Nuestra Señora del Rosario en sus misterios dolorosos, conocida como la Virgen Blanca de la cofradía del Silencio, ya está repuesta al culto tras ser intervenida. El encargado de los trabajos ha sido el restaurador Isaac González Gordo, después de que la Junta de Gobierno de esta hermandad radicada en el zaragozano barrio de El Gancho, con su hermano mayor a la cabeza, Víctor Egea, así lo acordaran por entender que era necesario atajar las señales del tiempo.

La Virgen Blanca se mostrará el próximo Jueves Santo con una tez más clara, después de que el restaurador haya eliminado la suciedad ambiental y aquellos barnices que hayan sufrido un proceso de oxidación muy acusado, aportando un aspecto oscuro a la obra y modificando el cromatismo original de la misma. Según señala el propio restaurador se han sellado las grietas del cuello y rostro, mediante adhesivo o resina epoxi, y se han eliminado los restos de cera mediante aire caliente e hidrocarburo.

El eamen de la obra realizada por Jacinto Higueras Cátedra en 1953 con luz ultravioleta se observó la presencia de repintes en intervenciones anteriores. De ahí que se hayan estucado las faltas de los diferentes estratos y se haya realizado una reintegración cromática de las lagunas. "Se ha tenido una especial atención en la calidad y acabado de las lagunas reintegradas, evitando interpretaciones que puedan llevar a confusión", mantiene el artista. en este sentido, la imagen ha sido barnizada y le ha dado un tratamiento anti-carcoma.

Detalle del rostro tras la restauración. COFRADÍA EL SILENCIO

Algo que pasará desapercibido, pero que se ha tenido que intervenir son las extremidades superiores de esta talla de candelero. Se han eliminado los brazos actuales, siendo sustituidos por otros realizados en proporción a la talla en madera de cedro, donde se incorporen las nuevas articulaciones de bola en hombro y codo. Los ha realizado el imaginero Víctor Carazo.

La Virgen Blanca destaca por su color blanco en una cofradía en la que sus hermanos visten túnica negra; capirote negro con el anagrama bordado en blanco sobre el antifaz y cinturón de esparto. El color del hábito y el esparto son signos de austeridad y luto.

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