El acceso a la vivienda

Uno de cada seis mayores vive en un 'piso cárcel' sin ascensor en Zaragoza

La renta, el nivel de estudios, la nacionalidad y la edad están relacionados con el tipo de residencia n Oliver, Torrero o el Casco Histórico son los barrios peor parados

Algunos edificios de los grupos sindicales han incorporado el ascensor en los últimos años.

Algunos edificios de los grupos sindicales han incorporado el ascensor en los últimos años. / ANDREEA VORNICU

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Puede resultar exagerado, pero vivir en un edificio sin ascensor puede acabar convirtiendo tu hogar en una auténtica cárcel. Si no, que se lo pregunten a los más mayores, que conforme van cumpliendo años y perdiendo movilidad salen cada vez menos de casa para evitar el momento de subir y bajar las escaleras, un imposible a ciertas edades.

Esto es lo que le sucede a uno de cada seis mayores en Zaragoza. La mayoría reside en los barrios más antiguos de la capital, con viviendas que su suman más de cuatro décadas, como Oliver-Valdefierro, Torrero-La Paz, Casablanca o el Casco Histórico, donde se mira con recelo a esos vecinos que tienen la suerte de disponer de un ascensor.

Son solo dos detalles del informe elaborado por la Cátedra Territorio, Sociedad y Visualización Geográfica de la Universidad de Zaragoza (UZ), dirigida por Ángel Pueyo y en colaboración con el ayuntamiento. Un estudio que tiene varias conclusiones, como que el nivel de renta, de estudios y la edad influyen directamente en el tipo de vivienda elegida para residir y sus características.

En general, en Zaragoza, el 78% de las personas vive en un edificio con ascensor, que en el caso de las personas mayores asciende hasta el 84% (uno de cada seis). Se da la circunstancia de que muchos de ellos se han visto obligados a dejar sus casas para buscar un nuevo hogar con ciertas comodidades y accesible.

En cuanto a la cobertura, el 30% de las viviendas de Oliver-Valdefierro carecen de ascensor. La cifra ronda el 24% en Torrero-La Paz, el 22% en Casablanca, el 20% en el Casco Histórico y oscila entre el 16% y el 17% en Delicias, San José y Las Fuentes.

Se trata de distritos que crecieron en los años 60 y 70, cuando se empezaron a construir edificios de cuatro alturas para albergar a más población. Se hacían, eso sí, sin ascensor, porque por aquel entonces este lujo encarecía el coste de la obra. Coincide con los cinturones urbanos y los antiguos grupos sindicales, muchos de ellos ahora reformados. Unas edificaciones que en los 90 dieron paso a los unifamiliares. El pero de esta moda es que conllevan una densidad poblacional muy baja, lo que elevaba el coste de los servicios públicos. No fue hasta los 90 cuando en las urbes se apostó por las viviendas en bloque, las conocidas como manzanas cerradas, todas ellas con sus respectivos ascensores y servicios. Ejemplo de ello es Parque Venecia.

Agrava la soledad no deseada

Volviendo a los datos, un problema de los llamados pisos cárcel es que agrava la soledad no deseada, otro mal endémico de la sociedad. Especialmente sensibles son aquellos de más de 85 años.

Según el estudio de la Universidad de Zaragoza, se calcula que hay 4.800 personas (17,4%) de más de 85 años viviendo en un edificio sin elevador que pasan sus días sin compañía. Para acabar con esta situación, la Cátedra apunta a la importancia de apostar por la rehabilitación y estima que habría que intervenir en algo más de un millar de edificios (1.085) en la capital aragonesa, lo que favorecería a cerca de 24.200 personas. Según detallan, Delicias, San José, Torrero-La Paz o el Rabal concentrarían el grueso de las actuaciones.

En el informe también se hace alusión a la nacionalidad (mayor brecha para los extranjeros en los barrios obreros) y al nivel de estudios que, a su vez, está relacionado con la renta del hogar.

En concreto, hay de media un 20% de diferencia de renta entre las personas con y sin ascensor. También influye en la planta en la que se vive. Si hay ascensor, los pisos más económicos son el primero y el segundo, pero si no existe esta posibilidad es al revés, serían los más caros.

En cuanto a los estudios, la mayor parte de personas sin elevador poseen una formación básica o directamente no los tiene, según el informe. Representarían el 25% del total, mientras que los que tienen formación universitaria apenas alcanza el 5%.

La edad del edificio también influye. En la capital aragonesa, el 51,5% por de las viviendas son anteriores a 1980 y carecen de ascensor el 28%.