La Guardia Civil intensifica su presencia en la provincia de Huesca ante los últimos robos en Pomar

Los robos en el medio rural de Aragón continúan sembrando una sensación de "inseguridad" constatada por un informe del Justicia que, en el caso de la provincia oscense, continúa agravándose con recientes robos de maquinaria agrícola cometidos en algunos pueblos como Pomar de Cinca. Ante esta situación, diversos alcaldes de las comarcas del Cinca Medio, Los Monegros y el Somontano mantuvieron este lunes una reunión con la subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar, y el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca, Francisco Pulido, para analizar esta sensación.

A la cita asistieron los alcaldes de los municipios de Castelflorite, Ilche, Berbegal, Laluenga, Laperdiguera, Torres de Alcanadre, San Miguel de Cinca, Pertusa y Peralta de Alcofea. La Guardia Civil les trasladó que se ha intensificado la presencia de efectivos para prevenir esta actuaciones delictivos; unos refuerzos que los agricultores siempre lamentan que son "puntuales" y que no acaban con este problema ya que los sindicatos de la Benemérita denuncian la falta de agentes que, unida a una "obsoleta" distribución de los cuarteles, genera esa "inseguridad" y les impide desarrollar correctamente esa labor de prevención.

Aunque el Ministerio del Interior publicó recientemente los datos de criminalidad entre enero y septiembre de 2022 por los que constata que Huesca es la octava provincia donde más aumentó la tasa delictiva (27,5%), la subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar, explicó a los regidores que son "hechos puntuales". "Existe una preocupación a la que tenemos que dar respuesta para devolver la tranquilidad a los habitantes de nuestros pueblos", aclaró.

A lo largo de dicho encuentro, se incidió una vez más en la importancia de la colaboración ciudadana para prevenir y resolver estos hechos. Em este sentido, la subdelegada llamó a que “siempre que haya un robo, por pequeño que sea, o se detecte una presencia sospechosa, hay que trasladarlo a la Guardia Civil para que disponga del mayor número de indicios posibles que permita seguir la pista de estos hechos y dar con los culpables lo antes posible”. 

Una labor que para las víctimas no es tan sencilla como parece pues son frecuentes las ocasiones en las que estos cuarteles están cerrados debido a la falta de efectivos que desemboca en la imposibilidad de realizar patrullas de seguridad ciudadana y gestionar trámites de oficina. A ello se suma que buena parte de los damnificados son agricultores o ganaderos y no disponen del suficiente tiempo como para esperar a interponer esa denuncia.