Terneros, un jabalí, un mamut... y así hasta 22 figuras. Son los bóvidos que dominan la escena. Si no fuera por los dos arqueros que aparecen (o más bien, se intuyen) en la parte derecha del abrigo, cualquiera diría que estaríamos ante la representación de un plácido rebaño de diferentes animales pasando el rato. Son las figuras humanas las que le confieren el carácter cinegético tan habitual en las pinturas prehistóricas, y, sobre todo, en el arte levantino. El abrigo de La Vacada (el nombre parece obvio cuando se ve la escena) cuenta con pinturas tanto levantinas como esquemáticas, es uno de los que contiene más figuras de Aragón (75, aunque no todas son reconocibles) y es de los pocos que es fácilmente accesible en el Parque Cultural del Maestrazgo. Si bien es cierto que hay que andar un mínimo de tres kilómetros (desde más allá de Las Planas, un barrio de Castellote) que implican descender el barranco Gómez para volver a subirlo y superar así un buen desnivel para plantarse en la puerta del abrigo, cuyo camino (es una senda PR) está perfectamente señalizado.

Al llegar a la cima, una valla protege el abrigo, datado entre el 4500 antes de Cristo y el 9000, que, dada su gran actividad, se sospecha que ha tenido mucho trasiego incluso hasta años mucho más cercanos que los de los prehistóricos. Sorprendentemente, ni los propios directores del Parque del Maestrazgo cuentan con la llave que abra la valla ya que esta se encuentra en Patrimonio del Gobierno de Aragón de Zaragoza. Así, por mucho que se quiera, no queda más remedio que ver las pinturas desde el otro lado de las rejas protectoras.

No muy lejos de allí, al otro lado del río Guadalope (en la margen derecha), se han encontrado otros dos grandes puntos, el conjunto de abrigos del Pudial y el del Arenal de Fonseca. El primero destaca por el Torico del Pudial y el Arquero del Pudial, ambos del ciclo levantino, pintados en color rojo y cuyo acceso no es del todo sencillo. Hay que coger un camino y andar alrededor de 5 kilómetros siendo necesario incluso vadear el río. En esta zona de Ladruñán también está el abrigo del Arenal de Fonseca, que incluye un conjunto de arqueros corriendo con una gran precisión ya que, en ellos, se puede distinguir hasta la vestimenta, los arcos y los haces.

Mención aparte merece el barranco de Gibert de Mosqueruela, cuyo primer abrigo alberga en un pequeño panel hasta 30 figuras aunque el deterioro hace que no sea sencillo divisar estos grabados de arte levantino, que responden a patrones mucho más estilizados.

En el 2007, se encontró un nuevo foco de arte rupestre en Villarluengo y Montoro de Mezquita compuesto de diez motivos pictóricos. En El Cantalar I, que tampoco destaca por su facilidad de acceso, se puede observar, como motivo más destacado una escena de caza de un ciervo así como dos grandes representaciones de bóvidos. Todo ello en arte levantino.

Estos son buena parte de los sitios de arte rupestre (de los encontrados hasta la fecha ya que se supone que habrá muchos más que se descubrirán cuando haya más prospecciones) con los que cuenta el Parque Cultural del Maestrazgo que, sin embargo, debido a los no tan sencillos accesos, no cuentan con un servicio de visitas guiadas (sería muy complicado organizarlo según explican desde el propio Parque), aunque, todo el que lo desee puede visitarlas... solo hay que tener ganas de andar. Para ello, una recomendación, llevar algo para beber (no hay ningún punto de agua en todo el recorrido) y ropa cómoda así como protección para el sol.