Uno de los espectáculos más consagrados de las artes escénicas en España ya está en el Teatro Principal de Zaragoza. The Hole X, que celebra su décimo aniversario, ha lanzado su edición más sexual, atrevida e irreverente tras cuatro shows distintos. Un aniversario redondo que recopila los mejores juegos de cada uno de los espectáculos e introduce algunos nuevos, cuyo texto y resultado vienen marcados por la situación de la sociedad en la actualidad.

Un maestro de ceremonias rodeado de colaboradores de mucha altura es la fórmula que no cambia, pero que tampoco falla. En la primera noche de la obra en Zaragoza, Víctor Palmero ha sido el encargado de desarrollarla, en sustitución de Álex O’Dogherty.

«El proceso de creación de un maestro de ceremonias es algo muy curioso», ha contado Palmero, que ha comenzado a comprender a su personaje conforme avanzaban los ensayos, momentos en los que se definía su personalidad. «Es una mezcla de El sombrerero loco conmigo mismo», ha explicado entre risas el actor, que a veces duda de su propia personalidad, ya que «nunca tengo muy claro quién soy».

Al propio Palmero y al mencionado O’Dogherty se le unen Canco Rodríguez y Eva Isanta. Consagrados en el audiovisual y en las artes escénicas, los cuatro se irán turnando en la dirección, desde el escenario, de la fiesta que supone The Hole X.

La gran boca que reina ya en el Teatro Principal es un adelanto de lo que el público se puede encontrar sobre las tablas. «Es el show más X de toda la saga», ha explicado el zaragozano Julio Bellido, que ha adelantado que el espectáculo «tiene los mejores números de cada una de las ediciones y porque cuenta con los mejores juegos y los mejores personajes».

El décimo aniversario es la excusa perfecta para volver a visitar el show original: «Mantiene la esencia del primero pero renovándolo para el momento actual». Porque lo que sucede en la calle también tiene un impacto en lo que ocurre sobre las tablas, tal y como dice Vinila Von Bismark, La Generala de la función: «Es un espectáculo para pasarlo bien y olvidarse de toda la mierda que hay fuera».

Para Bellido, que ha estado presente en todas las versiones del espectáculo –«así estoy de la cabeza...»– el impacto social de The Hole es mucho mayor de lo que se puede creer a primera vista: «La primera función nació con la salida de la crisis económica y este décimo aniversario llega con la vuelta a la normalidad tras la pandemia».

Diez años sobre las tablas le han servido también para conocer a la perfección el funcionamiento del espectáculo y la reacción de la calle ante una nueva puesta en escena. «No podemos olvidar que la obra es un recordatorio de la importancia de la libertad», ha afirmado Bellido, que ha admitido que la situación ahora es peor que hace unos años: «Creo que cuando comenzamos teníamos una sociedad mucho más abierta de mente de la que tenemos ahora». Una línea que Palmero comparte, al añadir que The Hole es «una obra para demostrar que cada uno puede amar a quien le dé la gana». «Habla de tantas cosas que siempre merece la pena verla», sentenció Von Bismark.

El papel del público

Y es que no se puede eludir que The Hole X se representa sobre el escenario pero se vive en las butacas. Los tres intérpretes coinciden en que el público necesita al espectáculo para reír y que ellos necesitan al público para que todo funcione.

«Los asistentes tienen que venir con ganas de darlo todo», ha avisado Palmero, cuya experiencia le ha servido para asegurar que «el público es capaz de meterse en el show». Tanto que el propio maestro de ceremonias no creía posible que una función así saliese adelante: «En los ensayos no creía que los asistentes se iban a atrever a hacer todo lo que les pedimos».

«La gente se atreve en cuanto entra en la dinámica», ha apuntado Bellido, que ha eliminado las dudas que puede despertar el show a los más tímidos, al calificarlo de «nada soez, solo hace que te sientas libre».

La dinámica, sirva como advertencia, arranca mucho antes de ocupar la butaca. El vestíbulo del Principal será el primer lugar de interacción entre actores y asistentes. «Hay que venir con muchas ganas desde el mismo momento en el que se compran las entradas», ha asegurado Palmero.

Ya en el interior, esos juegos, en los que puede participar el público o solamente los profesionales, hay cabida para todo. Coreografías, humor, acrobacias, teatro o circo sumergen al espectador en dos horas y media que, según coinciden sus protagonistas, «se pasan volando». The Hole X es la vuelta a un lugar conocido por algunos de los espectadores, una tierra segura, y también un universo por explorar para aquellos que se atrevan a asistir hasta el Teatro Principal. El objetivo, tanto para los primeros como para los segundos, es conquistar esa ansiada libertad a la que cualquiera aspira.

Con un discurso final muy potente, «adaptado a toda la situación que vivimos hoy en día», la función es «un canto a la vida» de más de dos horas de duración. «Lo más importante de todo es que sales con la sensación de que hay que vivir mucho y con mucha libertad», ha concluido Bellido.

Las entradas para The Hole X tienen un precio que oscila entre los 5 y los 50 euros. El espectáculo cuenta con funciones hasta el domingo, además de en las dos próximas semanas, desde el martes 15 hasta el domingo 20 y del martes 22 al domingo 27.