Estos días finaliza en Hecho la tercera edición de las Residencias Artísticas Lo Mon Contemporáneo. Los residentes que han protagonizado durante casi un mes la estancia de esta edición han sido el fotógrafo Aitor Borruel, natural del Valle de Hecho; la artista multidisciplinar Adela Moreno, de Huesca; Yoshimar Tello, muralista mexicano; y León Guallart, un joven músico y cineasta barcelonés afincado en Los Ángeles. 

-Resuma su proyecto residencia de estas semanas en el valle oscense.

-Aitor Borruel: Visiones actuales del pasado y presente cheso es un proyecto fotográfico que trata de documentar los cambios forma de pensar de la gente de Hecho a lo largo del siglo XX. Ha sido un siglo de numerosos avances tecnológicos que se han visto reflejados en el aspecto social, de manera que la recreación de escenas o historias de otra época puede funcionar como una forma diferente de contar la historia.

-Adela Moreno: Habitada es una contextualización y poetización visual del espacio cotidiano en donde vivimos: los hogares. En concreto, los que se sitúan en el Valle de Hecho. Las casas que habitamos son una extensión de la persona y de su mente, ya que se encuentran en continua interacción: la organización, el mobiliario que las componen, los comportamientos que adoptamos en su interior, etc. Todo ello da forma a un entorno creado y decorado como escenario de la habitabilidad. Este proyecto se centra en una temática donde la fotografía toma su protagonismo: desde la investigación en los fondos fotográficos de la Fototeca de Huesca para la recopilación de imágenes de Ricardo Compairé, Rodolfo Albasini, y Ricardo del Arco, entre otros; hasta el registro actual del interior de las viviendas deshabitadas. Encontrar, en ambos casos, en los espacios en los que nos desenvolvemos habitualmente los motivos para ser fotografiados conlleva a integrar la mirada artística en lo cotidiano.

-Yoshimar Tello: Piedra y camino es un proyecto de pintura mural en espacios rurales, la investigación artística se desarrolla en base a los medios y recursos propios de la pintura y la fotografía. El proceso para la realización de la obra consiste en recolectar imágenes propias de lugar, hacer una composición y posteriormente pintar dicho boceto. Para hacer la pintura se recolectan pigmentos obtenidos en el mismo lugar donde se obtuvieron las imágenes o del lugar que la fotografía fue tomada. En este caso, se extrajo hollín de las chimeneas de las diferentes casas en las que se recolectaron fotografías y se adquirió también arcilla de los alrededores del Castillo d´Acher y Aguas Tuertas en Selva de Osa, dos lugares que aparecían en tres de las fotografías utilizadas para realizar el diseño del mural.

-León Guallart: La premisa de mi proyecto es hacer un retrato sonoro de un espacio, en éste caso de ‘Places Hecho’, en el que mezclo partes documentales con composiciones musicales propias.   

-¿Cuál es su aspecto más original, su diferencia significativa, que lo hace único?

-Aitor Borruel: El hecho de recrear escenas antiguas es algo que se ve cada día en artes como la fotografía o el cine, pero en este caso se ha buscado que los modelos fotografiados, los elementos de foto o los lugares guardaran una relación real con la historia contada en cada foto. Es decir, historias que se cuentan de hace un siglo, en ocasiones han sido representadas por descendientes directos de los protagonistas reales.  

-Adela Moreno: El aspecto más relevante de este proyecto es hacer reflexionar sobre lo que verdaderamente significa habitar una casa. Cómo nos rodeamos de objetos y pertenencias que hablan de nosotros mismos, pero que a la vez son enseres que se repiten en el interior de todos los hogares. Para poder visualizar estás similitudes, no sólo he fotografiado los interiores de casas deshabitadas, sino que también he realizado piezas escultóricas con los restos que he ido encontrando en estos espacios: polvo, telarañas, desconchones de pintura de las paredes…

-Yoshimar Tello: Siento que su valía radica en hacer del proceso pictórico un acto de investigación. Es una pintura diferente ya que aúna múltiples campos de conocimiento para convertirlos en imagen. Se trata de un proyecto que propone una pintura procesual dando énfasis en el significado de las acciones y en el valor narrativo que pueden contener sus materiales.

-León Guallart: En cierta forma, siento que estoy inventando un formato propio. De hecho me es difícil comunicarlo. A algunas personas les digo que hago un documental, y a otras que hago un disco musical. El resultado, una pieza de 30 minutos con múltiples capítulos, cada uno completamente diferente del otro, a través de los cuales se pretende presentar diversos puntos de vista sobre lo que es un lugar, en éste caso, Hecho.  

-¿Qué aporta de manera más especial? ¿Cuál es su activo cultural para Lo Mon Contemporáneo?

-Aitor Borruel: Es un proyecto que ha involucrado directamente a una gran cantidad de personas con un festival cultural como es Lo Mon. Ya sean figurantes, ayudas para el atrezzo o la cesión de espacios privados. Además de la creación artística de carácter físico, también han sido días o experiencias que quedarán en la memoria de toda la gente que ha colaborado.

-Adela Moreno: A la hora de exponer y presentar la propuesta en la que he estado trabajando, me interesa que el espectador haga sus propias conclusiones. Para ello muestro muchas de las imágenes que he tomado y las dispongo mediante composiciones abiertas para que se puedan trazar sus propias historias y conectar con la casa del recuerdo, es decir, aquella casa en la jugamos en nuestra infancia, la de nuestros antepasados, la de los amigos del pueblo, o incluso la que soñamos que tendríamos algún día.

-Yoshimar Delgado: Pretendo que mi obra enfatice la identidad cultural de Hecho, que exista a través del mural una identificación por parte de los vecinos con los elementos representados en la pieza y porque no, que añada un valor al espacio en el que ha sido pintada.

-León Guallart: Se podría decir que mi misión aquí es crear una obra que manifieste una cierta identidad de un lugar. Desde un inicio tenía cierto pudor en aportar un punto de vista superficial, erróneo sobre Hecho y su identidad como pueblo. Por lo tanto, muy pronto en el proceso me di cuenta que debía involucrar a la gente del pueblo, el hacer que ellos mismos representasen el lugar lo hizo más impersonal, menos mío y más de todos.