Gay lo ha intentado todo, ha mandado a muchos de sus jugadores al banquillo, los ha vuelto a recuperar, ha cambiado a otros de posición, ha probado diferentes combinaciones con los delanteros, ha puesto un falso tercer central por delante de la defensa... Lo ha intentado todo, poner el equipo para un lado, para el otro, hasta el punto de que todavía no ha repetido alineación ni una sola vez y únicamente Gabi ha jugado todos los minutos en la Liga.

Ahora, con su futuro en manos de los próximos resultados, ha decidido seguir con el sistema de tres centrales y cinco defensas que usó ante el Barça en otra tentativa para intentar erradicar la fragilidad defensiva. No es que hasta hoy el Zaragoza haya sido la alegría de la huerta y a partir de ahora se vaya a atrincherar. No. Es hacer lo mismo, que quizá no se pueda hacer otra cosa, pero de manera más extrema para ver si funciona.