AGRICULTURA

Arranca la campaña de la fruta en el campo aragonés con optimismo pero una producción un 5% menor

UAGA espera una caída en los volúmenes de cerezas, ciruelas y peras pero leves subidas del melocotón y nectarina

Alberto San Juan y Jorge Cajo, agricultores y responsables de fruta de UAGA, este viernes en la sede.

Alberto San Juan y Jorge Cajo, agricultores y responsables de fruta de UAGA, este viernes en la sede. / EL PERIÓDICO

Tras un mes recogiendo cereza en los campos aragoneses, la campaña de la fruta de la comunidad puede darse por iniciada con la previsión de un ejercicio "que rondará la normalidad" y que se espera que sirva para mantener el volumen de producción de 2023, rozando las 600.000 toneladas. Los agricultores aragoneses han plantado menos superficie en todas las variedades de fruta excepto en nectarina, lo que hará caer ligeramente la producción, en torno a un 4,5%, con bajones muy pronunciados en la cereza (casi un 25% respecto al año pasado) o la ciruela (un 17% menos).

El sector primario mira con optimismo el curso frutícola tras varios años de sequías, heladas y plagas que, sumado al incremento de los costes de producción, ha hecho caer la rentabilidad de las explotaciones aragonesas. Pese a ello, y siguiendo la estela del año pasado, cuando ya recuperaron terreno y volúmenes más normales, los fruticultores afrontan la campaña con perspectivas "bastante buenas" y esperan recoger 225.000 de melocotón y 165.000 de nectarina, que se llevan el grueso, además de 50.000 toneladas de cereza, 15.000 de ciruela, 35.000 de albaricoque, 70.000 de manzana, y 40.000 de pera (un 13% menos).

Así se extrae de la presentación de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, donde los responsables del sector, Jorge Cajo y Alfredo San Juan, han desgranado la previsión de la campaña para la campaña que se extiende entre mayo y septiembre, en la que se espera contratar a 14.000 temporeros y superar los 22.000 trabajadores en la recolección de la fruta. Al contrario que otros años, no se espera que haya problemas para encontrar mano de obra ni tampoco con la cuestión del alojamiento, según han explicado los dos jóvenes agricultores.

La campaña frutícola es un evento laboral de primer orden en las comarcas de Valdejalón, Bajo Cinca, Calatayud, Aranda, Caspe-Bajo Aragón, Matarraña y La Litera, dado que en ellas se concentra el grueso de un subsector en el que Aragón siempre oscila entre el primer y el segundo mayor productor de fruta de hueso de todo el país. Sin embargo, la baja rentabilidad, las duras condiciones que impone Agroseguro y el agricultura hacen retroceder la producción de fruta de la comunidad, por lo que la importancia de la comunidad afronta una curva descendente con la fruta de pepita perdiendo peso en favor de la de hueso, sobre todo por las demandas del mercado.

Según han reconocido los agricultores de UAGA, la primavera ha llegado con tranquilidad a Aragón, con "buenas" floraciones y cuajados, aunque en algunos productos como el melocotón casi en exceso. Aún así, la superficie cultivada pasará de las algo más de 37.000 hectáreas de 2019 a las 35.741 de 2023, con pérdidas del 20,4% de las tierras dedicadas a perales o del 19% de los manzanos, lo que evidencia esa pérdida progesiva del peso de la fruta de semilla.

Jorge Cajo y Alberto San Juan han sido muy críticos con las nuevas condiciones del seguro agrario, en especial en el caso de la cereza. "Hemos tenido problemas de rajado en algunas variedades y no vamos a cobrar nada del seguro porque nos exigen que un 20% de la producción esté rajada. Eso sería catastrófico y estamos con precios de cereza que rondan los 20 céntimos por kilo", ha lamentado Cajo, insistiendo por otro lado en que la ley de cadena alimentaria "no se cumple" con la fruta. "Nos estamos jugado la soberanía alimentaria y que en lugar de ser muchos los agricultores que produzcan sean unas pocas las empresas que controlen la producción de alimentos", ha criticado el joven agricultor.