La localidad zaragozana de Quinto ha comenzado esta semana con su evaluación de capacidades urbanas, en colaboración con la Universidad de Zaragoza y la Cátedra de la Diputación Provincial de Zaragoza sobre Despoblación y Creatividad, con el objetivo de atajar el problema de la falta de vivienda que sufre el municipio y en aras de frenar la despoblación. Como otras poblaciones de la comunidad autónoma, Quinto, a pesar de su proximidad con la capital aragonesa, de la que le separan apenas 43 kilómetros, y pese a ser cabecera de la comarca Ribera Baja del Ebro, ha visto reducido su censo en las últimas décadas, entre otros factores, por la falta de casas, sobre todo, en régimen de alquiler, y por la destecnificación del medio rural.

En 1890, Quinto contaba con 2.590 habitantes, manteniéndose en los años 60 del siglo pasado en la cifra de los 2.572, y bajando sin parar desde 2010, cuando se contaban 2.121 censados. En la actualidad, el municipio ribereño tiene 1.939 vecinos, lo que supone una reducción de un 10% de la población en solo una década.

El alcalde de Quinto, Jesús Morales, aseguró que desde hace tiempo «tenemos un problema con el recurso de la vivienda, porque hay exceso de casas en mal estado y pocos inmuebles habitables, en especial, para la nueva gente que viene al pueblo y precisa de alquiler».

El primer edil afirmó que hay demanda de vivienda por parte de los trabajadores que necesitan residencia, de forma puntual, porque vienen a trabajar a la construcción de la autovía. Y cree que ese número aumentará con la próxima ampliación de la fábrica Saint Gobain Placo, ubicada en la localidad, o las diversas instalaciones de parques eólicos que se prevén instalar en el entorno de la localidad. Por todo ello, el ayuntamiento ha empezado a realizar un trabajo de investigación del entorno urbano que esclarezca las causas que pueden ser parte del problema de la fijación de población en los pequeños municipios.

Desde el 19 de julio y hasta mediados de septiembre, Laura, una estudiante de arquitectura de la Universidad de Zaragoza que desarrolla un Erasmus rural en Quinto, trabaja con la arquitecta del servicio municipal de Urbanismo y con el personal de Servicios y Administración del Consistorio para obtener ese censo de viviendas, que será de gran ayuda para concretar las medidas que puede tomar el ayuntamiento.

Así, la localidad contará con un censo de viviendas «para identificar las casas que hay ocupadas, vacías, cuál es su estado, o quiénes son sus propietarios», añadió Morales. Desde el consistorio aseguraron que intentarán «guiarles en la búsqueda de ayudas o subvenciones para rehabilitarlas o alquilarlas y darle vida al pueblo», apostilló el alcalde.