TRIBUNALES

Mikel Carrera, 'Ata', condenado a 30 años de prisión por el crimen de Giménez Abad

El terrorista tendrá que indemnizar a la viuda y a los dos hijos con 250.000 euros a cada uno

No podrá acercarse a menos de 500 metros de Zaragoza durante cinco años

Ata y Zaldúa, durante el juicio.

Ata y Zaldúa, durante el juicio. / FERNANDO VILLAR

Mikel Carrera, alias 'Ata', ha sido condenado a 30 años de prisión como autor material del asesinato del político aragonés y presidente del PP en la comunidad Manuel Giménez Abad. La sentencia sale dos meses después de la celebración del juicio en la Audiencia Nacional y más de 22 años después del crimen, que tuvo lugar la tarde del 6 de mayo de 2001, cuando el político aragonés se dirigía a La Romareda junto a su hijo menor, Borja Giménez Larraz, de 17 años entonces, que presenció en primera persona los tres disparos a bocajarro y por la espalda que acabaron con la vida de su padre.

La sentencia, que exculpa a Miren Itxaso Zaldúa Iriberri, alias 'Sahatsa', también cuenta con un voto particular firmado por uno de los tres magistrados que aboga, por el contrario, por la absolución para Ata. Más de dos décadas después del crimen y más de diez años después de que ETA entregara las armas, la familia del político aragonés recibe la sentencia como una cierta "reparación moral" después de mucho sufrimiento.

Además de las tres décadas en prisión, se le impone al condenado el mismo tiempo de inhabilitación absoluta. Carrera tendrá que indemnizar con 250.000 euros a Borja y Manuel, hijos de Giménez Abad, y a su viuda, Isabel Larraz. También tendrá que pagar la mitad de las costas de la acusación particular.

Por otro lado, el terrorista no podrá acercarse a menos de 500 metros de la ciudad de Zaragoza durante cinco años. Miren Itxaso Zaldúa ya fue excarcelada al día siguiente de la celebración del juicio, ya que había cumplido más de tres años de prisión provisional, desde 2020, y en la sentencia el tribunal no considera probado que se encontrara en Zaragoza el día del atentado. Contra esta sentencia solo cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

Hechos probados en la sentencia

El tribunal considera hechos probados que Mikel Kabirikoitz Carrera Sarobe, 'Ata', se encontraba el fatídico 6 de mayo de 2001 en Zaragoza en calidad de miembro de ETA y con la intención de atentar contra el presidente del PP de Aragón entonces, Manuel Giménez Abad.

También considera probado que el político iba acompañado de su hijo Borja, que presenció los hechos, y que Carrera Sarobe fue quien se aproximó a ellos por la espalda, efectuó dos disparos a bocajarro en la espalda y en el glúteo y que, una vez tendido e indefenso en el suelo, le descargó un tercer disparo en la cabeza que fue, según los informes aportados, "mortal de necesidad". Después, también confirma la sentencia que el autor del atentado salió huyendo y se acercó a una mujer "cuya identidad no ha quedado demostrada".

Asimismo, el tribunal considera probado, basándose en los informes forenses, que hubo "alevosía" en el atentado contra Giménez Abad. El disparo en la cabeza, señalan, "no presentaba posibilidad alguna de supervivencia", y el ataque por la espalda impedía cualquier defensa de la víctima. Ello, sumado al hecho de que era senador, les lleva a imponer la pena máxima prevista en el Código Penal, de treinta años de prisión, una pena que califican de proporcionada a la extraordinaria gravedad de los hechos.

En la sentencia, el tribunal destaca que los testigos aportados por la defensa para corroborar su coartada, que Carrera no estaba en Zaragoza ese 6 de mayo sino en la fiesta de Herri Urrats, no hayan aparecido hasta el acto del juicio, que todos tengan vinculación familiar o de amistad con Carrera y las contradicciones relevantes en sus testimonios.

Por el contrario, la sentencia señala que el relato de los testigos de la acusación, presentes en el proceso desde el mismo momento del atentado o las semanas posteriores, aportan un relato "armonizado" y destaca que no tienen ni han tenido relación alguna con la víctima o su familia.

La sentencia cuenta con el voto particular del magistrado José Ricardo de Prada Solaesa, que considera que Carrera debería haber sido absuelto. El magistrado destaca la negativa del acusado de haber participado en los hechos, y considera que su coartada requeriría ser desdibujada por una prueba de suficiente densidad y consistencia, algo que defiedne que no se ha producido en el juicio. Para De Prada, aunque existen elementos "indiciarios y de prueba en su contra", no son de suficiente entidad para concluir que Carrera fuera el autor material.

Reacciones políticas: "Aunque llega tarde, reconforta"

El presidente del Gobierno de Aragón y líder regional del PP, Jorge Azcón, fue el primero en valorar la condena. "Aunque llegue tarde, reconforta", dijo Azcón en la apertura del año judicial, asegurando también que la resolución "nos reconcilia con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y con la Justicia española". "Cuando a la Policía, a la Guardia Civil, a los jueces y a los fiscales se les deja hacer su trabajo, se consiguen resultados justos", defendió, e insistió en que el castigo al asesino de Giménez Abad significa "hacer justicia".

"Esto no quiere decir que no queden muchos crímenes de ETA que siguen pendientes de esclarecerse", señaló Azcón, que pidió un "mayor respaldo" para los jueces y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

"Hay que pedir a los asesinos que colaboren con la Justicia si quieren ser aceptados con normalidad en la política española, porque hay muchos herederos del terrorismo que hoy participan en política". "Una cosa es que nadie cuestione su derecho a participar y otra que nos olvidemos de que algunos han sido cómplices y colaboradores de los asesinos", zanjó.

"Alegría y júbilo por la condena a un etarra infame", celebró el líder del PSOE, Javier Lambán, en el Comité Regional. Desde Teruel Existe, Tomás Guitarte quiso mandar "un cariñoso saludo a la familia, que por fin ve cómo se hace justicia". Santiago Morón, de Vox, dijo que estos delitos "deberían privar de libertad de por vida a sus autores".

Joaquín Palacín (CHA) expresó su "solidaridad con la familia por el sufrimiento de estos años" y celebró la condena. Para Alberto Izquierdo (PAR) aunque la sentencia "llega tarde, refuerza la confianza en la Justicia y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". Desde Podemos, mostraron su esperanza en que la sentencia "reconforte" a la familia y reivindicaron su apuesta "por el diálogo". Álvaro Sanz, de IU, esperó que la sentencia "arroje calma y serenidad a sus familiares y al conjunto de la sociedad".