El Periódico de Aragón

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Jesús Moncada Estruga

El 13 de junio del año 2005 falleció a los 63 años el escritor mequinenzano

Jesús Moncada Europa Press / Archivo

Jesús Moncada nació en la localidad zaragozana de Mequinenza el 1 de diciembre del año 1941, todavía en la antigua localidad que más tarde se vería anegada casi por completo por las aguas tras la construcción del Embalse de Mequinenza, también llamado el Mar de Aragón. Fue el primogénito de María Estruga y José Moncada, un matrimonio que contaba en el pueblo con una tienda y también con parte de la propiedad de un molino de aceite, lo que les ofreció en una época tan dura como la posguerra una situación económica más desahogada. Por ejemplo contaban en casa con una importante biblioteca, lo que despertó al joven Jesús Moncada el gusto por la lectura y la literatura, al igual que las historias que escuchaba a la gente tanto en el comercio de sus padres como en las largas tertulias delante de un café, tal y como relataba más tarde el propio Jesús.

Ese gusto por los libros y las historias le dotaron de una gran imaginación que siguió desarrollando cuando continuó sus estudios en un internado laico en Zaragoza, donde estudió el bachillerato y Magisterio entre los años 1953 y 1958 y terminó la carrera contando tan solo con 17 años recibiendo el Premio Extraordinario de su promoción. Aunque ejerció la profesión durante unos años, Moncada tenía cada vez más claro que sus verdaderas pasiones eran la escritura y la pintura, trasladándose a vivir a Barcelona en 1966 para intentar dedicarse plenamente a ello, aunque los inicios no le fueron precisamente fáciles, pues a pesar de contar con la ayuda y consejos de Edmon Vallès, historiador y ensayista también mequinenzano, Moncada no consiguió en esos primeros momentos un trabajo que le ayudara a iniciar su carrera en las letras, aunque sí que comenzó a trabajar como ayudante en el taller del pintor Santiago Estruga mientras seguía estudiando grabado en la Escuela de Artes del Libro.

Pero el momento clave de su vida fue cuando gracias a la intermediación de Edmon Vallès, Moncada fue contratado por Pere Calders para que Moncada revisara una traducción de una enciclopedia juvenil que iban a editar. En ese momento Jesús Moncada escribió su primer cuento en catalán, Joc de Caps, el cual fascinó a Pere Calders y le animó a que siguiera escribiendo.

Embarcaciones en el pueblo viejo de Mequinenza.

Embarcaciones en el pueblo viejo de Mequinenza.

Ese fue el inicio de una larga y muy fructífera carrera literaria del escritor aragonés, quien acabó por convertirse en uno de los mayores escritores en lengua catalana de la historia y sin duda en el más traducido, pues sus obras se pueden leer en la actualidad hasta en 21 idiomas diferentes. Desde esa primera obra Moncada siguió escribiendo y presentándose a diferentes certámenes de literatura para dar a conocer su trabajo, logrando así sus primeros galardones. Obras en las que aparecían historias escuchadas en su juventud, formas del habla de su Mequinenza natal o sobre la vida tradicional de un pueblo que «murió» bajo las aguas y tuvo que renacer a base de lucha y tesón en la nueva localidad construida tras la creación del pantano.

Animado por los premios que iba cosechando y consciente de que ya no podía compaginar la pintura con la escritura decidió dejar de lado la primera, lo que le ofreció el tiempo suficiente como para crear obras como su segundo libro de cuentos, El Café de la Rana, o sobre todo una de sus más aplaudidas creaciones como la novela Camí de sirga o Camino de sirga, publicada en el año 1988. Una obra en la que evoca el ya por entonces desaparecido pueblo viejo de Mequinenza, que durante siglos había tenido un intenso tráfico fluvial. Moncada repasa así el último siglo de vida del viejo pueblo entremezclando las vivencias de diferentes personajes, que no eran otra cosa que las historias que había escuchado de pequeño en el comercio de su familia y en las largas tertulias cafeteras. Un modo de vida que desaparecía irremediablemente mientras sus habitantes tuvieron que afrontar el traumático abandono de sus casas familiares y recuerdos. De esa manera, Jesús Moncada supo poner por escrito una pequeña parte de todo ese modo de vida para que a pesar de la destrucción causada por la construcción del pantano nunca quedara en el olvido.

Jesús Moncada, en el año 2004.

A lo largo de su vida se convirtió así en el escritor en catalán más importante del siglo XX, reconocido con numerosos premios como el que recibió en el año 2004 de mano de las Cortes de Aragón, el de Premio de Honor de las Letras Aragonesas. Hoy, los Museos de Mequinenza permiten recorrer su obra literaria pero también pictórica y fotográfica en un espacio dedicado al escritor en la sección del Museo de Historia de la localidad.

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