Veinte años ha tardado Suecia en subir a lo más alto de un podio internacional después de tener uno de los bloques más dominadores de la historia del balonmano. Una cifra que pone de manifiesto la proeza lograda por los Hispanos en los últimos años. "Oro en los dos últimos Europeos, bronce en el Mundial, bronce olímpico, ahora esta plata... difícilmente encontraremos una selección así", reivindicaba Jordi Ribera tras una derrota siempre amarga en una final a la que no todos llegan. "Se lo he dicho a los jugadores: este final no enturbia nuestro recorrido. Sabemos lo que se siente ahí arriba con el oro, pero nos llevamos un subcampeonato con mucho mérito. Dinamarca ha celebrado el bronce como si hubiera ganado el título", señaló el seleccionador.

Menos Suecia, cualquiera de las otras selecciones que empezaron el torneo 18 días atrás habrían firmado el resultado de España. También Francia, la campeona olímpica que recibió entre extrañada e indignada la novedosa medalla para el cuarto clasificado, que algunos ni querían recoger. 

Los Hispanos sí recogieron de buena gana una plata de ley que conlleva la clasificación para el Mundial y el próximo Europeo y que premia a un grupo que no acusa el cambio generacional. "Tal y como ha ido la final, está claro que te vas triste porque has tenido opciones de ganar -reconocía el seleccionador-, pero vinimos con jugadores nuevos y es como si hubiesen jugado toda la vida". El valor de 'la familia', como se denominan en el vestuario. "Esta selección es un orgullo para el deporte nacional. Los demás países nos admiran porque, pase lo que pase, estamos ahí. Los que han estado han dejado una herencia y los que vienen son competitivos y lo dejan todo en el campo".

La constancia

"Fastidia irte del torneo perdiendo, pero si pones la mente fría estoy orgullosísimo", reflexionaba Ángel Fernández, uno de los destacados en la final. "Llevamos un mes bastante fastidiado por el covid, por los viajes... Llegar a aquí después de un cambio generacional y ser subcampeones de Europa... Este equipo siempre está ahí, es de valorar su constancia. Ojalá podamos seguir en esta línea".

"En caliente nos costará verlo, pero cuando pasen unas horas valoraremos más esta plata. La derrota no empaña lo que hemos hecho", recalcaba Gonzalo Pérez de Vargas. El portero del Barça cree que hubo falta sobre Cañellas en el último ataque español, aunque no quiso darle vueltas. "Es un partido difícil de arbitrar. Se equivocan, igual que nosotros. Es una lástima perder con un penalti en el último segundo, pero sin tener el mejor día hemos tenido oportunidad de ganar". Una competitividad que es emblema de 'la familia'.