Como no podía ser de otra manera, el vestuario cerró filas en público al hablar sobre el incidente. Otra cosa se podía oír en privado, donde algunos no se sorprendían de lo sucedido o hasta dejaban caer que se veía venir. También la cara de algún jugador durante el incidente lo reflejaba, pero en las declaraciones públicas había que poner puntos de sutura en la herida. Y todos lo cumplieron, incluidos los dos protagonistas. Bueno, solo Pablo Aimar, porque Andrés D´Alessandro no quiso hablar a pesar de la insistencia de los medios --sí para una entrevista concertada previamente para una televisión, pero no del suceso--, aunque se marchó de la Ciudad Deportiva haciendo un gesto de aprobación con el pulgar levantado, como queriendo dejar claro que no había ningún problema.

Aimar sí dio su versión, muy conciliadora, por supuesto. "Ustedes también habrán tenido alguna vez un roce con un compañero, ¿no?", aseguró a los medios de comunicación, para añadir después: "Es algo que sucede muchos días en los entrenamientos, no pasa nada"".

TODO OLVIDADO El Cai afirmó que la discusión había finalizado en el vestuario: ""Por supuesto que hemos hecho las paces porque para eso somos amigos. Lo importante es que está todo olvidado", aseveró el mediapunta argentino, que vio el incidente como un reflejo de lo mucho que está trabajando el equipo: "Cuando se entrena bien y fuerte pasan estas cosas. A veces viene bien, refleja que hay ganas y mucha motivación. Me imagino que no es la primera vez que se ve en un entrenamiento. De hecho, cuando no pasa quizás sea para preocuparse, porque entonces no se están haciendo las cosas con la intensidad necesaria", sentenció.

Víctor no quiso opinar públicamente sobre el asunto y solo se limitó a quitarle hierro: "Son cosas del fútbol, es un hecho puntual y son dos futbolistas que se llevan muy bien y que son amigos", dijo el entrenador zaragocista.

Y esa versión también fue la de la plantilla. Por ejemplo, la de Luccin, que hasta bromeó con el incidente "Ufff... Por primera vez no he sido yo el que se ha peleado, ¿no? Son cosas que pasan y se ven. Cada temporada hay cinco o seis calentones así. No hay que darle importancia, ya lo arreglaron en el vestuario, son muy amigos y también futbolistas de mucha calidad".

El capitán Cuartero no se desvió mucho de la explicación oficial, aunque sí dijo algo más: "Hay gente que se calienta y sabe calmarse y otros que lo expresan, pero ya dentro lo han hablado. Son dos compañeros y dos amigos fuera y dentro del terreno de juego y no hay ningún problema", sentenció el defensa, que fue de los primeros en acudir a separar a los dos futbolistas argentinos haciendo valer sus galones en la plantilla: "No ha llegado la sangre al río y tampoco lo iba a hacer, porque en el momento que uno reflexiona y piensa un poco ve que es una tontería. Todo se ha debido a la intensidad de los entrenamientos. Se ha trabajado fuerte, la gente está cansada, las cosas en un momento de cansancio no te salen como quieres y uno dice algo y te sienta mal... Nada más que eso", insistió Cuartero.