El Giro está alterado, quizás hasta un poco loco, revuelto como el tiempo que persigue a los ciclistas en Italia, porque parece que una nube tormentosa se haya instalado sobre el pelotón desde la salida irlandesa. Todos los días ocurre alguna cosa, algún detalle, algún conflicto y algún percance que altera lo que debería ser una convivencia sana, a base de pedales.

Puede suceder como este miércoles cuando un modesto corredor, Stefano Pirazzi, inaugura su palmarés y en vez de levantar los brazos y celebrarlo, lo habitual en estos casos, obsequia con un corte de mangas a los que no creían en él. Y así aparecerá mañana en todos los periódicos italianos, para entristecer más un día complicado por la protesta de varios equipos contra la genial ofensiva que Nairo Quintana lanzó el martes para ganar y situarse líder de la ronda italiana.

La organización del Giro no estuvo nada acertada al querer tomar decisiones que no le corresponden. Quienes deciden si un descenso es peligroso, quienes determinar parar o anular un tramo de una etapa son los jueces internacionales designados por la UCI, en este caso bajo la presidencia, el comisario que más manda en la ronda italiana, del español Roberto Ariznavarrete. La organización no tiene competencias y el martes, a través de la emisora donde los directores reciben la información de la carrera, lanzaron diversos mensajes que pudieron confundir a algunos técnicos sobre las medidas de seguridad tomadas en el descenso del Stelvio, que algunos creyeron entender como una posible neutralización.

En esta teoría se escudaron este miércoles algunos equipos perdedores, como el Omega de Rigoberto Urán. Nunca, en ninguna carrera oficial, se ha suspendido un descenso por lluvia; en un Stelvio, por otro lado, en el que no se produjo ninguna caída. Estos equipos trataron este martes de que Quintana fuera penalizado con los 55 segundos, según sus cuentas, que el colombiano sacó al resto de favoritos durante la bajada. La Asociación Internacional de Equipos emitió un comunicado en el que se mostró la "decepción" por la falta de coherencia de la organización del Giro, que catalogaron de "decepcionante" por el lío organizado en el Stelvio. La UCI dio la razón a sus comisarios que ratificaron la hazaña de Nairo. Mañana, regresa la alta montaña.