En el infierno de Ëcija (17.00, Aragón TV), la SD Huesca va a disputar la última gran batalla de la guerra fría que supone toda fase de ascenso en una categoría donde, en no pocas ocasiones, la última palabra no la dicen los jugadores. El 2-0 de la ida en El Alcoraz, una renta sustanciosa, avala su candidatura para subir esta tarde a Segunda División, pero nadie en el club, pese a que predomine el optimismo, se ha dejado seducir por la confianza absoluta. Consciente de que toda la responsabilidad recae en el conjunto andaluz, que deberá marcar al menos dos goles para forzar la prórroga, el equipo de Onésimo Sánchez ha planificado este duelo para resistir y para golpear, preparado para un encuentro de máxima exigencia deportiva y psicológica.

Por un lado, el Ëcija propondrá un fútbol directo y urgente, de llegada rápida y jaleo y accidentes en el área de Eduardo, y por otro, el ambiente que se espera en el campo de San Pablo, adonde acudirán 5.000 seguidores (casi 200 de ellos del Huesca), corresponderá al de la clásica emboscada en este tipo de escenarios en los que se puede sentir físicamente el aliento del público y el aroma a puro habano.

El partido, desde luego, no es para espíritus pusilánimes. La fortaleza mental frente a todos los obstáculos naturales o colaterales ha de ser de hierro, material del que está hecho precisamente el Huesca, un bloque experimentado y de gruesa piel competitiva cuyo comportamiento para elevarse por encima de la situaciones comprometidas ha sido ejemplar durante la fase regular de su grupo. Los tópicos, sin embargo, se imponen en esta cita fogosa como máximas incontestables: concentración y sacrificio colectivos, líneas cosidas para estrangular al estrangulador y sangre fría cuando el enemigo eche leña al fuego o al árbitro. Por encima de todo, no recibir un tanto rápido que encienda las dudas.

GOLPE DE GRACIA El Huesca, finalmente sin Sorribas, con Sastre y la duda de Robert, que tiene lumbalgia, va a defenderse e intentará dar el golpe de gracia en las acciones de estrategia que tanto ha trabajado Onésimo durante la semana. Previsor el técnico de que el juego tenderá a desarrollarse en territorio azulgrana y que el contragolpe será poco menos que imposible, las faltas y los corners pueden convertirse en la mejor respuesta ofensiva. Adelantarse en el marcador o simplemente lograr una diana dejaría abiertas de par en par las puertas de la gloria. Los andaluces se verían obligados entonces a batir a Eduardo en cuatro ocasiones, algo que no ha ocurrido jamás esta campaña. El Huesca encajó 11 dianas en 19 jornadas como visitante, lo que confirma su condición de equipo inabordable.

Al fuego inherente a un encuentro a vida o muerte, se añadirán detalles que avivarán la hoguera. Aunque se ha solicitado deportividad por parte de ambos clubs, existe la sospecha de que parte de la hinchada del Ëcija esté sensibilizada por los retorcidos mensajes que enviaron algunos dirigentes del conjunto andaluz desde El Alcoraz, entre ellos el exjugador Rafa Gordillo, quejosos por dos penaltis que lo fueron y por un maltrato que solo ellos percibieron en el palco

El levantamiento esta semana de la sanción a Pepe Díaz, el goleador del Ëcija, no ha sentado bien entre la expedición oscense, que prefiere mirar hacia delante en lugar de detenerse demasiado en esta circunstancia. Lo que sí se mira de reojo es el termómetro, que a la hora del encuentro rondará los 42 grados en la sartén de Andalucía. Con esa temperatura extrema, es más que probable que haya que pagar un peaje físico extraordinario.

Valiente y decidido, con su par de goles en la mochila como un tesoro, el Huesca llamará hoy por segundo año consecutivo a las puertas de la gloria desde el mismísimo infierno. En sus manos tiene las llaves para regresar a Segunda 58 años después de haberlo logrado por primera y única vez en su casi centenaria historia, que comenzó en 1910.