MÚSICA

Los discos de Javier Losilla: Todos los tiempos del verbo

John Cale, Congotronics International, Gaye Su Akyol, Batida, Margo Price y Ghost Number

La última publicación de Gaye Su Akyol es 'Andolu Ejderi'.

La última publicación de Gaye Su Akyol es 'Andolu Ejderi'.

Javier Losilla

Javier Losilla

Esperábamos que los casi 81 años de John Cale nos obligasen a mirarnos en el espejo perturbador de la diferencia sin tener que implorar misericordia. Pero no ha sido posible. 'Mercy' (Doble Six Records / Music As Usual), su nuevo disco, ese cuyas canciones ha ido elaborando sin prisas, es rigurosamente elocuente. O sea que, sinceramente: nos hemos quedado con las ganas. Cale ha echado mano para esta aventura de artistas que supuestamente podrían aportar nuevas miradas a su música (Animal Collective, Actress, Laurel Halo, Weyes Blood, Sylvan Esso...), más parece que no ha sabido aprovechar bien las colaboraciones. Para entendernos: 'Mercy' podría haber sido como el 'Blackstar' de Bowie, aunque menos crepuscular, pero Cale se enreda en los arreglos y los tempos. Hay piezas absolutamente prescindibles como 'Marilyn Monroe’s Legs', búsquedas como 'Moonstruck' (dedicada a Nico) y alguna oscuridad destacable como 'Not The End Of The World'. Pero, en general, la dispersión y la ausencia de dinámica lastran el álbum. Lástima, John.

Sin duda, aquellos polvos creados en 'Tra-di Mods Vs Rockers. Alternative Takes Of Congotronic' (2010), grabación en la que un puñado de rockeros (Juana Molina, Animal Collective, Andrew Bird...) recreaban composiciones de Konono Nº1, Kasai Allsatar y otros agitadores africanos, ha propiciado la reunión que se presenta en 'Where’s The One?' (Crammed Disc), de Congotronics International. O sea, encuentros en directo, posteriormente terminados en estudio, de Konono Nº 1 y Kasai Allstars con Juana Molina, Wildbirds & Peacedrums, Skeletons y Deerhoof. Unos y otros aportan canciones; unos y otros, casi siempre al unísono, vuelcan sus experimentos rockeros y el trallazo sonoro de las calles de Kinshasa. Ya no se trata de revisionar, sino de tocar juntos y revueltos en gozosa macedonia musical.

Gaye Su Akyol y la música turca

Adoro la pasión de los músicos turcos por la psicodelia y otras manifestaciones sonoras del antiguo régimen, llámense esos artistas Baba Zula, Altin Gun o la cantante Gaye Su Akyol, quien ha ocupado con todo el derecho el trono desde el Sezen Aksu gobernó la canción. 'Anadolu Ejderi' (Glitterbeat) es el disco más reciente de Gaye Su Akyol, todo un artefacto de gusto retrofuturista en el que las tradiciones sonoras turcas se reformulan en clave de rock o de trip-hop con acentos de jazz, llegado el caso, como en  'Bu Izdirabion Panzehiri' ('Antídoto para este dolor'), en el que justamente nos dice que no hay cura para la resaca que dejan los amores rotos. Y en 'Içinde Uyaniyoruz Hakilatin' ('Estamos despertando en la realidad'), otra de las canciones reposadas, Gaye despliega modos de cabaret para aclarar: «Soy Sid Barret, de Pink Floyd / Soy Brian Jones, de Rolling Stones». Excitante apuesta.

El angoleño radicado en Lisboa Pedro Conquenao es el artífice del proyecto Batida, cuyo nuevo album responde por el polisémico título de 'Neon Colonialismo' (Crammed). En él, reivindica a Bonga y se rodea de artistas africanos y brasileños (DJ Dolores, Ikonoclasta, Nástio Mosquito, Mayra Andrade, Lia de Itamaracá...) Más experimental que bailable, lo suyo es, en general, un afro-electro de tiempos medios y color retro.

Margo Price, la diva country de Nashville

Margo Price, la diva country de Nashville, pasó de la indigencia al éxito y ya va por su cuarto disco: este 'Strays' (Loma Vista( / Music As Usual), producido por Jonathan Wilson (Roy Harper, Angel Olsen...) y en el que colabora, con sabrosos guitarreos en 'Light My Up', Mikel Campbel, miembro que fue de los Heartbreakers de Tom Petty. Sí, en 'Strays' encontramos especias country muy cocinadas, pero también detalles psicodélicos y lo que en tiempos se conoció como rock urbano. «Soy una maestra alquismista / un pecadora / una predicadora/ y sé que aquí hay más que eso/ He estado en la montaña y he vuelto», declara en 'Been To the Mountain'.

'Venenos y demonios. Canciones sobre infiernos, monstruos, demonios y demás estrellas de la oscuridad de la noche' (Folc Records), el cuarto disco de ese grupo de zombies enloquecidos llamado Ghost Number, que lidera el donostiarra David Pisabarro, podría ser la banda sonora perfecta para una de una película de Robert Rodríguez repleta de mujeres-vampiro, hombres-lobo y niños mutantes. Su viaje al inframundo es un suculento festín de complicada taxonomía, pero de extraordinario poder revulsivo. Con actitud punk, Ghost Number prepara una pócima en la que lo latino se enreda con el rock y los espasmos balcánicos, entre otras hierbas, en una alquimia tan personal como poco frecuente. Escribió Sarte que «el infierno son los otros». No llegó a conocer a Ghost Number, sino, de qué, moreno. 

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