso que se ha cobrado la vida de diez personas, dejando heridas a varias más. Por otro, la sociedad pide respuestas al efecto dominó urbanístico que provocó que el fuego se propagara rápidamente por todo el bloque, dejando imágenes muy duras que hace tiempo que no se veían en nuestro país.

En ese sentido, hubo quien apuntó al poliuretano como el material responsable de la rápida extensión del fuego, pese a que la memoria del edificio desmintiese dicha teoría, al constar que el material usado para revestir la fachada fue la lana de roca, mucho más resistente e ignífugo. Sea como fuere, hay quien subraya la necesidad, ética y jurídica, de comenzar a desarrollar las legislaciones para evitar que se repitan catástrofes similares. Es el caso de Josep Gisbert, profesor de Geología-Petrología de la Universidad de Zaragoza, quien hace unos días publicó un artículo de divulgación científica en la plataforma 'The Conversation', replicado por este diario y en el que se compara el incendio de Nou Campanar con otras catástrofes relacionadas con los desarrollos tecnológicos.

Ahora, Gisbert amplía su punto de vista y pone el foco en los "vacíos legales" cuando se trata de nuevos descubrimientos. "Al inventar nuevos dispositivos, no hay legislación que los regule, porque son nuevos", afirma, por lo que considera que "debería estar regulado que el fabricante fuese el responsable si este nuevo desarrollo tiene fallos". De esta forma, dice el experto, "el propio fabricante estaría interesado". En cambio, dice, "la situación es justo la contraria, ya que ninguno quiere que la legislación lo pueda dejar fuera, por lo que los procesos se alargan mucho más".

"A raíz del incendio de las Torres de Grenfell en Londres, en 2017, que fue idéntico al de Valencia, se endureció el código técnico. En cambio, a este edificio, al ser de 2008, no se le puede aplicar retroactividad", explica Gisbert, quien además pronostica que "a raíz de este incendio se tomarán más medidas".

Un sector complicado

Una difícil coyuntura a la que se suma otro factor, la independencia profesional del sector. "Si un profesional denuncia según qué cosas, es probable que le sea mucho más difícil que lo contraten", lamenta Gisbert, que pone el ejemplo de los pararrayos radioactivos, cuya efectividad era muy elevada para su cometido principal, pero que fueron prohibidos en España en 1986 porque derramaban polvo radioactivo que era muy dañino para la salud.

"A veces hay que ir más despacio con los inventos, pero la teoría de la máxima rentabilidad es la que prima ahora, y eso tiene unos costes", añade el docente universitario, que prosigue: "El problema es que los nuevos dispositivos tecnológicos van más deprisa y eso da notables ventajas, pero no son correctamente evaluados". Por todo ello, Gisbert incide en la importancia de la "ética". "No hay que vender solo las ventajas y callarse los inconvenientes, aunque está claro que si te metes con alguien poderoso te va a bloquear laboralmente", asevera.

En cualquier caso, volviendo al incendio de Valencia, Josep Gisbert no cree que el revestimiento fuera plenamente de lana de roca. "Es un material más eficiente, pero más caro, y no puede ser que este edificio fuera así porque ha ardido igual que el de las Torres Grenfell de Londres", señala el docente. "Tendrán que investigarlo, porque la aparejadora hablaba en un principio de poliuretano y la memoria de lana de roca. Puede ser cualquier material combustible", comenta Gisbert, que concluye con una serie de preguntas que deberán ser respondidas en los próximos meses: "¿Se van a inspeccionar todos los edificios? ¿Cómo será esa inspección y qué ayudas se darán? Es que estamos hablando de mucho dinero".