'ENREDADAS', EN LA APERTURA DEL SONNA

Crítica de Javier Losilla: El alma del folclore y las ranas del CDAN

Martirio, Uxía, Carmen París y Ugia Pedreira interpretaron este sábado el espectáculo 'Enredadas: Coplas y Alalás' en el CDAN de Huesca

Martirio, Uxía, Carmen París y Ugia Pedreira interpretaron el espectáculo 'Enredadas: Coplas y Alalás' en el CDAN de Huesca

Martirio, Uxía, Carmen París y Ugia Pedreira interpretaron el espectáculo 'Enredadas: Coplas y Alalás' en el CDAN de Huesca

Javier Losilla

Javier Losilla

El sábado, en Huesca, en el exterior del Centro de Arte y Naturaleza (CDAN), entre coplas, jotas, alalás y cantos de rana, el festival SoNna (Sonidos en la naturaleza) abrió su cuarta edición. Ya saben (y, si no, se lo contamos) que el SoNna nació de aquellas Experiencias Musicales en la Naturaleza que tuvieron una vida breve en Pirineos Sur (2019), y que oferta en espacios naturales o patrimoniales de la provincia de Huesca un buen número de conciertos y otros espectáculos.

Y a la vera del CDAN, decía, comenzó el SoNna de este año doblemente electoral y siempre incierto en asuntos culturales. Pero a lo que vamos: Enredadas, el proyecto multifolclore renovado puesto en marcha por Martirio, Carmen París, Uxía y Ugía Pedreira, llegó en una noche fresquita (¡qué gusto, oye!) para sumar sus vigorosas músicas a los sonidos que junto con los elementos físicos y visuales configuran la narrativa del territorio.

El brasileño-gallego Sérgio Tannus (guitarra, cavaquinho y viola caipira) y el gallego Marcos Teira (guitarra) acompañaron con arte y solvencia a las cuatro amazonas del folclore que juntas y revueltas arman una estupenda actuación enmarcada en una sugerente escenografía de Carlos Alonso. Martirio, París, Uxía y Predreira (por si no se habían percatado las dos últimas artistas son de Galicia) trazan un hermoso recorrido por los caminos de las Españas entrelazando cantos y lenguas, formas y estilos, músicas y palabras.

Cantan solas, en dúo o en grupo armando un espectáculo de notable ritmo interno, muy alejado de antiguas propuestas en las que ese tipo de reuniones artísticas resultaban tediosas e interminables. Así, tras la apertura de Uxía, Martirio revivió a Carlos Cano con María la portuguesa, para luego cantar con Pedreira La bien pagá. La propia Ugía emocionó con Siento el dolor, antes del mano a mano con Uxía poniendo en solfa la Danza de lúa en Santiago, de Federico García Lorca. Siguió Uxía con Carmen París (al piano) con Sabia nueva, y después, la aragonesa en solitario con En mi pecho y Todo es pena. Dos dúos (París y Pedreira, y Uxía y Pedreira) hicieron avanzar el concierto hasta la Jota de Aroche (París y Martirio voces, y percusiones el resto), pieza que dio paso a la sevillana rapeada Las mil calorías, que Martirio rescató de sus primeros repertorios. Y todas, en un merecido tributo al gran Eliseo Parra, interpretaron la seguirilla Van por el aire. Luego vinieron los aplausos y las peticiones de bises que, lógicamente, el cuarteto satisfizo con ganas.

Voces de altura y un cancionero vibrante que indaga con pasión en el alma del folclore. Eso es Enredadas. Con ellas cantaron también las ranas que habitan el foso de agua que rodea los edificios del CDAN. Ellas también forman parte del sonido que, como nos recordó Roland Barthes, “es uno de los elementos principales a la hora de definir y articular un territorio en el que uno se reconoce”. Pues eso.