UNA EXPOSICIÓN RECORRERÁ SU HISTORIA HASTA EL 31 DE MAYO

Librería París, 60 años de pasión por los libros en Zaragoza

Una exposición conmemora en la biblioteca María Moliner el aniversario de la librería del paseo Fernando el Católico, creada por José Muñío en 1963 y gestionada ahora por sus hijos

Rubén López

Rubén López

La historia de la librería París es la historia de la familia Muñío. Pablo, César y Esther han visto transcurrir toda su infancia y después toda su vida en el negocio creado por su padre José en el año 1963. Primero en un pequeño local del número 14 de Fernando el Católico y después en el actual del número 24 del mismo paseo. «Mi hermano Pablo siempre dice que empezó a vender libros en pantalón corto y yo recuerdo que comencé a hacerme cargo de la sección infantil y juvenil ya a los 13 o 14 años, así que todos nuestros recuerdos están vinculados al negocio familiar», ha destacado César Muñío.

La librería zaragozana cumplió 60 años en 2023 –concretamente el pasado 10 de agosto– y ahora una exposición ha condensado toda su historia. «Para no ser tan engreídos hemos querido ir un paso más allá y mostrar también cómo ha cambiado el mundo de las librerías en todo este tiempo y cómo se trabajaba antes y cómo se trabaja ahora», ha explicado César Muñío, que este miércoles ha inaugurado la muestra junto a sus hermanos en la Biblioteca María Moliner de la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza.

Así, la exposición reúne fotografías y también objetos como la máquina de escribir, la caja registradora o la balanza con la que pesaban los paquetes llenos de libros que enviaban por correo postal. «La idea era mostrar los entresijos de una librería», ha comentado Muñío antes de participar en el acto de inauguración, que ha estado conducido por el escritor Víctor Juan. 

La librería París se ubica en el número 24 del paseo Fernando el Católico.

La librería París se ubica en el número 24 del paseo Fernando el Católico. / Servicio Especial

La muestra, que se podrá visitar hasta el próximo 31 de mayo, se sumerge en la historia de la París, desde que el padre de los actuales propietarios, José, decidió independizarse y montar su propia librería tras 20 años como trabajador en la General. «En esa década de los 60 hubo muchos emprendedores que luego han hecho mucho por este país y que no han sido lo suficientemente reconocidos. Mi padre fue uno de ellos», ha apuntado César Muñío. 

Tres años después de abrir sus puertas se trasladó al actual local, «mucho más grande», y muy pronto contrató a su primer ayudante tras un crecimiento impulsado en esos primeros años por los libros de texto. «Mi padre nos contaba que fue una época de mucho esfuerzo, pero también muy interesante. No hay que olvidar que en esos años aún estaba la censura y tenía un pequeño almacén donde escondía los libros prohibidos», ha recordado Muñío, que también ha explicado el origen del nombre de la librería. «La mujer del dueño del local era francesa y se le ocurrió que podía ser un buen nombre».

Los libros como refugio

Actualmente, en la París trabajan los hermanos César y Esther (Pablo ya está jubilado) y otros seis trabajadores que son «como de la familia»: «Hace poco se jubilaron tres empleados que estuvieron con nosotros más de 30 años».

Como ha reconocido Muñío, el sector ha cambiado mucho en este tiempo debido sobre todo a «la revolución de internet». «Lo único que sigue igual es que parece que siempre estamos en crisis. A las librerías nos han dado por muertas muchas veces, pero aquí seguimos».

Una imagen antigua de la librería.

Una imagen antigua de la librería. / Servicio Especial

La París también está viviendo una época de expansión tras la llegada de la pandemia, que hizo que mucha gente encontrara refugio en los libros. «Llevamos mucho tiempo volcados con la narrativa y lo que hemos hecho en estos últimos años es incidir aún más en la filosofía que nos ha traído hasta aquí. Nuestro secreto ha sido ponernos siempre en el lugar de los clientes. De hecho, cuando nos llega una novedad ya estamos pensando a quién le podría gustar». 

En este sentido, la librería tiene claro su papel como agente cultural, con todas las presentaciones y cuentacuentos que organiza, así como su faceta de prescriptor. «Lo que hacemos es leer todo lo que podemos para poder recomendar. Recuerdo que 'El silbido del arquero' fue el segundo libro más vendido en nuestra librería el año en que se publicó, cuando a Irene Vallejo no la conocía casi nadie», ha ejemplificado Muñío, que está convencido de que a la París le queda cuerda para rato.

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