SEGURIDAD RURAL

Una oleada de robos en viviendas azota a varios pueblos de Valdejalón

Estos ladrones se cercioran de que no hay nadie en casa para llevarse joyas y dinero

La Guardia Civil ya contabiliza denuncias en los pueblos de Épila, Calatorao y La Almunia

El Ayuntamiento de Épila ha puesto a disposición de la Guardia Civil las grabaciones de sus cámaras de videovigilancia.

El Ayuntamiento de Épila ha puesto a disposición de la Guardia Civil las grabaciones de sus cámaras de videovigilancia. / EL PERIÓDICO

El Periódico de Aragón

Los agricultores de la comarca de Valdejalón conviven desde hace años con robos en las explotaciones agrícolas consistentes en la sustracción de maquinaria o de cualquier tipo de herramienta que pueda tener una salida rápida en el mercado negro. Desde el pasado mes de octubre, estos episodios han transcendido más allá de las fincas de frutales y se han trasladado hasta los núcleos urbanos, tal y como sucede en algunas viviendas habitadas de la zona que hacen las veces de primeras residencias. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, la Guardia Civil ya contabiliza denuncias por robos y asaltos a casas de las localidades zaragozanas de Épila, Calatorao y La Almunia de Doña Godina.

Las primeras pesquisas del Instituto Armado apuntan a una misma banda como la responsable de la concatenación de estos ilícitos. Los ladrones, primero, se cercioran de que los moradores han abandonado el domicilio y luego se adentran en su interior para llevarse joyas y dinero en efectivo. Son golpes rápidos en los que incluso han llegado a trepar por las fachadas para terminar colándose a través de las ventanas y lo hacen tan sigilosamente que, en una ocasión, los propietarios se encontraban en el interior de la vivienda y no escucharon nada que levantara sus sospechas.

La colaboración ciudadana todavía es más difícil si cabe porque estos ladrones seleccionan casas ubicadas lejos de los centros urbanos. Son unifamiliares y adosados pertenecientes a las mismas urbanizaciones, tal y como sucedió la semana pasada en Calatorao. Allí, explica su alcalde, David Felipe, tienen la sensación de que estos ladrones son profesionales del delito –«es como si supieran en qué casas tienen que entrar», dice– porque solo durante un día se colaron en tres domicilios de un mismo complejo urbanístico. La sorpresa para el regidor fue mayúscula cuando todavía se registró esa misma semana un cuarto asalto en una vivienda que ya está localizada en pleno casco urbano. Ante esta situación, desde el consistorio ya se han puesto en contacto con la Guardia Civil para extremar las medidas de vigilancia.

Un paso más allá van a dar en Épila, donde su alcalde, Jesús Bazán, adelanta que van a «reiterar» a la Delegación del Gobierno en Aragón la mayor presencia de guardias civiles en la zona al igual que ya llevan haciendo desde hace varios meses por los sucesivos robos en el campo.

Por el momento, desde el Ayuntamiento de Épila ya han puesto a disposición de la Benemérita las grabaciones de las siete cámaras de videovigilancia instaladas en las calles del municipio para poder dar con la identidad de estos ladrones. Hasta que logren dar con su paradero, Bazán recuerda la importancia de «extremar la vigilancia y la precaución» así como también reitera que volverá a solicitar «mayor presencia» de agentes en la zona.

Hace poco más de un año, a principios de septiembre de 2022, esta misma demarcación comarcal sufría otra oleada de robos en tiendas y viviendas que causó inquietud e indignación entre los habitantes. En aquella ocasión, los delincuentes robaban coches y los estrellaban contra fardos de paja para desviar la atención de los guardias civiles.

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