Los conductores intentan siempre mantener su coche en perfectas condiciones para evitar siniestros que puedan tener un desenlace fatal. Para prevenir este tipo de accidentes, la Policía Nacional ha publicado un decálogo de recomendaciones que debes seguir si quieres tener tu vehículo a punto para una conducción segura. Además, cabe recordar que es obligatorio tener al día la inspección del automóvil para no caer en una posible sanción de 200 a 500 euros.
Dirección
Los conductores deben chequear frecuentemente la dirección si notan holguras, ruidos extraños, vibraciones no habituales, dureza anormal al intentar girar o un desgaste irregular en los neumáticos.
Frenos
Si los frenos están en mal estado, será más complicado realizar un frenado de emergencia por lo que deberás realizar esta acción con mucha más antelación. Es habitual que el sistema de frenos se vaya desgastando con el paso del tiempo y también dependen de tu forma de conducción. Por tanto, es necesario una revisión de pastillas, zapatas, discos y nivel del líquido de frenos.
Suspensión
El deterioro de la suspensión es imperceptible, pero su mantenimiento es vital porque dos características vitales como la estabilidad y la capacidad de frenado dependen de ella. Hay que estar atentos a las indicaciones que nos da el coche y que pueden ser causadas por algún componente de la suspensión que debería ser sustituido como los amortiguadores.
Neumáticos
La presión de los neumáticos debe ser siempre la adecuada y recomendada por el fabricante para evitar pinchazos inesperados por lo que debe ser revisada en frío. Además, los conductores tienen que comprobar la profundidad del dibujo de las ruedas (1,6 mm), observar si han aparecido nuevas deformaciones provocadas por un desgaste irregular.
Luces
Con la llegada del invierno, los días son cada vez más cortos por lo que mantener las luces en perfecto estado es vital para evitar sustos cuando oscurece. Los faros de tu coche te permiten ver y ser visto por lo que es conveniente revisar mensualmente el funcionamiento adecuado de todas las luces (cruce, posición, freno, marcha atrás, carretera y antinieblas). También es importante limpiar la superficie de barro y suciedad después de una tormenta.
Batería
Para evitar quedarte tirado en algún páramo, el mejor consejo para evitar problemas con la batería del coche es desconectarla en el caso de que no se vaya a utilizar el vehículo durante un tiempo prolongado porque hay que recordar de que, aunque el coche esté parado, la batería se sigue descargando lentamente. Por otro lado, la batería debe revisarse si tienes problemas al arrancar o los bornes están sulfatados ya que se encarga de dar vida a todos los elementos del vehículo.
Niveles y filtros
Una revisión anual es la clave para mantener el control sobre los diversos filtros del coche. Para evitar problemas, hay que revisar el nivel del líquido de frenos, el limpiaparabrisas, el aceite... Además, hay que tener en cuenta la tensión en la que se encuentran las correas y el estado de los filtros de aire, polen.
Aire acondicionado
Obligatorio examinar el funcionamiento del aire acondicionado antes de la llegada del calor de verano porque puede ser que enfríe poco o se oigan ruidos al conectarlo. Es recomendable cambiar el filtro del habitáculo, que tiene un precio muy bajo, y recargar el gas del aire acondicionado. Aunque sea la temporada de invierno, se debe encender una vez al mes para evitar la aparición de moho y malos olores. Está comprobado que un buen aire acondicionado aporta confort, disminuye la fatiga ayudando a la seguridad.
Lunas y limpiaparabrisas
En caso de lluvia, las escobillas limpiaparabrisas representan un papel fundamental. Si no barren bien y no evacuan correctamente el agua, granizo o nieve, impiden que se divise una información preciosa a nuestros ojos. Unos segundos pueden resultar vitales en estos casos.
Inyección
Cualquier conductor se evitará sustos si revisa el sistema de inyección después de haber sentido aumentos en el consumo de combustible, tirones constantes al arrancar o durante la marcha. Notarás fugas o corrosiones por una falta de potencia del motor que pueden terminar en un mayor riesgo de incendio dentro del vehículo.
