Juzgado en Zaragoza por amenazar a una médica con apuñalarle y desnudarse en su consulta

Las agresiones contra los sanitarios constituyen una de las principales preocupaciones laborales en el colectivo de la sanidad debido a un considerable incremento de estos episodios delictivos a lo largo de los últimos años. Ayer, Mohamed El Amine C. T. (Argelia, 1988) se sentó en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza como presunto autor de un delito de atentado contra la autoridad tras amenazar a una médica con clavarle un cuchillo por negarse a tramitarle una receta que ya le había expedido días antes. Lo hizo en una de las consultas del centro de salud Torre Ramona, donde también se desnudó tras tirarse al suelo.

Mientras que la Fiscalía solicita que este argelino de 35 años sea condenado a un año de cárcel, la acusación particular eleva la pena privativa de libertad hasta los seis años al considerar que Mohamed no solo es autor de un delito de atentado, sino también de un segundo delito de coacciones y un tercero de amenazas. Por su parte, el ministerio fiscal interesa el pago de una multa de 720 euros a razón de ocho euros diarios durante tres meses y la acusación pide una indemnización de 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

Los hechos referidos se remontan al 24 de noviembre del año, en torno a las 11.30 horas. Mohamed se personó en el centro de salud Torre Ramona exigiendo a su médica de cabecera varias recetas de cada una de las medicaciones que tiene pautadas en su tratamiento médico, si bien la doctora le manifestó que no era posible dispensarle más cantidad porque, días antes, ya había hecho lo propio. En ese momento, el encausado entró en cólera y comenzó a gritar contra ella, llegando incluso a amenazarle con clavarle un cuchillo. Afortunadamente, la sanitaria logró dar aviso a uno de sus compañeros, que rápidamente se dirigió hacia ella para ponerla a salvo.

No consiguió que Mohamed cesara su actitud, pues incluso se lanzó al suelo y se desnudó hasta que fue detenido por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía comisionados hasta allí. Asistido por Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, quedó en libertad tras prestar declaración ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza. Sobre él pesa desde entonces una orden de alejamiento de 100 metros y una prohibición de comunicación.

Este argelino de 35 años es un viejo conocido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado porque, en el momento de su detención, ya sumaba ocho antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar, robo de vehículo y reclamación judicial.