Voleibol Zaragoza: éxito hecho en casa

El Voleibol Zaragoza vive su mejor momento en nueve años con una plantilla casi íntegramente formada en el club, como confirma su presidente y entrenador, Diego Carreras

Los jugadores del Voleibol Zaragoza celebran un punto ante el clamor de su afición en el Siglo XXI.

Los jugadores del Voleibol Zaragoza celebran un punto ante el clamor de su afición en el Siglo XXI. / Servicio especial

David García Arlegui

El Club Voleibol Zaragoza, fundado en 1989, estuvo en sus inicios formado por unos pocos jugadores que surgían en la ciudad, incapaces por aquel entonces de suponer la magnitud social con la que ahora cuenta su equipo. «Los que somos del voleibol de toda la vida no podíamos habernos imaginado que un deporte minoritario como el nuestro se estuviera convirtiendo en un deporte mayoritario, casi de masas», reconoce Diego Carreras, su presidente y entrenador del equipo absoluto masculino desde 2011.

En la actualidad, el club cuenta con 605 jugadores que componen 51 equipos, desde los ‘chupetos’, los niños de 7 y 8 años, hasta un primer equipo masculino que ha regresado a la segunda división nacional, la Superliga 2, tras nueve temporadas fuera de la élite. «Es un lujazo para nosotros porque, en la época anterior, teníamos solamente el equipo de Superliga y un equipo juvenil», relata el presidente de un CV Zaragoza que ahora tiene dos equipos en cada categoría, algo que considera «una maravilla, algo que nunca nos hemos encontrado».

«El hecho de poder estar compitiendo con los jugadores que has formado desde niños te genera una satisfacción enorme»

Tras lograr su primer ascenso a la Superliga en 2002, el club vivió su mejor época jugando en la élite durante siete años consecutivos entre 2006 y 2013, además de lograr un subcampeonato de la Copa del Rey en 2010 y llegar a semifinales en dos ocasiones. Fue en 2013 el cuando el club cambió de rumbo tras la falta de patrocinadores e instituciones que les brindasen la financiación necesaria para mantenerse en la máxima categoría. El club gozaba, afortunadamente, de un pequeño colchón económico que le permitió volver a empezar desde cero, con una nueva seña de identidad que el presidente define como «trabajar en la base con la convicción de que los chavales de nuestra cantera irán escalando para retornar al Voleibol Zaragoza a la máxima categoría».

Esta naturaleza ha acompañado al club hasta el reciente ascenso del equipo masculino a Superliga 2 con todos sus jugadores formados en casa, a excepción de dos. «Les he entrenado en el club desde infantiles», asegura un Diego Carreras que, para continuar progresando, «elegiría un equilibrio entre la posibilidad de fichar jugadores que implique tender a objetivos más altos y tener una base de jugadores formados aquí».

«Mi mayor satisfacción, más allá del nivel deportivo del equipo o del número de equipos que tenemos, es nuestra masa social»

La otra pata que sostiene el Voleibol Zaragoza está en su masa social, cuya presencia es definida por el técnico como «vital». La afición del equipo lleva llenando el Siglo XXI durante toda la temporada, incluido el pasado sábado en la agónica victoria contra el Sabadell. A falta de tres partidos, nombrados por Diego Carreras como «tres finales», el equipo está en descenso y es posible que se acabe jugando la permanencia en la última jornada contra el Nou Art Torredembarra, equipo hermanado con el que el Voleibol Zaragoza organiza su campus de verano.

Pese a que describe la salvación como algo complicado, Carreras reconoce que la temporada ha sido brillante sea cual sea su final: «Competir con estos chavales contra equipos con jugadores fichados, incluso del extranjero, ya hace que llegar a este punto peleando por la permanencia sea un éxito sin precedentes».