Tras el éxito de la clasificación, ahora toca disfrutar del premio de la Copa de la Reina. Juegan los cuartos de final este viernes contra el Valencia.

Sí. Meternos en la Copa era uno de los objetivos que nos marcábamos a principio de temporada, pero sabíamos lo difícil que sería conseguirlo. Hemos hecho un grandísimo trabajo y esta es la recompensa que nos merecemos.

¿Cómo está el equipo? A priori no llega en su mejor momento de forma de la temporada.

Tenemos un buen feeling. La Copa es especial. Te tienes que olvidar de lo que has hecho hasta ahora, tanto de lo bueno como de lo malo. A un partido puede pasar cualquier cosa y la mentalidad es la de ganar. No puedes ir a la Copa con otro pensamiento que no sea el de ganar.

¿Se nota un ambiente especial en el vestuario? ¿Hay nervios?

Vamos con mucha ilusión y con toda el hambre del mundo. Tenemos una buena mezcla de jugadoras con experiencia en la competición y jugadoras con la ilusión de disputarla por primera vez. Eso nos puede venir bien. El Casademont tiene dos años de vida y ya estamos en una Copa de la Reina. Todo lo que venga será recibido estupendamente, nosotras vamos con muchas ganas.

¿Qué consejos les dan las jugadoras más veteranas como Anna Cruz o usted misma a las que todavía no saben lo que es disputar una Copa?

Lo principal es que no tenemos nada que perder, así que hay que salir a disfrutar. Toda la presión se la echamos al Valencia, que son las favoritas para ganar.

¿Cómo se les puede plantar cara? ¿Han sacado conclusiones de los partidos previos frente a ellas?

Haciendo muy buen baloncesto y siendo muy consistentes los 40 minutos. No podemos tener lagunas como tuvimos cuando jugamos aquí hace dos semanas. Hay que ser más sólidas y llegar al último cuarto metidas en el partido. Son jugadoras con mucha experiencia, insisto en que las que van a tener la presión son ellas. En un final apretado eso les puede pesar y nosotras vamos a ir a por el partido.

¿Es especial jugar en Valencia para usted?

Me hace mucha ilusión. He jugado tres Copas ya allí, pero siempre me gusta volver. En las gradas veo a mi abuela, a mis padres, a mis amigos, a mis familiares... y eso para mí mola mucho. Ese vínculo a nivel de baloncesto quizás no lo tengo con la ciudad porque nunca he jugado allí, pero sí con la grada que siempre me trata muy bien.

Está firmando una de sus mejores temporadas como profesional. ¿Se considera la líder del equipo?

En parte sí y en parte no. Quizá más fuera de la pista que dentro, por mi forma de ser. En la cancha está todo muy repartido. Cuando se confeccionó este equipo era para que el otro equipo tuviera que defender a cinco, seis o siete jugadoras. Si yo no estoy bien un día seguro que lo va a estar otra.

Cuando regresó en verano reconoció que Zaragoza es para usted su segunda casa. ¿Se confirma esa sensación?

Se confirma, se confirma... (ríe). Se confirma que estoy muy a gusto y que estoy muy bien. Llevo muchas temporadas, a nivel de baloncesto es como mi primera casa, así lo siento. El día a día es muy fácil. También que esté Carlos (Cantero) lo hace todavía más fácil. Además el buen ambiente del grupo hace ameno el día a día porque pasamos muchas horas juntas.

El equipo ha conseguido enganchar a la afición y siempre hace hincapié en lo importante que es para el grupo contar con los aficionados en la grada.

Es que es así, no lo decimos por quedar bien. Entre nosotras lo hablamos porque lo notamos mogollón. Queremos jugar en casa por el cariño de la grada. En redes sociales también notamos ese cariño. En el baloncesto femenino siempre pedimos visibilidad y aquí en Zaragoza la tenemos. Intentaremos corresponder haciendo un buen papel en la Copa.