LIBROS

Juan Manuel Gil (autor de 'La flor del rayo'): "La ficción se apodera de la realidad muy pronto"

El escritor presentó recientemente su novela editada por Seix Barral en Zaragoza

El escritor Juan Manuel Gil, en su reciente visita a Zaragoza.

El escritor Juan Manuel Gil, en su reciente visita a Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

–¿De dónde le viene ese ataque a la autoficción que practica?_

–En realidad, no ataco a la autoficción sino que he visto en ella una posibilidad de hacer algo que hacemos en la literatura castellana desde hace mucho tiempo que es parodiar. Parodio un género que se ofrece muchas veces para la pomposidad y la solemnidad que no tiene nada que ver con la manera que tengo yo de entender la escritura. Mira, hay muchas posibilidades de que la mayoría de los escritores escriban sus obras en pijama y, sin embargo, tenemos la sensación que son esos seres laberínticos y trascendentales que tienen acceso a lugares donde el común de los mortales no. No es así. Si observamos la escritura de los autores que escriben sobre su vida te das cuenta que no es tan diferente a la tuya y que no está claro si que lo cuenta es realmente su vida.

–El eterno debate de la ficción y la realidad...

–La ficción tiene una cosa y es que hace muy buena pareja con la realidad porque la realidad es muy porosa y la ficción tiene un gran poder de calado, se apodera de la realidad muy pronto.

–Todo esto nos lleva a la importancia del cómo más que del qué.

–Efectivamente. Uno de los grandes asuntos que pone sobre la mesa cualquier escritor es el cómo. El qué ha sido tratado muchas veces. Los grandes temas universales de la literatura han sido tratados mil veces, el tema es cuál es tu manera de aproximarte a esos temas y eso tiene que ver el cómo. A mí es algo que me obsesiona. Para mí, contar algo significa también someter al lector a algo de encantamiento por la historia que le voy a contar.

–¿Eso es la literatura?

–Yo creo que la literatura tiene algo de fascinación, es una región donde no estamos en la realidad pero tampoco estamos totalmente en la invención. Estamos en una zona fronteriza entre lo que parece que es vida y aquello de la vida que no es explicable si no es a través de la ficción.

El escritor de 'La flor del rayo', Juan Manuel Gil.

El escritor de 'La flor del rayo', Juan Manuel Gil. / ÁNGEL DE CASTRO

–¿La ficción puede ser más auténtica que la propia realidad?

–La ficción convive con nosotros en el día a día pero no nos damos cuenta, la hemos naturalizado. Cuando me levanto por la mañana y pienso cómo va a ser el día o mis vacaciones, estoy haciendo ficción. Hemos naturalizado eso y la consideramos vida porque nuestra ficción es vida también. Y en literatura lo hacemos más evidente. ¿Qué diferencia hay entre lo que se cuenta en la literatura y la vida? Ninguna. Utilizamos los mismos elementos, la posibilidad de vivir y la de fabular constantemente. ¿Qué sería de la vida si no tuviéramos la posibilidad de fabular?

–Esta novela se la debe a un perro y a una vecina si no me equivoco.

–No tengo que irme muy lejos para ver mi realidad. Me levanto temprano para sacar a mi perro y ahí encuentro las grietas para acceder al nivel de la ficción. Había una casa que yo creía abandonada y un día me di cuenta de que estaba equivocado, que allí vivía gente, que hacía una vida en segundo plano y yo con mi mirada me había encargado en convertirlo en algo fascinante. Cuando me encuentro por la ventana a una familia cenando y escuchando música clásica me pregunto por qué me había pasado por alto. Para contestar esas preguntas me senté y me puse a escribir la novela.

"Contar algo significa también someter al lector a un encantamiento por esa historia"

–Habla del capitalismo de los afectos en una crítica social muy mordaz.

–El amor está devorado por el capitalismo y el consumismo. Cuánto invertimos en las personas que queremos demuestra también la envergadura de nuestras emociones. Invertimos más dinero en aquellas personas a las que amamos que en la que no amamos cuando el amor probablemente no tenga que ver tanto con el dinero como con la escucha. Y ahí probablemente no escuchamos a las personas que amamos porque constantemente estamos con el móvil, no decimos te quiero porque es un emoticono…

–Sus novelas parten de un necesario pacto de juego con el lector.

–Mis novelas son juegos, heterogeneidad de géneros y a mí me interesa que las piezas encajen para que el movimiento se distribuya con naturalidad.