EN EL ESCENARIO DE LANUZA

La crítica de Javier Losilla del concierto de Rubén Blades: Pedro Navaja caminando sobre las aguas

El artista panameño actuó este sábado en el festival Pirineos Sur

Rubén Blades en el concierto que ofreció este sábado en Pirineos Sur.

Rubén Blades en el concierto que ofreció este sábado en Pirineos Sur. / Jaime Oriz

Javier Losilla

Javier Losilla

El próximo 16 de julio Rubén Blades cumplirá 75 años, mas parece que no todo su organismo responde a esa edad: su voz por ejemplo, robusta como una ceiba, que diría el cubano Pío Leiva, firme en cualquiera de los rangos en los que se mueve, y clara como el agua de lluvia tras la tormenta. Blades, casi como Dylan, está por encima del bien y del mal del calendario y lo deja claro a través de más de dos horas de concierto. El sábado, en Pirineos Sur, sin ir más lejos, donde actuó ante 3.000 personas con la Roberto Delgado Big Band, orquesta con la que ya actuó en el festival en 2018, convocando, por cierto, menos espectadores que el sábado.

Fue en ese concierto de hace cinco años cuando Rubén ratificó su intención de no realizar más giras como salsero, anuncio que ya había hecho en 2017 cuando publicó el disco 'Salsa Big Band'. Pero como el destino es terco, ese álbum fue premiado con un Grammy latino y al año siguiente, con un Grammy al Mejor Álbum Latino Tropical. Y entonces todo cambió. No obstante, su interés por explorar los caminos del jazz, que ya plasmó en 2014 en el espectáculo 'Una noche con Rubén Blades', con la Jazz at Lincoln Center Orchestra conducida por Wynton Marsalis, le llevó en 2021 a grabar 'Salswing', disco iconoclasta (tres álbumes, en realidad) con el que satisfacer tanto sus necesidades de salsero como de 'crooner' a la manera de Sinatra con la orquesta de Count Basie.

De hecho, a la gira que ahora está realizando y que le trajo a Pirineos Sur le ha llamado 'Salswing Tour!'. Pero ojo, el sábado en Lanuza solo sonó en inglés 'The Way You Look Tonight', pieza que primigeniamente registró Fred Astair y que más tarde revisó el mismísimo Sinatra. En el grueso del extenso programa, en unas ocasiones cargando más las tintas en lo latino y en otras en el jazz, pero siempre con el poderoso y multitímbrico sonido de la Big Band, Blades dio una vuelta por toda su carrera como compositor y cantante, con un atractivo apoyo visual en el que no faltaron tributos a los grandes de la música (sin adjetivos).

Así, ese viaje por el tiempo sonoro y vital de Blades, que aderezó con explicaciones sobre el momento y el motivo de la grabación de las canciones, escuchamos 'Plástico', 'Las calles', 'Te están buscando', 'En esa casa', 'Amor y control', 'Todos vuelven', 'Paula C.', 'María Lionza', 'Canto Niché', 'El cantante' (recuerdo especial para el gran Héctor Lavoe), 'Buscando guayaba', 'Decisiones', 'El padre Antonio y su monaguillo Andrés', 'La caína', 'Sin tu camino', 'Parao' y 'Pedro Navaja'. Y de postre, 'Siembra y Patria'. O sea, un repertorio inusual en las últimas giras de Blades, que se remontó hasta los tiempos de Fania All Stars, para solaz de sus fans más curtidos y asombro de quienes no conocen a fondo su discografía. 

Conciencia a la salsa

Un Rubén detallista, expresivo, vital. Tanto, que en algunas ocasiones sus notas altas pusieron en aprietos a los coros realizados por los músicos de orquesta, formación que suena como un cañón. De artillería, en el caso de trombones y trompetas, provistos de tanta microfonía que momentos hubo que ahogaron al resto de los instrumentos. Toda la banda, de hecho, sonó con mucho volumen, dificultando sin duda la labor de Blades, quien sin embargo no pidió que le aminoraran la traca. Más allá de esos detalles, de un inicio algo atropellado con el instrumental 'Mambo Gil' y de ligero desbarajuste del primer bis, el concierto fue antológico.

En el cierre del programa, con 'Pedro Navaja', Blades y la Big Band transitaron por tonos diferentes y la cosa quedó un poco deslucida. Mas pelillos a la mar; al embalse, o sea. Rubén, ese Pedro Navaja de dientes de oro musicales que ha dado conciencia a la salsa y salsa (y más) al compromiso, caminó, a sus casi 75 años, sobre las aguas. Solo un Maestro puede hacerlo. Él lo sabe bien: "Maestra vida, camará / te da y te quita / te quita y te da".  

Y como preámbulo al subidón Blades, una banda brillante de boleros arrebatadores, mixturas transfronterizas, búsqueda de nuevas sonoridades y recuperación de las mejores tradiciones latinas: La Santa Cecilia, formada por músicos de Los Ángeles, hijos de emigrantes de América del Sur que no quieren ni perder sus raíces ni ser parias en el país del Tío Sam: la excelente cantante Marisol Hernández (La Marisoul), José ‘Pepe’ Carlos (acordeón y requinto), Álex Saldaña (bajo) y Miguel ‘Oso’ Ramirez (percusión). Otros dos músicos les acompañan en el escenario para facturar un directo vibrante con canciones como 'Andariego', 'Caretera/Morena', 'La negra', 'Mar y cielo', 'Ódiame', 'Cuatro copas', 'Me estoy volviendo loca', 'Dos botellas de mezcal', 'Quiero verte feliz', 'Un mundo raro'… Piezas propias y ajenas llevadas a ese territorio excitante en el que las identidades reafirman el ser, pero diluyen las diferencias. La Santa Cecilia actuaba por primera vez en España y, claro, en Pirineos Sur. Ya estamos esperando que vuelva.