SUCESOS EN ZARAGOZA

Reconoce un puñetazo mortal en la calle Dato de Zaragoza

Jorge Villamil falleció tras recibir el golpe a las afueras una discoteca

El Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza inició ayer el juicio contra Iván Andrés M. L., de 42 años de edad, como presunto autor de un delito de homicidio en grado de imprudencia al acabar con la vida de un joven de 18 años en la calle Dato de Zaragoza el 23 de mayo de 2021. Durante la primera sesión del plenario compareció el acusado, quien reconoció haberle propinado un puñetazo a Jorge Villamil. Afronta una pena de cuatro años de cárcel a petición de la Fiscalía.

La víctima murió de una asfixia por el paso masivo de sangre por sus vías respiratorias, es decir, que el joven agredido sufrió una hemorragia aguda postraumática que era incompatible con la vida, pese a que fue trasladado al hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza con urgencia para intentar salvarle. Este crimen se produjo dos semanas después de que se derogara el toque de queda, decretada para evitar contagios durante la pandemia. Fue en el exterior de la discoteca Déjà Vu, establecimiento en el que habían coincidido. Los testigos señalaron en el juzgado que el agresor, la víctima y una joven que había sido novia de ambos estuvieron dentro del bar en mesas separadas y con distintos grupos de amigos.

Sin embargo, en un momento dado, Jorge Santiago se acercó al lugar donde se encontraba su expareja e intentó hablar con ella. La joven declaró en su día que no le hizo mucho caso, por lo que más tarde, al verla salir, el ahora fallecido decidió seguirla hasta la calle.

Al percatarse de ello Iván M. se levantó de su mesa y se dirigió también al exterior del establecimiento. Fuera, el detenido mantuvo una breve discusión con Jorge Santiago al que pidió que dejara en paz a su exnovia. Inmediatamente le agredió.

Iván M. fue finalmente detenido en su casa, tras salir corriendo del lugar del suceso y montarse con unos amigos en el interior de un coche. Él aseguró que había recibido un botellazo en la cabeza y que quería ir al hospital a que le curaran, pero que no tenía el DNI para que le asistieran en el centro sanitario.

Permaneció cinco meses en prisión provisional hasta que abonó el pago de una fianza de 6.000 euros para quedar en libertad, lo que levantó una oleada de indignación entre sus familiares y allegados. «El que mató a mi hermano no puede controlar sus impulsos a la vista de lo que ocurrió, ¿quién dice que ahora que está en libertad no se va a meter en ninguna pelea?», reflexionó la hermana de la víctima ante este diario.