Los tres goles del Valladolid en tan solo cinco minutos no solo sirvieron para romper una magnífica estadística del Real Zaragoza como local, sino que también evidenciaron los graves defectos defensivos de un equipo que se desangra en la zaga. Los 17 goles encajados en las 11 jornadas que se llevan disputadas --12 de ellos en la primera parte-- son la principal muestra de ello, ya que no se registraban una cifra tan negativa desde hace una década, en una época en la que el equipo andaba a la deriva y comenzaba a sembrar los primeros mimbres del descenso a Segunda.

Precisamente hace diez años el Zaragoza encajaba el número de goles en contra más elevados de los últimos tiempos, nada menos que 21. Por aquel entonces el técnico era Luis Costa, que disfrutaba de su continuidad en el cargo tras salvar los muebles del club en la campaña anterior, la última de la primera era de Víctor Fernández. El equipo andaba en la 13ª posición en parte gracias a una digna labor ofensiva --16 dianas-- y a no acumular un número excesivo de derrotas --cuatro--. La goleada que el Atlético de Madrid de Cristian Vieri firmó en La Romareda (1-5) y los cuantiosos empates ante el Oviedo (3-3) en casa y el Betis (3-3) en Sevilla fueron los máximos exponentes de la fragilidad defensiva que empezaban a acuciar al Real Zaragoza.

PARECIDO CON ROJO En la temporada siguiente, la 1998-99, y ya con Txetxu Rojo en el banquillo, el registro de goles encajados era exactamente igual que el de ahora: 17. Rojo trabajaba mucho la línea defensiva, pero las tres goleadas consecutivas que sufrió La Romareda ante Real Madrid (3-4), Valencia (1-4) y Espanyol (0-3) empañaron esta faceta. Llama especialmente la atención la similtud de aquel equipo con el de ahora, ya que la única diferencia es que el equipo de Rojo tenía un punto menos y dos goles menos a favor. En aquella Liga el Zaragoza terminó noveno y fuera de los puestos europeos.