Alquiler y compra de protección oficial

El plan de Aragón para sus zonas tensionadas: los municipios más turísticos piden 300 viviendas públicas de alquiler

Los alcaldes reciben con optimismo el plan que el Gobierno de Aragón les ha planteado esta semana y cifran entre 20 y 40 viviendas por localidad de media las que necesitarían para desatascar el mercado y atajar la escalada de precios

La plaza mayor de Aínsa, hasta los topes durante el puente de la Constitución del año pasado.  | EL PERIÓDICO

La plaza mayor de Aínsa, hasta los topes durante el puente de la Constitución del año pasado. | EL PERIÓDICO / m. c. l.

M. C. L.

Los más de 2.100 kilómetros que separan Sallent de Gállego y Las Palmas de Gran Canaria no son óbice para que la masificación turística conecte las islas con el Pirineo. Si los canarios inundaron ayer las calles para reclamar un límite al turismo que, entre otros asuntos, dispara el precio de los inmuebles, en el Pirineo se fragua estos días un movimiento institucional para aliviar la escasa oferta de vivienda en términos asequibles, hoy anegada tras años de nula intervención en el mercado y de frenazo constructor desde la crisis inmobiliaria. «Es un problema de primer orden, el mayor que tenemos», dice Fernando Sánchez, alcalde de Canfranc, que resume con esa frase un pensamiento compartido por los regidores de Benasque, Jaca o Aínsa, pero también Sos del Rey Católico o Albarracín. La cifra varía según el municipio, pero la suma total de las peticiones supera los 300 pisos solo en las diez localidades más turísticas de la comunidad.

Es por ello que los regidores de estos lugares ven con optimismo ese nuevo paso que dará el Gobierno de Aragón para impulsar la promoción de vivienda pública de protección oficial para aliviar el atasco inmobiliario que sufren sobre todo las familias jóvenes y los trabajadores eventuales. La Consejería de Fomento y Vivienda que dirige Octavio López ha empezado a negociar la promoción de estos alojamientos públicos que deben aliviar el problema en el medio plazo durante este semana.

La masificación del Pirineo

El mejor ejemplo lo tienen en Sallent de Gállego, donde la masificación asociada a la estación de esquí de Formigal lleva a los trabajadores del centro invernal a dormir en autocaravanas o en pueblos alejados de su lugar de trabajo. El ayuntamiento elaboró una encuesta en la que averiguó que necesitaba 240 plazas de vivienda para trabajadores de temporada de invierno y cerca de 150 para la campaña de verano, dado que ni siquiera las plazas que Aramón adquiere en hoteles de la zona satisfacen la demanda que aspira a no gastarse el sueldo en un lugar donde dormir.

El Ayuntamiento de Jaca quiere constuir en el Llano de la Victoria. 	 | S. E.

El Ayuntamiento de Jaca quiere constuir en el Llano de la Victoria. | S. E. / m. c. l.

Una veintena de nuevas casas públicas contentaría del mismo modo para el medio plazo al alcalde de Benasque, Manuel Mora. «Hemos creído interesante apostar por aquellas parcelas que mayor edificabilidad poseen para rebajar cuanto antes el precio del alquiler. El problema más acuciante es que los salarios de las familias que se quieren quedar a vivir no dan para pagar los alquileres tan caros, ya que tenemos algunas que en cuanto tienen un niño su única opción es casi irse de Benasque», explica Mora.

Fondos europeos

Mismo problema tienen en el Sorbrarbe, la comarca con más plazas turísticas de Aragón (roza las 20.000, según el Instituto Nacional de Estadística), debido en parte a la proliferación de los cámpines. En Aínsa esperan todavía la reunión con Fomento, pero creen que aliviarían su problema particular con unas 25 viviendas para nuevos accesos. Allí, donde prima el sector servicios, el precio al alza está haciendo mella en los vecinos, que se ven obligados a marchar de casa ante la presión inflacionista. Hace dos años obtuvieron una subvención sufragada con fondos europeos por valor de 900.000 euros para construir 26 nuevas viviendas públicas. La cosa está paralizada y esperan la inyección del Ejecutivo autonómico para sacarlos adelante. Mientras tanto, el ayuntamiento que dirige el socialista Enrique Pueyo quiere comprarle cuatro pisos a la Sareb en verano.

En Boltaña tienen un caso similar. Recibieron el año pasado una ayuda financiada también por los Next Generation por valor de 800.000 euros para desarrollar una actuación inmobiliaria que sumaría al parque municipal 22 viviendas. El coste del proyecto asciende hasta los 2,2 millones de euros, por lo que un municipio que apenas supera los mil habitantes no tiene músculo para tal inversión, por lo que han elevado el proyecto al Gobierno de Aragón. «Cada día nos viene más gente a preguntar por casas, desde maestros a efectivos de la Guardia Civil, bomberos y gente que quiere venir a vivir al pueblo. El crecimiento de Boltaña está frenado por la falta de vivienda», dice el alcalde, José María Giménez (PP).

Por otro lado, Jaca cifra entre 40 y 60 los pisos protegidos para alquiler y compra que necesita. De las primeras reuniones con el Gobierno de Aragón ya han apalabrado la promoción de entre 15 y 20 viviendas en unas parcelas que pertenecen a la sociedad pública Suelo y Vivienda de Aragón (SVA) ubicadas en el Llano de la Victoria. Allí, en Jaca, la temporada estival empieza a dar más dolores de cabeza en el terreno inmobiliario que el invierno. «Necesitamos tener vivienda para esos trabajadores durante todo el año. Se da la situación de que tenemos más plazas en viviendas (16.000) que habitantes (13.000), lo que llevó al ayuntamiento en su día a regular la construcción de pisos dedicados al alquiler turístico. Eso provocó que los precios subieran y que los trabajadores se hayan ido quedando sin residencias asequibles», explica el alcalde de Jaca, Carlos Serrano (PP).

Fuera del Pirineo, en Sos del Rey Católico también necesitan darle un empujón a las pastillas sin urbanizar que llevan años paradas. «Siempre hemos pensado que se podría hacer vivienda en una zona conocida como Las Sendicas, pero no hemos tenido ni músculo financiero ni ayuda para construir pisos allí», explica María José Navarro, alcaldesa de la localidad. «La situación es que las viviendas para alquilar ya están ocupadas y reformar las casas viejas en el municipio es muy caro, dado que hay que pasar el filtro de Patrimonio y la propia operación de meter camiones por una villa medieval requiere de una inversión altísima que lo jóvenes no se pueden permitir», dice la regidora.

Similar casuística tienen en Albarracín, principal núcleo turístico de la provincia turolense. «Proyectamos ocho viviendas de alquiler asequible y social para gente joven y queremos rehabilitar varias viviendas en el casco. Dos las tendremos en breve y para las otras seis necesitamos financiación», explica Daniel Úbeda, alcalde del municipio, que cifra en otros 12 pisos en un nuevo bloque de viviendas de alquiler con opción a compra las necesidades de esta localidad.

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