Cincuenta años después siguen siendo los mismos amigos que comparten una pasión, el atletismo. En cuanto se juntan se suceden las anécdotas, las bromas, las risas. Cincuenta años después, la criatura a la que dieron vida, el Scorpio 71, mantiene una salud de hierro y celebra su primer medio siglo. Cincuenta años después son Luis Sol, periodista, Visi Costas, comercial, Vicente Rubio, médico, Julio Álvarez, fotógrafo, Miguel Ángel de Arce, médico, Nacho García Charles, funcionario, y Eduardo Laborda, pintor.

Posan como los Beatles cruzando Abbey Road en las pistas donde comenzó todo hace medio siglo. En la Ciudad Universitaria se conocieron practicando el deporte que aún les une. «Veníamos de la Sociedad Hípica, que había sido el club de los militares, nos empezaban a mirar mal y nos llegó que nos iban a echar. Antes de que eso se produjera, y para no depender de nadie, nos fuimos», recuerda García Charles. «La cosa es que no estábamos contentos con el trato que nos daban a las secciones de atletismo, nos tenían un poco arrinconados, y ese fue el germen para decir pues lo hacemos nosotros», confirma Álvarez.

No había ningún club solo de atletismo y aquellos adolescentes se lanzaron a crearlo. «No teníamos 18 años», dice Luis Sol. «Yo tenía 15», apunta Visi Cosas. «Firmé el acta como secretario con 17. Y la mayoría de edad entonces eran los 21», recuerda Vicente Rubio. «La primera reunión fue en tu casa», le dice Eduaro Laborda a Julio Álvarez. «Sí, en el comedor de mis padres», afirma el fotógrafo. Se empezó a gestar a finales de 1969, pero no llegaron a tiempo para competir la temporada 1970-71 y el Scorpio 71 nació finalmente el 4 de noviembre de 1971.

No se iba a llamar Scorpio. «Cuando estábamos aún en la Hípica en negociaciones se iba a llamar Ícaro y hay un diseño con las alas que guarda Laborda», revela Luis Sol. «Y los guardo», confirma el pintor. «Luego se pensó que eso de que se le derritieran las alas a un club de atletismo…», continúa Sol. «Tengo algún diseño muy esquematizado del Scorpio 70, que eso no lo ha visto nadie», añade Laborda. Pero otra figura imprescindible del club y del atletismo aragonés, Pedro Pablo Fernández, eligió la versión definitiva. «Se fundó en noviembre y Pedro Pablo dijo, en qué mes estamos, noviembre, qué signo es, escorpio, y en qué año estamos, el 71, pues ya está», explica Álvarez. Había nacido el Scorpio 71.

El símbolo, como no podía ser de otra manera, era, y es, un escorpión. Pero de siete patas. «Porque el que lo hizo tomó una fotografía de un escorpión y una de las tenazas tapaba una pata, no se dio cuenta y le dibujó siete», explica Sol. «Un escorpión cojo para un club de atletismo está muy bien», bromea Laborda. El color también fue cosa de Pedro Pablo. «Le gustaba la camiseta de la selección sueca. No era amarillo, era el amarillo de la selección sueca», indica Luis Sol.

Así que el club echó a andar y sus fundadores le dieron la forma deseada para que fuera suyo, de los atletas. «Nos impusimos desde el primer momento pagar una cuota. Y a nuestro primer patrocinador, Marugán, le propusimos que nos íbamos a pagar el material y el buen hombre nos dijo que no. Al final llegamos al acuerdo de que la camiseta la ponía Marugán pero nosotros nos comprábamos el chándal al 50%. Queríamos que fuera nuestro», explica Luis Sol. «25 pesetas era la cuota», apunta Vicente Rubio, el primer secretario. «En eso también fuimos pioneros. Y creo que a nivel nacional también es el primer club que tiene un patrocinador en el nombre, Scorpio Marugán», apunta Nacho García Charles.

Desde cero

Innovaron en casi todo. «Hicimos también un boletín de información interna del club, la revista Finish», recuerda Luis Sol. Muchos de esos números pueden verse hoy en la renovada web del club. Eran unas revistas donde aparecían los resultados de los atletas del Scorpio en todas las competiciones, reportajes, entrevistas e, incluso, una bolsa de trabajo. «Es que no teníamos una sede social, para comunicarnos o nos comunicábamos en la pista o nos informábamos de esa manera, haciendo un boletín en el que se contaban las cosas. Se hizo hasta casi llegar a la informática, aunque fuera solo un Din A4 doblado. Se hizo durante muchos años», indica García Charles.

Otra cosa en la que innovaron fue en tener un club filial. «Vicente fue fundador del club Iris y llegamos a un acuerdo de filialidad con ellos», dice Luis Sol. «Solo nos dedicábamos a categorías infantiles hasta juveniles. Sin ir más lejos Juan Boix –que hoy da nombre a las pistas de la Ciudad Universitaria– era infantil del Iris y pasó al Scorpio», añade Rubio. «Hemos pecado de no contar las cosas buenas que hemos hecho. Desde el primer año el Scorpio fue el mejor club de Aragón, pero nos daba cosa… Hoy es el mejor de Aragón y uno de los tres mejores de España. Y conforme íbamos creciendo los que éramos menos hábiles nos hicimos monitores y entrenadores», dice convencido Luis Sol. «Yo sigo entrenando», dice Miguel Ángel de Arce, que también ha sido presidente del club.

También presumen del elenco de patrocinadores con el que han contado en este medio siglo. «Hemos tenido apellidos muy ilustres, El Corte Inglés, con Tintoretto y Mitto para el equipo femenino, Mondo, la multinacional, Chocolates Lacasa. Nos sentíamos satisfechos porque algo bien debíamos estar haciendo cuando estos señores nos daban dinero por hacer atletismo», relata Luis Sol.

La primera competición como Scorpio fue el cross de Helios. «Hicimos Nacho y yo en mi casa una pancarta para animar y ganó Montse Abelló. No teníamos aún la camiseta», dice Luis Sol. «Las camisetas las estrenamos en un viaje a Pamplona en un encuentro de pista, sería abril del 72. Nos las trajo Marugán en su coche. Ver una camiseta de Marugán nos sigue emocionando a todos», añade García Charles.

El equipo del Scorpio en su primera competición, el cross de Helios. LUIS SOL

Y destacan la importancia que han tenido las mujeres, las atletas, en la historia del club. «Ahora que se habla tanto de la mujer, el club Scorpio ha tenido la enorme suerte y orgullo de que su equipo femenino ha sido mejor que el masculino», afirma rotundo Julio Álvarez, y todos asienten. «Siempre», asegura Laborda. «En el cómputo total, hemos tenido una ventaja, que fue la Universidad Laboral, fue un vivero de mujeres. Además de que la herencia del Medina también era importante, en Zaragoza capital había tradición. Como ponemos en algún texto, cuando la Federación Española montó el primer campeonato juvenil por equipos, lo ganó Scorpio. Teníamos un plantel increíble», asegura García Charles.

Los obstáculos

Lo destacan también porque no todo ha sido un camino de rosas en estos cincuenta años. «Hemos pasado dificultades de supervivencia y el equipo femenino ha sido el que ha mantenido el tirón del club», indica Luis Sol. Y es que el Scorpio estuvo incluso a punto de desaparecer. «La parte central de los 90 es lo que llamamos la travesía del desierto porque toda la gente que había emergido, los mejores, se habían ido. El Scorpio se descapitalizó porque no podíamos retener a la gente. Esa franja del 91-92 hasta el 98 es la época más dura. Se planteó disolver el club. Afortunadamente algunos entrenadores se empeñaron en seguir trabajando desde abajo, empezar desde cero, mantenerlo, y eso nos ha llevado hasta hoy», explica Nacho García Charles.

El club estuvo muy cerca de fusionarse con Helios, lo negoció en un par de ocasiones con presupuestos y nuevo nombre cerrados, pero el club azul decidió finalmente no dar el paso. Y el Scorpio siguió su propio camino, con más de 14.000 atletas, 15 de ellos olímpicos, más de 60 récords de España batidos, casi un centenar de internacionales y más de 700 medallas en Campeonatos de España. Una pasión que cumple 50 años.

Así se hizo el reportaje con los fundadores del Scorpio 71

Así se hizo el reportaje con los fundadores del Scorpio 71 Víctor Vieytes