Zaragoza vuelve a sufrir una oleada de robos de catalizadores en vehículos estacionados en el interior de aparcamientos de comunidades de vecinos. Se han denunciado sustracciones en barrios como Valdespartera, San Gregorio y Montañana, entre otros; eligiendo en la mayoría de ocasiones vehículos híbridos. Su fectiche: el modelo Prius de Toyota. La Policía Nacional ya trata de dar con los sospechosos.

Están muy especializados por cómo actuaron en un edificio residencial del sur de Zaragoza que aglutina 164 viviendas entre las calles Los Pájaros, Los Olvidados y Reina de África. Según explica Miguel Lorenzo, presidente de la comunidad, un día accedieron al interior del garaje y solo abrieron un coche. «Le rompieron la cerradura y accedieron al mismo y lo curioso fue que solo le quitaron los dos mandos para abrir el garaje».

Uno de ellos no iba, por lo que se deshicieron en las proximidades, quedándose el que funcionaba. Lo que no se podían imaginar los vecinos, especialmente los seis propietarios de vehículos afectados, que esta semana iban a regresar por la noche. Tenían vía libre gracias al aparato electrónico, por lo que entraron y desvalijaron los catalizadores de seis vehículos, casualmente, todos ellos eran híbridos y la mayoría el codiciado Prius de Toyota. «Uno de ellos es taxista y el roto que le hicieron fue importante porque si te quitan el catalizador no puedes usar el coche y lo tienes que llevar al taller con el consiguiente gasto que eso genera y en el caso de este vecino hay que añadir el dinero que ha dejado de ingresar al no poder salir a trabajar», lamenta.

No obstante, los vecinos han aprendido la lección, aunque de la peor forma posible. Han cambiado las configuraciones de los mandos para evitar que los amigos de lo ajeno y especialistas en desmontar vehículos vuelvan y sigan robando catalizadores. Asimismo, se han instado a ser más vigilantes con las personas que acceden al garaje para evitar intrusos. «Sospechamos que accedieron con su propio coche, pasando así totalmente desapercibidos tanto con el botín como para acceder al mismo», afirma, mientras añade: «¿Quién va a sospechar de un coche que accede con mando?».

No es la primera vez que la capital aragonesa sufre sustracciones de este tipo. De hecho, a primeros de año fueron detenidos dos jóvenes que salieron a la carrera después de actuar en un párking en el barrio del Arrabal.

Los ladrones accedieron a este garaje de Valdespartera y robaron en seis coches. | ANDREEA VORNICU

Para llevar a cabo este tipo de robos, los ladrones parecen mecánicos, ya que despliegan gatos hidráulicos con los que ponen en altura los coches y luego cortan los catalizadores con sierras de mano o radiales. En el exterior siempre hay alguien realizando labores de vigilancia. Suelen actuar en comunidades vecinales en los extrarradios de las ciudades porque suelen ser bandas itinerantes.

Los catalizadores que roban van todos destinados al mercado negro, no a talleres de vehículos, sino que son atractivos por lo que llevan en el interior: platino, rodio y paladio. De los tres, el primero es el más codiciado puesto que se paga a 29,45 euros el gramo, es decir, está por encima del oro.

Raúl Ariza, mecánico en un taller del centro de Zaragoza, señala que «el robo de este elemento es un auténtico problema porque no se controla el consumo de combustible y porque el ruido es ensordecedor. No se puede ir sin él». Explica que es un dispositivo metálico que forma parte del sistema de escape del vehículo y cuya función pasa por modificar químicamente los gases para reducir las emisiones contaminantes y es muy cotizado porque en el interior tiene paladio, rodio y platino, entre otros metales.

Lorenzo, presidente de una comunidad de vecinos afectadas. | ANDREEA VORNICU

Ariza señala que los talleres de coches «no somos los que compramos los catalizadores, sino todo lo contrario, a veces recibimos llamadas de gente que los compra de segunda mano, que te pagan 150 euros, por los que hemos quitado en nuestras reparaciones». «Los que roban no sirven para recolocarlos porque, aunque por fuera se ven metálicos, por dentro es una pieza de cerámica como un jarrón y ante cualquier presión se rajan por dentro». «Este problema se pararía si se legislara para que hubiera una especie de cadena de custodia o de trazabilidad y así saber todos sus pasos, ya no habría mercado negro o, al menos, se reduciría de forma importante», añade.

Sustituir el catalizador por uno nuevo y de calidad no es nada barato. «Puedes poner uno para salir del paso por 400 euros, pero al final no va a durar más de un año o año y medio, un catalizador bueno está en torno a los 1.000 euros. Son fundamentales para que luego en la ITV no te echen atrás la revisión por los gases», incide.