Unos padres vecinos de la localidad oscense de Jaca han sido detenidos por la muerte de su bebé de tres meses. Según fuentes consultadas por este diario, los sanitarios habrían señalado que el bebé habría sido víctima del síndrome del lactante zarandeado.

Los hechos que investiga el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón tuvieron lugar el 11 de marzo. Al parecer, los padres llevaron al menor en un primer momento al Hospital de Jaca pero ante la gravedad de las lesiones que presentaba fue trasladado de urgencia al Materno Infantil de Zaragoza. Allí murió.

El padre, de origen español, y la madre, boliviana, están siendo investigados por homicidio imprudente, siendo puestos en libertad por el juez competente.

El síndrome que habría sufrido el niño de 3 meses es, según la Asociación Española de Pediatría, el conjunto de lesiones cerebrales que se producen al sacudir vigorosamente a un bebé. Se estima que su incidencia en el mundo es de 20-25 casos por cada 100.000 niños menores de dos años. En España, de los 450.000 niños nacidos al año, unos 100 pueden sufrirlo.

El 30% de los niños fallece y el 80% de los supervivientes queda con secuelas neurológicas y neurocognitivas graves, según estudios médicos, que van desde una parálisis cerebral, sordera, ceguera, epilepsia hasta retraso en el aprendizaje y discapacidad mental. La causa más frecuente que suele desencadenar esta forma de maltrato es el llanto inconsolable del bebé, y el enfado y frustración que genera en sus cuidadores. 

Otro caso en Zaragoza

Este mismo síndrome fue diagnosticado la semana pasada en Zaragoza con relación a una niña de tres meses y que derivó, tal y como adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, en la detención de los dos padres. En este caso la menor no ha muerto, pero se ha quedado ciega y sorda. 

El ingreso en el hospital, donde permanece en estado «de extrema gravedad» fue el pasado 14 de abril sobre las 01.30 horas. Ese día, el padre de la bebé, explicó que no había ocurrido nada, que la niña había vomitado, pero que no se había caído, ni golpeado, ni la habían agitado. Al ser preguntado por la madre, este dijo que no se encontraba en el domicilio, que estaba en Barcelona.

Al día siguiente cambió de parecer y explicaron, a partir de las dudas de los sanitarios por las circunstancias del vómito, que el padre estaba con la niña y la madre en la ducha, por lo que ya no correspondían los hechos de la misma forma.

Ante todo ello, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, en funciones de guardia, acordó el ingreso en prisión del progenitor, defendido por Luis Ángel Marcén, y la libertad de la mujer, representada por Carmen Sánchez Herrero.