La distancia entre el mundo de los sueños y la realidad puede ser insalvable, incluso irreal... o no. En esa fina línea se mueven Manolo Alcántara y su compañía. Una relación que puede despertar aires de grandeza e ilusiones desorbitadas que pueden llevar al desánimo a quien las vive. Con todos esos ingredientes se ha presentado este domingo el artista catalán en la sala Multiusos del Auditorio, con una función, 'Déja vu', que no ha dejado indiferente a nadie y que sirvió para poner punto y final a la tercera edición del Festival Malabar de circo contemporáneo.
El show, carente de texto, ha contado con la compañía de una excelente interpretación musical en directo, la cual le aporta un punto de melancolía sin duda buscado. Alcántara, autor, director y protagonista de la obra, con la cual ganó el Premio Nacional de Circo 2021, ha mostrado un amplio abanico de sus habilidades circenses. Una función a la que tampoco le ha faltado el toque humorístico, mágico y hasta surrealista que ha acompañado al circo desde su génesis. Asimismo, no faltaron las referencias a la obra de Charles Chaplin, desde los característicos pasos del Charlot hasta la monotonía del trabajo, que en ocasiones recordaba a las escenas de 'Tiempos modernos'. En cualquier caso, el protagonista ha logrado evocar en todo momento, y con gran tino, una sensación cuasi nostálgica, llevada en ocasiones al absurdo.
Los tiempos, perfectamente calculados, aceleraban y frenaban a medida que aumentaba o disminuía el estrés del artista, que se trasladaba al público a través del acompañamiento sonoro y la propia evolución del espectáculo, que conseguía así involucrar a los más de cien asistentes que han presenciado la obra.
No han faltado, cómo no, elementos circenses clásicos, como los títeres o las demostraciones funambulistas de Manolo Alcántara, una de sus especialidades. Todo ello acompañado visualmente por un juego de luces preciso y certero que llevaba la atención del respetable a los puntos que el autor había decidido. Una actuación coral que ha coronado de la mejor forma la nueva entrega del Malabar.
Cabe recordar que, tras nacer en plena pandemia y en un momento muy complicado para la industria de la cultura en general, el ciclo circense ha podido desarrollarse por vez primera con total normalidad y sin ningún tipo de restricción. De esta forma, la apuesta lanzada en 2020 sigue consolidándose en la oferta cultural zaragozana. Por otra parte, el festival parece asentarse en esta nueva ubicación en el calendario cultural de la capital aragonesa –las ediciones anteriores fueron en noviembre–, un cambio que fue pensado para satisfacer las necesidades de un público mayoritariamente familiar.
