¿Cómo se produjo su salida del Casademont Zaragoza?

El fin de etapa corresponde a una reestructuración, como bien se me explicó, del área deportiva que iba a pasar de tres a dos entrenadores ayudantes. A mí se me acababa el contrato y esa fue la situación que genera mi salida de un club en el que he estado muy a gusto y he disfrutado mucho los tres últimos años.

¿Qué balance hace de estos tres años?

Para mí han sido tres temporadas fantásticas, con muchos más claros que oscuros. Como bien se ha hablado con la dirección deportiva, dirección general y presidencia, desde donde venía el club en esa primera etapa con Porfi Fisac se consiguieron grandes retos y le estoy muy agradecido por la oportunidad que se me dio en ese momento. Yo estaba de vacaciones en México, que parece muy exótico, y recibí una llamada para venir a la que considero mi casa. Para mí era como un sueño. Clasificarnos para Europa, entrar en playoff, ganar a Baskonia y entrar en semifinales el primer año fue una cosa tan inesperada como increíble. El segundo clasificarnos para la Copa del Rey, ir en una posición privilegiada cuando llega la pandemia, fue extraordinario. Vivir aquel momento de la burbuja fue algo excepcional.

"Tuve una oferta ACB de mayor cuantía pero valoré quedarme en este proyecto, igual que les pasó a algunos jugadores, que hicieron ese esfuerzo"

La última temporada fue diferente.

Esta temporada también ha sido muy atípica y hemos echado mucho de menos jugar con público. Después de las dos primeras temporadas y con un Príncipe Felipe que siempre nos ha llevado en volandas, este año podía haber sido diferente. Hemos tenido picos altos y bajos, jugamos la final a ocho del año anterior que fue lo que a mí me motivó para seguir porque tuve una oferta ACB de mayor cuantía pero valoré quedarme en este proyecto, igual que les pasó a algunos jugadores, que hicieron ese esfuerzo. Creíamos que teníamos una cuenta pendiente y se jugó esa final a ocho. Durante la campaña europea se consiguieron resultados increíbles. Con Diego Ocampo, al que le estoy muy agradecido, tuvimos esa final a ocho en Grecia y picos buenos, sobre todo en pretemporada, pero luego no tuvimos fortuna al inicio de Liga.

Y llegó Sergio Hernández.

Con Sergio Hernández tuvimos momentos muy brillantes después de un inicio dubitativo pero enganchamos la mejor racha de la temporada, nos pusimos en un lugar de privilegio en la Liga y competimos en Europa hasta ir a la final a ocho en Rusia.

Ahí estuvo Luis Casimiro.

Estoy súper agradecido a todos los entrenadores y no me quiero dejar a Sergio Lamúa, que se hizo cargo del partido de Guipuzkoa, le arropamos y creo que fue un partido casi perfecto por cómo lo preparamos y cómo lo dirigió. Con Luis Casimiro en Rusia nos colamos de nuevo en semifinales, jugando contra el anfitrión y consiguiendo el bronce. Pienso que hay muchos más claros, más éxitos, y no solo por resultados sino también por los jugadores que en esta etapa han dado el paso, como Pradilla en Valencia, Alocén en Madrid, Lobaco está en LEB Oro, Urdiain, Etxeguren, Javi García que está, Jaime Fernández que estará en ACB o en LEB Oro, muchos jugadores de la generación Z que siguen saliendo.

¿Es muy diferente trabajar con un solo entrenador durante dos años a hacerlo con tres en una misma temporada o la labor del ayudante es siempre la misma?

Diría con cuatro entrenadores porque me gustaría contar a Sergio. Los entrenadores tenemos que valorarnos. Cada entrenador es diferente, obviamente. Es verdad que nosotros heredamos esa buena dinámica del buen trabajo que llevábamos con Porfi. Diego pone sus criterios y luego con cada entrenador sus criterios cambian y son diferentes. Lo que creo que es muy importante en los entrenadores es la capacidad de adaptabilidad, tanto si eres segundo como primero, no puedes trabajar igual con todos los grupos. Un ayudante tiene que responder a lo que pide el primer entrenador. En la oficina podemos tener nuestras discrepancias pero en la pista el bloqueo directo se defiende de esta manera, y este es el criterio y el detalle es muy importante, esa idea y creer en esa idea. Con todos los entrenadores hemos estado todos los ayudantes con mucha concordancia y coherencia.

¿Es más difícil trabajar con tanto cambio de jugador?

Cada jugador que viene tiene unas características diferentes pero para eso hay un trabajo en la sombra en el que se tienen actualizados todos los playbooks, los partidos, se analizan las características de los jugadores que tenemos y los que pueden venir, hay un trabajo muy coral también con la dirección deportiva. Luego nos centramos más en la amenaza y características del que viene y en buscar la mejora. El año pasado empezamos con Jason Thompson, por ejemplo, que no encontrábamos la manera de ubicarlo muchas veces, empezamos a ubicarlo y cuando se va porque tiene una oferta aparece otro jugador con características diferentes y el reto era, dentro de nuestra idea, buscar los conceptos. Y más con los cambios de entrenador. Pero el trabajo en la sombra hace que se puedan ir adaptando y viendo cosas de mucho nivel.

"Los grupos de jugadores han sido extraordinarios y esa fuerza nos hizo ser terceros muchos momentos del segundo año y salvar una parte complicada en diciembre-enero de esta última temporada"

¿Cómo ha sido la relación con la plantilla?

Desde la primera entrevista de la pretemporada del primer año con Sergio Lamúa, los grupos de trabajo han sido extraordinarios. Hay grupos difíciles de trabajar pero no nos ha tocado, ha habido muy buena base de jugadores nacionales que arropaban a los que venían. Sigo teniendo gran relación con Okoye, Dylan, Seibutis, Nacho Martín, Marc Martí, Alocén y su familia a los que conocía de mi trayectoria federativa, jugadores de cualquier nacionalidad y condición. Ha habido grupos muy buenos y muy cohesionados como se ha visto. Luego las cosas han ido mejor o peor pero esa fuerza nos hizo ser terceros muchos momentos del segundo año y salvar una parte complicada en diciembre-enero de esta última temporada y meternos en la final a ocho. Ganar a Nizhny allí con un entrenador nuevo que no conocía al equipo, hay un trabajo en la sombra no solo nuestro, de los fisios, de los preparadores, de Luis… de todo el mundo. Por eso creo que hay que velar de todos los componentes de los cuerpos técnicos porque hay grandes profesionales que hacen un trabajo extraordinario.

Y en una temporada con tanto cambio ponen la continuidad.

Me lo ha mencionado mucha gente porque al final los que le hemos intentado dar coherencia hemos sido los que siempre hemos estado. Con Sergio y Nacho hemos hecho un buen trabajo y tenemos una amistad ya para toda la vida, igual que con el resto del cuerpo técnico. Ha habido un trabajo en equipo muy bueno. Cuando hay tantos cambios la adaptabilidad es muy importante y ahí creo que hemos estado bien.

¿Deja la puerta abierta al Casademont?

Sin duda, de hecho ya he mencionado por redes que primero, quiero agradecer todo el apoyo a la marea roja y, segundo, espero que me den la bienvenida porque ahora voy a ser parte de ella. No es que yo deje la puerta abierta, es que creo que está abierta por ambas partes. Esto responde a una reestructuración y yo tengo una excelente relación con Jaume y con la directiva. Me han hecho saber que si hay una opción pueden contar conmigo y yo les he hecho saber que estoy disponible. Además me quedo en Zaragoza.

"Me quedo en Zaragoza, en Aragón, desarrollando el talento de aquí como director técnico del Stadium Casablanca"

¿Cuál va a ser su nuevo proyecto?

Cuando se supo de esta situación el Stadium Casablanca estaba buscando a alguien que llevara la dirección técnica. He tenido ofertas ACB pero a veces en la vida hay que saber decir que no. Esta negativa hizo que esta opción se abriera y estoy muy ilusionado y agradecido al esfuerzo que están haciendo muchas partes para que pueda estar aquí. Me quedo en Zaragoza, en Aragón, desarrollando el talento de aquí.

¿En qué va a consistir su trabajo?

Voy a aterrizar un poco, hay muchas cosas por hacer, proyectos transversales en el Stadium. Vamos a trabajar a nivel social y con baloncesto al máximo nivel que podamos tener. Va a haber un trabajo de cantera de jugadores pero también de entrenadores y ese va a ser parte de mi reto. Me gusta mucho la formación de jugadores y entrenadores y aquí hay una cantera de entrenadores muy grande: Víctor Lapeña, Santi Pérez, Nacho Juan o Víctor Fernández. Esa parte me motiva mucho.

¿Con qué base cuenta?

Antes de empezar estamos por encima de las 300 fichas y casi 40 entrenadores. Estoy aterrizando, empezaré oficialmente en septiembre, esto ha sido muy reciente. Salí del Casademont con tranquilidad y acabamos de aterrizar. El volumen es muy grande y vamos a intentar optimizar todos los recursos que haya en pro de sacar estas actividades que creo que van a ser muy bonitas, ver qué posibilidades hay pero creo que van a ser diferentes.

Deberá combinar la parte competitiva con la social, que todo el que quiera pueda jugar al nivel que sea.

Eso es muy importante para mí. En alguno de los campus en los que estoy hablamos de los valores del deporte y del baloncesto en particular y eso hay que moverlo todos los días. No me gustaría que ningún niño que quiera jugar no pueda jugar, vamos a trabajar para eso. Y no vamos a estar solo en Stadium, yo creo mucho en la unión de todos los entes, instituciones. A veces denoto cierto distanciamiento y tiene que haber una competencia leal, que todos los equipos de Zaragoza trabajen al unísono en la misma dirección. Aquí hay una base importante y un baloncesto de alto rendimiento que también vamos a intentar potenciar. El reto es intentar encontrar el equilibrio. Para eso me fichan y en eso voy a poner todo mi empeño.