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PREOCUPACIÓN EN LA INDUSTRIA EDITORIAL

La falta de papel pone en jaque a las editoriales aragonesas

Muchos libros han tenido que retrasar su fecha de lanzamiento mientras los precios siguen al alza

La falta de papel pone en jaque a las editoriales aragonesasANDREEA VORNICU

La escasez de papel y cartón ha puesto en alerta a las editoriales de todo el país. También a las aragonesas, en su mayoría de pequeño tamaño y por tanto aún más golpeadas por una situación «insólita» en el sector. Las consecuencias ya son visibles en el día a día: atasco en las imprentas, retrasos en las fechas de publicación y una planificación mucho más anticipada si se quiere cumplir con los plazos. De hecho, muchas editoriales han tenido que esprintar en estas últimas semanas para tener sus lanzamientos preparados de cara al 23 de abril y algunas aún no tienen la certeza de que llegarán. Esta escasez de papel ha venido acompañada además de un fuerte incremento de los precios que las imprentas se ven obligadas a trasladar a las editoriales.

Ante este escenario, la pregunta es obligada ¿Subirá el precio de los libros? «Nosotros por el momento aguantamos ajustando aún más nuestros márgenes, pero si esto se mantiene en el tiempo no nos quedará otra porque el papel se ha encarecido entre un 15 y un 20%», subraya Chusé Raúl Usón, de Xórdica Editorial. Algunas ya se han visto obligadas a repercutir esas subidas en el precio final, como es el caso de GP Ediciones o Prames. «En este negocio los márgenes son muy escasos y no hemos tenido más remedio», reconoce Rafa Yuste, de Prames.

La subida, en todo caso, apenas rondará el euro o los dos euros en un sector que lleva 15 años con los precios prácticamente congelados. «No se encarecieron casi ni con el cambio de la peseta al euro y el precio actual es muy parecido al de hace 20 años», indica César Muñío, de la zaragozana librería París, donde recuerdan que en España son las editoriales las que fijan los precios (las librerías solo pueden realizar un descuento del 5%).

Si el papel se sigue encareciendo no habrá más remedio que repercutirlo en el precio de los libros

Otras editoriales aragonesas como Olifante y Doce Robles también han decidido por el momento mantener sus precios, aunque todo dependerá de la evolución del coste del papel. Grandes grupos como por ejemplo Panini Cómics (Marvel) ya los han encarecido aludiendo a la subida del precio de la energía y del transporte y a la crisis del papel.

Por el momento, la consecuencia más directa de esta escasez de papel en Aragón es el retraso de algunas publicaciones. «Nosotros este año prevemos lanzar diez títulos y ya tendríamos que haber sacado dos, así que llevamos una demora de dos meses», lamenta Daniel Viñuales, de GP Ediciones. La firma zaragozana, que incluso se está viendo obligada a cambiar el tipo de papel en alguno de sus cómics (el estucado es el que más escasea), tiene pendiente de publicar los títulos Mosén Bruno Vuelta Al Mundo Rural, de Maxi Campo, Carlos Azagra y Encarna Revuelta, y La pitillera húngara, de Juanarete y Juanfer Briones. 

Tiradas más cortas

La falta de papel también está provocando que las editoriales tengan que realizar tiradas más cortas de las previstas en un principio. Le ha ocurrido por ejemplo a Olifante con El arrojo de vivir, la antología de poemas de amor del recientemente fallecido Ángel Guinda. «Tendríamos que haber hecho una tirada de 1.000 ejemplares, pero solo pudimos publicar 200 y tendremos que ir completándola poco a poco», comenta su directora, Trinidad Ruiz Marcellán, quien apunta que llevan un retraso de «cuatro o cinco meses» porque además ellos utilizan papeles muy concretos y de alta calidad para sus proyectos. «Tenemos pendiente Afuera hay sol, de María José Sáenz, y aún no lo hemos podido publicar», lamenta.

Otras editoriales han tenido que replantear todo su calendario de lanzamientos. Es el caso de Doce Robles, que ha decidido centrar esfuerzos y concentrar sus publicaciones en las grandes fechas como por ejemplo el Día del Libro. «Estábamos preocupados sobre todo por no llegar al 23 de abril, aunque por suerte esta semana nos ha confirmado que tenemos papel para los dos libros que tenemos pendientes», indica su director, Javier Lafuente. Uno de ellos será Jaque al reino, de Chesus Yuste, que se adentra con este título en la novela histórica.

Según apunta Chusé Raúl Usón, de Xordica Editorial, estos problemas de escasez de papel se arrastran desde el pasado verano y ahora se han intensificado. «Yo he estado un mes sin poder publicar nada, pero hace poco me dijeron por fin desde la imprenta que hasta mayo o junio estaré abastecido», explica el editor. Eso sí, para ello ha tenido que adelantar el dinero, con las tensiones de liquidez que eso provoca en cualquier firma. Xordica publicó hace dos semanas, con casi un mes de retraso, El peatón sentimental, de Julio José Ordovás.

Atasco en las imprentas

Las que apenas están sufriendo este desabastecimiento son las grandes editoriales, con mayor capacidad de compra. De hecho, esos grandes grupos están acumulando estoc, lo que provoca que la escasez aún sea mayor entre las pequeñas firmas.

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Las imprentas también están sufriendo la falta de papel, con atascos en sus instalaciones. «Tenemos muchos libros pendientes y las manos atadas porque poco podemos hacer», lamenta Mª Luisa Lalana, de la imprenta zaragozana Cometa. El problema es tan generalizado que incluso editoriales foráneas realizan encargos a imprentas españolas, lo que tensiona aún más a la industria gráfica y a la cadena del libro. 

Las causas de una escasez «insólita»

La escasez de papel es un fenómeno nunca visto hasta ahora, según indican las imprentas y las editoriales. «Llevo 40 años en el sector y esto es algo insólito. En los tiempos de bonanza se imprimía mucho más y nunca ha faltado», señala Paco Ortiz, de la zaragozana Ino Reproducciones, cuya producción va destinada casi en exclusiva a los pedidos de las editoriales. ¿Qué está ocurriendo entonces? Ni las propias imprentas se lo explican con seguridad. Algunas fuentes aluden al auge de la paquetería ‘online’ y a las tensiones en la cadena de suminstro, pero a Ortiz no le convencen mucho estas razones: «Es tan incomprensible que solo cabe pensar que los grandes grupos papeleros se han puesto de acuerdo para producir menos y más caro». Francisco Callejo, de Calidad Gráfica Araconsa, apunta otra posible causa: «Antes venía mucho papel de Asia. Ahora la zona ha crecido y no necesita exportar tanto, además de que el transporte se ha encarecido y ya no es tan competitivo traerlo de fuera. Todo eso hace que las grandes editoriales acaparen el papel que se fabrica en Europa y que a las pequeñas no les quede».  

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