LA ESCENA MUSICAL ARAGONESA DE FINALES DE LOS AÑOS 80

El grupo zaragozano Los Malvados lanza su primer disco 30 años después de su disolución

La banda fue bastante conocida en la escena mod nacional de finales de los 80 pero nunca llegó a publicar un álbum

Óscar Sancho, Richi Martínez, Samuel García y José Luis Milián, integrantes de Los Malvados, el pasado 7 de enero en Linacero Café.

Óscar Sancho, Richi Martínez, Samuel García y José Luis Milián, integrantes de Los Malvados, el pasado 7 de enero en Linacero Café.

Rubén López

Rubén López

Apenas estuvieron en activo cuatro años, pero llegaron a ser bastante conocidos dentro de la escena mod española de finales de los años 80. El grupo zaragozano Los Malvados ofrecieron decenas de conciertos en la capital aragonesa e incluso tocaron en otras ciudades como Barcelona, León o Málaga. Sin embargo, sus caminos se separaron en 1991 debido sobre todo a sus obligaciones con el servicio militar y lo hicieron sin haber publicado ni un solo disco.

Sus cuatro integrantes –Richi Martínez (guitarra, órgano y voz), Óscar Sancho (guitarra y voz), José Luis Milián (batería) y Samuel García (bajo)– han decidido saldar esta cuenta pendiente 30 años después y acaban de lanzar un vinilo con la maqueta que grabaron en 1988 en los estudios Kikos de Zaragoza y de la que nunca editaron copias comerciales.

«Contiene ocho canciones más una versión de 'Secret agent man', y además hemos incluido un libreto de 16 páginas con fotos y la historia del grupo. La verdad es que estamos contentos porque al menos nos hemos podido quitar esa espinita y plasmar en formato físico nuestras canciones», explica Óscar Sancho.

Los Malvados estuvieron en activo entre finales de 1987 y principios de 1991.

Los Malvados estuvieron en activo entre finales de 1987 y principios de 1991.

El lanzamiento del álbum, editado en una fábrica de vinilos de Bilbao, les ha hecho revivir una época en la que tocaron en todas las salas de la ciudad, si bien ahora ven muy difícil el mero hecho de volver a ensayar. «Tan solo Richi ha continuado con la música y todos tenemos nuestra vida, así que veo muy complicado que volvamos a tocar. Realmente hemos sacado el disco porque nos lo pidieron algunos amigos y conocidos en las redes sociales, pero no tenemos muchas más pretensiones», reconoce Sancho.

El álbum se presentó el pasado 7 de enero en Linacero Café, donde se puede comprar actualmente. También se puede adquirir en el bar Sanpedro, en la calle Comandante Repollés, y enviando un mail a oscarsancho@ymail.com.

Una época llena de bandas

El álbum ha rescatado del olvido las canciones de Los Malvados y ha revivido una época llena de efervescencia musical. «En esos años había un montón de bandas y todo el mundo quería tocar en directo», subraya Sancho, que recuerda que compartieron escenario con grupos destacados de la escena mod como Los Flechazos o Sex Museum.

En esos años, las extintas salas M-Tro y En Bruto eran «como nuestra casa» y el local de ensayo que tenían junto al Puente de Hierro su cuartel general. «Llegamos a hablar con algún productor discográfico pero al final no cuajó», comenta Sancho, que recuerda que en una ocasión coincidieron con Bunbury en una entrevista radiofónica.

Una entrada para la sala M-Tro.

rlopez@aragon.elperiodico.com / RLOPEZC

El grupo comenzó a dar sus primeros pasos en 1987, impulsado por la amistad que unía desde el colegio a Óscar y a Richi (fecundo productor y músico de largo recorrido este último). «Al principio empezamos tocando garage rock y versionando a bandas como The Sonics porque era más fácil de tocar, ya que Richi era el único que tenía formación musical. Luego empezamos a controlar más nuestros instrumentos y ya tuvimos claro que queríamos ser una banda mod», explica Sancho, que entre las influencias del grupo en esos años nombra a bandas como The Kinks, Small Faces, The Yardbirds o Jimmy Smith.

«Todo el mundo nos decía que sonábamos muy bien. En la última época tocábamos un mod-jazz bailable que no hacía casi nadie en España, pero al final no pudo ser», lamenta Sancho. La mili y algunas diferencias de criterios paralizaron un proyecto que ahora, 30 años después, ha resurgido aunque sea dentro de un vinilo.