RESEÑA LITERARIA

Los libros aragoneses de Domingo Buesa: Bienes de interés cultural en Aragón

Un nuevo libro arroja luz sobre los monumentos Bien de Interés Cultural

La iglesia de Santa Engracia de Zaragoza fue el segundo monumento declarado Bien de Interés Cultural.

La iglesia de Santa Engracia de Zaragoza fue el segundo monumento declarado Bien de Interés Cultural. / El Periódico

Domingo Buesa

Domingo Buesa

El año 2007 la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, entonces presidida por José Pasqual de Quinto, publicaba un magnifico y útil trabajo sobre 'La protección del patrimonio arquitectónico aragonés a través de las declaraciones de Conjuntos y Bienes de Interés Cultural'. Era obra de un ilustre borjano, el académico Manuel Gracia Rivas que se atrevió a poner en orden este complejo mundo regalándonos un impagable instrumento de trabajo al que acudimos todos los que hemos estudiado este complejo y apasionante tema.

El libro tenía todo el listado de las declaraciones y sus fechas de incoación/declaración, e incluso mostraba los modos en los que los sucesivos gobiernos españoles protegieron el patrimonio desde 1882 cuando se declaró el primer monumento nacional en Aragón: la Colegiata de Santa María de Calatayud (1875). Para que lo sepan, el segundo fue la iglesia de Santa Engracia de Zaragoza (1882), el tercero la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca (1885) y más tarde el monasterio de San Juan de la Peña (1889). Por cierto, la basílica del Pilar sería monumento desde el año 1904, el castillo de Loarre desde 1906 y las catedrales de Jaca, Huesca, Teruel o la propia Seo zaragozana desde el año 1931, declaradas por la II República.

Medio siglo antes de este trabajo, Albareda Piazuelo y Blasco Ijazo (1957) hablaron sobre los monumentos nacionales de Zaragoza, Huesca y Teruel, en una publicación de La Cadiera, que pueden consultar en la biblioteca del Archivo Municipal de Zaragoza. Y después del libro surgieron muchos artículos de divulgación que acercaron el patrimonio a los ciudadanos, cuestión que es mérito de Manuel Gracia Rivas que, por cierto, se preguntaba dos cosas: ¿podemos conocer todos los edificios declarados? y ¿podemos conocer todos los que deban ser declarados?

Museo Alma Mater

Catorce años después, nos llega la segunda gran publicación sobre el tema que es producto de la tesis doctoral del zaragozano Javier Borobio Sanchiz, que entre muchas y meritorias obras es el autor intelectual y material del excepcional proyecto arquitectónico del Museo Alma Mater de Zaragoza. Además de su labor como arquitecto, este profesional ha estudiado durante décadas los monumentos en Aragón, denominados Bienes de Interés Cultural desde las últimas legislaciones que abandonaron la calificación de Monumento Nacional, en concreto desde la Ley de Patrimonio Histórico Cultural de 1985 y de la Ley del Patrimonio Cultural Aragonés de 1999.

De ese trabajo de campo, bibliográfico y documental, ha salido este libro que nos presenta la historia de los edificios considerados Patrimonio en Aragón desde 1875 a 2019. Comienza con los que se hicieron en la Restauración Borbónica y sigue con los de la II República, que hizo declaraciones masivas (en Aragón protege 77 edificios). Pero además les explica quiénes son los responsables políticos de esta protección, las leyes que dictan y los informes que se emiten para salvaguardar lo que se llamó el Tesoro Nacional. Después analiza las declaraciones de la dictadura de Francisco Franco, donde se protegen 38 edificios desde que en 1943 se declaró la iglesia de Cervera de la Cañada. Son todo iglesias, cumpliendo las peticiones municipales, y la excepción es el puente de San Miguel de Jaca (declaración de 1943) y los castillos, que se protegen todos en el año 1949.

En la preautonomía son 83 los bienes declarados de Interés, (Huesca 29, Teruel 21 y Zaragoza 33), siendo el momento en el que la Real Academia de Bellas Artes de San Luis toma protagonismo y un académico –Ángel San Vicente– informará más de veinte declaraciones. En la Autonomía se declaran cinco nuevos, porque los responsables están dedicados a ordenar todo lo que queda pendiente y en muchas ocasiones a recomponer esa documentación perdida o escatimada incluso por el Ministerio. 

Proteger el patrimonio

En este punto es justo recordar que lo que se hizo después fue consecuencia del trabajo de los entonces jefes de servicio Vicente Domingo y Ramiro Alloza, con sus equipos. En su tiempo se consideró que lo más importante no era dar palos de ciego o contentar ayuntamientos sino hacer una ley que protegiera el patrimonio aragonés, ley que tuve el honor de presentar a las Cortes siendo director general de Patrimonio. Aprobada en 1999, todos los sucesivos gobiernos abren una etapa muy fértil con 178 edificios declarados, 473 cuevas y abrigos rupestres o 331 castillos.

Como pueden ver, estamos ante un trabajo magnifico, por el que hay que felicitar a su autor y al que tendrán que acudir todos los que necesiten saber cuándo, cómo y quién declaró iglesias, molinos, puentes, casas, castillos o cuevas bienes de interés cultural de este Aragón que es inmensamente rico en patrimonio histórico, artístico y cultural. Algo que no debemos bajar la guardia en proteger.