ENTENDER+ CON LA HISTORIA

Historia de la Ofrenda de Frutos

¿Cuál es el origen de uno de los actos estrella de las Fiestas del Pilar?

La Ofrenda  de Frutos, el año pasado.

La Ofrenda de Frutos, el año pasado. / ANDREEA VORNICU

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

Nadie dudará que la Ofrenda de Flores se ha convertido ya desde hace bastantes años en el gran acto de las Fiestas de Zaragoza celebradas en honor a la Virgen del Pilar, ya no sólo por su vistosidad, sino por su enorme participación. Y es que pocos actos de cualquier índole son capaces de unir a tanta y tan variopinta gente para participar en una actividad que además trasciende las fronteras y da visibilidad cada 12 de octubre a la capital aragonesa. Una ofrenda floral que, aunque pueda parecer muy antigua, lo cierto es que no cuenta ni con un siglo de historia, aunque es indiscutible que ya es una tradición totalmente arraigada. Además, sus orígenes vienen de tierras valencianas, cuando en 1945 comenzó la costumbre de realizar una ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados que más arde, valencianos residentes en Zaragoza, comenzaron también a realizar. En 1954 abrió la Casa de Valencia en la capital maña y sus integrantes quisieron mantener esa ofrenda a la Virgen de los Desamparados, la cual está en la iglesia de San Gil en la calle don Jaime, para después hacer lo propio con la Virgen del Pilar. Aquello gustó mucho al concejal del ayuntamiento Manuel Rodeles, y con el apoyo del alcalde Gómez Laguna se impulsó la primera ofrenda organizada de la historia en 1958, hace ya casi 66 años.

En cambio, también se realiza al día siguiente, los días 13 de octubre, otra ofrenda mucho menos multitudinaria pero que también tiene una gran importancia, simbolismo y tradición, como es la Ofrenda de Frutos. Un acto que justo estos días está de plena actualidad a pesar de estar a mediados de mayo y faltar todavía unos meses para que lleguen el mes de octubre y las fiestas. Y es que las organizadoras de esta ofrenda son las casas regionales que han visto como ha expirado el anterior acuerdo rubricado con el ayuntamiento que les permitía también montar sus puestos gastronómicos en la céntrica plaza de Aragón. Esta situación ha llevado a preguntar si podría hacer que corriera peligro también la ofrenda, aunque como se ha anunciado desde el ayuntamiento lo que se espera es trabajar para incluso darle un mayor impulso. Pero más allá de posibles polémicas, ¿cuál es la historia de la Ofrenda de Frutos?

Lo cierto es que a pesar de la enorme diferencia de participantes que hoy en día tienen ambas ofrendas, es la de frutos la más antigua, pues mientras que la de flores se inicia como he comentado en 1958, la primera vez que se organiza la de frutos es casi una década antes, en 1949. El contexto en el que empieza a desarrollarse es clave para entenderla. Lo primero, la gran devoción mariana existente no solo en Zaragoza y Aragón, sino en buena parte de España, hacia la Virgen del Pilar.

Ofrenda de Frutos, en una imagen de archivo.

Ofrenda de Frutos, en una imagen de archivo. / El Periódico de Aragón

El segundo lugar, actualmente es la Federación de Casas Regionales la organizadora del evento, y es que por lo general son grupos de estas asociaciones las que suelen pasar a realizar esta donación de alimentos típicos de cada zona del país. ¿Pero por qué existen estas casas? En buena medida se debe a los importantes fenómenos migratorios que se producen no sólo en España, sino en el mundo occidental, entre las décadas finales del siglo XIX y comienzos del XX y que todavía se acelerarán más a lo largo de este último siglo. Miles de personas empezaron a abandonar sus casas en el medio rural para intentar buscar una vida mejor o al menos mayores oportunidades de conseguir un trabajo en las ciudades.

Esto se debe principalmente a la llamada crisis finisecular que vivió el mundo agrario en Europa debido a que gracias a esa evolución de los medios de transporte se estaba empezando a poder traer alimentos de otras partes del mundo a un precio mucho más reducido. Fue el caso de un Aragón cuya economía giraba precisamente en torno al mundo agrario y cuyas principales exportaciones eran las de cereales, sobre todo hacia Cataluña. Pero cuando empezaron a llegar cereales de otros lugares del mundo a través del mar, el mercado aragonés, igual que el de otros lugares, se empezó a resquebrajar. Menos ingresos, menos sueldos y cada vez menos trabajo. Si a esto le sumamos la gran plaga de filoxera que asoló los viñedos europeos, se entiende mejor el que miles de personas empezaran a marcharse a aquellas ciudades como Zaragoza en las que había cada vez más fábricas e industrias que ofrecían trabajo, aunque fuera en condiciones pésimas de vida.

El movimiento de gentes fue tremendo, y para tratar de no perder el arraigo, sus orígenes, tradiciones, costumbres y sus lazos con su tierra natal, se fueron creando las llamadas casas regionales en las que gentes de un mismo lugar se agrupaban para seguir añorando juntos su lugar de nacimiento y fomentar comunidades que conservaran sus raíces. A todo esto, le añadimos el año de comienzo: 1949. España seguía viviendo esos años las terribles consecuencias de la guerra civil y de la larguísima postguerra. De hecho, la famosa carta de racionamiento no se retiró hasta el 1 de abril de 1952. Por eso las casas regionales no solo ofrecían a la Virgen del Pilar aquellos alimentos más típicos de su región, ya fueran comida, postre o bebidas, sino que luego, al igual que se hace hoy en día, esos alimentos eran donados a las gentes más necesitadas, que allá por 1949 eran muchas más que en la actualidad. Así nació un acto en el que miles de personas desfilan, cantan o bailan con sus trajes regionales para mostrar a Zaragoza y al mundo su origen y participar en un acto que en las últimas ediciones recoge ya alrededor de 7.000 kilos de comida.

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