Aecom estudiará hasta 2026 las aguas de Bailín por los vertidos de Inquinosa

A la espera de que en 2024 comiencen los trabajos para desmantelar por fin la fábrica de Inquinosa en Sabiñánigo, que protagonizó el episodio más negro de la historia medioambiental aragonesa, el Gobierno de Aragón acaba de adjudicar un contrato de dos años de duración para continuar el seguimiento hidrogeológico de los vertidos de la fábrica que contaminó con lindano el acuífero de Bailín, que nutre el río Gallego y proporciona agua de boca a su municipio de cabecera.

La consultora Aecom se ha hecho con el contrato para los dos próximos años al presentar la oferta más económica por valor de 2,1 millones de euros cuando el valor estimado del contrato se elevaba hasta los 4,8 millones. Deberá encargarse del análisis y recopilación de todos los datos previos existentes realizados en los terrenos de la fábrica, así como de las nuevas mediciones y analíticas sistemáticas y constantes en el tiempo que permita garantizar el control de la pluma de contaminación y funcionamiento del acuífero de Bailín. Asimismo, tendrá que ejecutar nuevos sondeos, planificar y abordar medidas de control del freático que permitan minimizar los aportes contaminantes hacia el río Gállego y gestionar el envío a depuración de las aguas superficiales y subterráneas provenientes de la recogida de aguas de escorrentía para evitar vertidos contaminados al embalse de Sabiñánigo.

Este es uno de los tres contratos sufragados por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional de Aragón que dividen los estudios sobre los vertidos entre el acuífero de Bailín, el vertedero de Sardas y la propia fábrica de Inquinosa. Durante años, estas ubicaciones han sido tres de las zonas más contaminadas de Europa. Pese a que nunca hubo datos oficiales, se estima que Industrias Químicas del Noroeste, S.A. (Inquinosa) vertió 140.000 toneladas de HCH, un isómero tóxico resultante de la fabricación del lindano (prohibido hace ya casi 30 años), a los acuíferos que alimentan el Gállego. Pese a que la factoría dejó de producir este pesticida en 1989 y su actividad terminó en 1994, los residuos quedaron almacenados en la planta hasta el año pasado porque las instalaciones se abandonaron.

A diario se controla la calidad del agua del Gállego, el seguimiento ecológico anual del cauce, así cimi la calidad del aire, las aguas subterráneas y los suelos del entorno. Según consta en la memoria del contrato, los trabajos de seguimiento hidrogeológico de los años 2021, 2022 y 2023 han puesto de manifiesto la influencia de los eventos de riego en los niveles freáticos y las descargas hacia el embalse, resultando esencial la monitorización continua del acuífero para garantizar la calidad del agua del Gállego.

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