La crónica del Casademont Zaragoza-Real Betis: Una sonrisa al filo del abismo (89-82)

Otra vez al filo del abismo, de nuevo sufriendo hasta el final, prórroga incluida. El Casademont Zaragoza vive al límite esta temporada y así logró su quinta victoria del curso, ante un rival directo, frente a un Betis que se agarró a todas las vidas que le dio su rival y que solo sucumbió en el último instante (89-82). La victoria es oro puro, aire fresco, vale doble al tener también el averaje ganado con el Betis, todo lo que se diga es poco, pero no debe ocultar la situación crítica del equipo aragonés, que no puede fiarlo todo a que enfrente haya otro equipo peor. A punto estuvo de colapsar ante el Betis hasta que Jovic tomó las riendas en el tramo final para guiar al equipo.

Los problemas de Sant-Roos condicionaron tanto el planteamiento inicial como el plan de partido, porque redujo aún más la rotación exterior. Porfirio Fisac apostó por juntar dos bases en pista, Jovic y Wright de inicio y Ponitka después. Como habitualmente no tiene mucha amenaza exterior, esto no cambió. Su poderío estaba en el interior y bien que lo aprovechó, primero Hlinason y después Mara. Sumado el buen hacer de Iván Cruz, el conjunto aragonés comenzó dominando y pudo hacerse con el control del marcador desde el principio. 

El Betis lo intentaba desde lejos y, gracias a algún desajuste defensivo local, consiguió mantener la igualdad en los primeros compases. Pero pronto se vio superado por el Casademont. Porque el equipo aragonés se mostró seguro en lo que hacía, con sus errores, con todas sus imperfecciones, y porque el Betis fue desangrándose por todas sus carencias. Al descanso el equipo zaragozano ya tenía una buena renta (42-30) y dominaba a su rival en casi todo. En rebotes (23-13), en asistencias (11-5) y en valoración (57-21), Así, ni con sus problemas habituales desde el arco y desde el tiro libre sufría el Casademont Zaragoza.

La segunda parte comenzó con la inclusión de Sant-Roos, que empezó incluso anotando, pero también con un progresivo desacierto ofensivo de un Casademont que estaba dando vida a su rival. Yel Betis lo aprovechó para engancharse al partido de nuevo porque una cosa es no poder y, otra, no querer. Los andaluces también se jugaban mucho. Y viendo que el Casademont fallaba y fallaba y ellos iban acercándose, acabaron dándole la vuelta al marcador en el tercer cuarto (57-58). El efecto Sant-Roos duró apenas seis minutos y fue pura gaseosa. Los verdiblancos aprovecharon su inercia positiva mientras el Casademont empezaba a temblar temiéndose otra vez lo peor.

Conforme avanzaban los minutos y llegaba la hora de la verdad se iban encogiendo las ideas y los brazos en el Casademont Zaragoza. Malas decisiones en la pista y en el banquillo (como la insistencia en Simanic en lugar de un efectivo Cruz) tenían al equipo aragonés contra las cuerdas, incapaz de anotar con fluidez, cada vez más atascado en ataque, sin piernas para llegar en defensa, tembloroso ante otro final a cara o cruz. Esta vez ninguno lo supo ganar a tiempo y hubo prórroga de nuevo (76-76).

En el tiempo extra empezó más entonado el Casademont y, pese a sus errores desde el tiro libre, tomó una renta de cinco puntos mediada la prórroga (83-78) que allanaba su camino. Ahí sucumbió el Betis, que ya no dio más de sí. Con lo poco que tiene, a punto estuvo de tumbar a un Casademont demasiado frágil. El liderazgo de Jovic resultó clave en un tramo final que amenazaba de nuevo con tragedia. Esta vez acabó con sonrisa pero no puede confiarse lo más mínimo el equipo aragonés.

La efectividad de Hlinason (de nuevo 100% en tiros de campo) fue de lo más destacable de un Casademont que sigue teniendo unos porcentajes de tiros de tres y libres insuficientes salvo que enfrente haya un rival como el Betis. El equipo de Fisac respira aliviado y toma un buen colchón con el descenso, pero cuidado.

Así hemos contado el partido en directo: