FERIA DE SAN ATILANO

Puerta grande para Cristiano Torres y Aarón Palacio en Tarazona

En festejo mixto, el matador local Pepe Mayor ha cortado una oreja

Cristiano Torres y Aaron Palacio han salido por la puerta grande en Tarazona.

Cristiano Torres y Aaron Palacio han salido por la puerta grande en Tarazona. / PEÑA TAURINA MONCAYO

Carmelo Moya

Carmelo Moya

El festejo mixto que ha abierto el abono de la feria de San Atilano en Tarazona ha sido la primera toma de contacto con su cada vez más hermoseada y ufana plaza de toros, resucitada de la sepultura el pasado año y sometida a un plan de impulso y notoriedad que resulta tan determinado como ambicioso.

Aarón Palacio, novillero que debutaba esta tarde con picadores, es tan popular en la ciudad del Queiles como el propio matador de toros local, Pepe Mayor, único –hasta hoy, al menos—en activo. Posee ya un buen número de seguidores por su imagen de infante aventajado que tiene respuesta para todo, que resuelve. Su toreo, con mucho de tics mecanizados, parece el resultado de un academicismo llevado al límite, rígido, encorsetado y cuyo último fin es la suma de cuantos más muletazos, mejor.

Ese arquetipo tan fiel al modelo que lleva interiorizado ha tenido su máxima expresión en la lidia de su primero, Laminado-91, utrero recién cumplido por solo unos días y que ha merecido los honores del arrastre lento.

Catálogo A-Z de suertes

Con él, Aarón ha exprimido el catálogo A-Z de suertes tanto con el capote como con la muleta. Desde las largas de rodillas de recibo en el tercio sacándoselo hasta los medios antes del quite aéreo para comenzar faena -también cuerpo a tierra- con secuencias encadenadas de máxima conexión con la peña. Una virtud.

El novillo le ha regalado un aluvión de embestidas de categoría mientras Palacio, ha estado mejor y más cómodo derecheando que con la zocata, con la que ha delineado muy a la recta esperando que el novillo fuera a buscarlo al vaciar la embestida allí, lejos. Bravo y repetidor, un bendito.

Claro que el sexto ya tenía otro aire y las cosas exigían más poder, sometimiento y una firmeza que no ha sido tal. A pesar de que se ha ido a porta gayola a recibir al jabonero poniendo de nuevo aquello a hervir antes de ser arrollado por el derrote del novillo cuando este viajaba hacia los adentros.

No había plan y en la pelea desigual han aparecido las carencias de juventud, muchas miradas al callejón y una indecisión permanente que ha dado ganador a los puntos a un novillo que tampoco se comía a nadie.

Cristiano Torres

En ese mano a mano entre novilleros no se ha quedado atrás Cristiano Torres. Siempre volcánico, impulsado por una arrolladora fuerza interior, es el toreo a martillazos, la quietud de “como no me apartes tú…”. Es la defensa suicida de sus terrenos en contra de la razón y de la física tantas veces. Por eso le tropiezan tanto los novillos, a veces en varias ocasiones durante una misma lidia. El novillo, igual le pasa rebañando las pantorrillas como inserta el pitón por debajo del chaleco levantándole los pies. Es el toreo-angustia tan distante del muletazo desmayado acariciando. Pero son sus armas y aquí todo cabe.

Fiel a ese catecismo propio ha oficiado en su primero al que ha machacado, exprimiéndolo por el lado derecho, pitón por el que se sentía más cómodo. Por eso apenas ha ligado al natural con la de los billetes. Ha sido muy él y ha resuelto de una entera desprendida. En el quinto, utrero con posibilidades, ha habido conflicto resuelto a favor del novillo. La pelea, con muchos enganchones no ha llegado ni a estar empatada.

Mientras, en esa corrida mixta, el desempeño del matador de toros local Pepe Mayor, ha resultado anecdótico. Le dieron (la empresa) y se ha dado el capricho. Pasemos página.

LA FICHA

Dos toros y cuatro novillos de Fuente Ymbro. Al novillo tercero se le ha premiado con la vuelta al ruedo. El matador de toros Pepe Mayor oreja y silencio; los novilleros Cristiano Torres (dos orejas y silencio) y Aarón Palacio (debutaba con picadores) dos orejas y oreja. Un cuarto de entrada.