EL MERCADO INMOBILIARIO

Vivir rodeado de turistas en Zaragoza: "Así es imposible, te crea mucho estrés"

Los vecinos de unos bloques de viviendas de la calle Adolfo Aznar de Zaragoza se quejan por los problemas que causan los huéspedes de varios apartamentos turísticos ubicados en el entorno, mientras la empresa que loes gestiona dice que cumplen con las normativas y que no han recibido ni una denuncia

Numerosas personas esperan en la calle Adolfo Aznar de Zaragoza, donde hay varios apartamentos turísticos en un solo bloque. | SERVICIO ESPECIAL

Numerosas personas esperan en la calle Adolfo Aznar de Zaragoza, donde hay varios apartamentos turísticos en un solo bloque. | SERVICIO ESPECIAL / MARCOS DÍAZ

La convivencia en los entornos que comparten residentes y huéspedes de alojamientos turísticos puede resultar, en ocasiones, un asunto complejo. Aunque Zaragoza no ha llegado a los niveles de masificación de la poblaciones de la costa o de ciudades como Barcelona o Madrid, ya registra algún ejemplo en el que los vecinos muestran su descontento por las molestias que generan los visitantes en su espacio vital. Es el caso de unos bloques de viviendas ubicados en la calle Adolfo Aznar de la capital aragonesa, en el barrio del Actur, donde hay varios pisos con licencia de Apartamento Turístico -una figura distinta a las Viviendas de Uso Turístico- que han despertado el malestar de algunos de los residentes.

Uno de ellos, Carlos Arellano, relata a este diario que los problemas comenzaron en el mes de octubre, cuando comenzaron a funcionar estos alojamientos. «Hace siete meses, esto era un sitio tranquilo», asegura sobre un entorno que ahora es «como un hotel encubierto, pero sin el control de un hotel». «Los viernes y los sábados deberían darse una vuelta sobre las 22.00 horas y ver lo que hay: mínimo, una despedida de soltero. Y hubo un fin de semana de tres», sugiere a los propietarios de estos alojamientos, a los que achaca limitarse «a entregar las llaves y punto, no llevan ningún tipo de control».

Sobre las molestias que ha experimentado, este vecino relata que, en alguna ocasión, se ha encontrado incluso con heces en su plaza de garaje. «Estamos que no sabemos qué hacer», se lamenta.

Sus quejas las comparte Rosa Lafoz, otra vecina del entorno que cuenta hasta 13 apartamentos de este tipo en su escalera. Ella, que vive en la primera planta, recalca cómo su terraza se ha convertido «en el cenicero de toda esta gente». De hecho, añade que ya no despliega los toldos por temor a que puedan prenderse fuego a causa de una colilla mal apagada y que se ha llegado a encontrar en el suelo orines y escupitajos.

Cristal roto de la puerta de uno de los bloques de la calle Adolfo Aznar. | SERVICIO ESPECIAL

Cristal roto de la puerta de uno de los bloques de la calle Adolfo Aznar. | SERVICIO ESPECIAL / MARCOS DÍAZ

Otra de las molestias a las que alude es el horario de algunos de los huéspedes, pues «vienen a deshora» y, en ocasiones, hasta se confunden de vivienda. «En mi casa han intentado entrar tres veces», ejemplifica. También relata cómo, hace unos 15 días, un extranjero «reventó a patadas a las 6 de la mañana el cristal de la puerta porque sus compañeros no le abrían».

«El problema es que vivimos el día de la marmota», destaca Lafoz sobre una situación en la que, aunque trasladen sus quejas, los huéspedes abandonan cada fin de semana los pisos y son sustituidos por otros nuevos, que también generan problemas. «Vivir así es imposible, te crea mucho estrés», asevera.

Desde Apartamentos 3000, empresa que gestiona viviendas de este tipo en el entorno, aseguran que todas están «dadas de alta como conjunto de Apartamentos Turísticos de una llave, en cumplimiento con la normativa vigente del Gobierno de Aragón». También recalcan que cumplen con las normas «en materia de ruidos y convivencia, trasmitiendo del mismo modo estas premisas a todos los clientes alojados en estas viviendas».

«Cumplimos con la normativa de Hospederías, registrando a todos los huéspedes que se alojan en los apartamentos turísticos y comunicándolo al Cuerpo Nacional de Policía, y estamos orgullosos de decir que desde el momento de inicio de nuestra actividad no hemos recibido denuncia alguna», destacan. «Nos resulta curioso que, no alcanzando nuestra presencia ni el 6% del total de viviendas existentes en la comunidad de vecinos afectada, puedan inculpar a nuestros huéspedes, en su mayoría familias y trabajadores, como los autores de toda actividad molesta o no deseada, cuando queda otro 94% de residentes en estos edificios (propietarios, inquilinos o visitantes) con la misma probabilidad que los nuestros de ser autores de cualquiera de las incidencias», concluyen.

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